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Turismo

¿Cómo Cuba se convirtió en un mercado turístico poco atractivo?

Las cifras del estancamiento de la industria turística cubana explican el declive del sector, una de las principales fuentes de dólares del Gobierno.

Miami
Turista rusa en un cocotaxi en Cuba.
Turista rusa en un cocotaxi en Cuba. Russian Look

Aunque el Gobierno de Cuba presume del incremento de la llegada de turistas en lo que va de 2023, lo cierto es que al cierre de mayo último los arribos sumaban 1.143.937 viajeros, un 49.97% inferior a igual periodo de 2019, año previo a la pandemia, cuando 2.286.564 veraneantes visitaron la Isla. La diferencia supone 1.142.627 turistas menos.

Este pobre resultado es el reflejo del fracaso de las mediocres y desacertadas estrategias que ha implementado el Ministerio del Turismo (MINTUR) en la etapa de recuperación post Covid-19. 

Arribo de turistas a Cuba, enero-mayo de 2023, comparado con 2019. Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)

En estos primeros cinco meses de 2023, Canadá se ha consolidado como el principal mercado emisor, con 544.773 turistas. Sin embargo, esta cifra es 20,19% menor que la alcanzada en igual período de 2019. El declive ha sido de 130.349 turistas.

La segunda fuente emisora de veraneantes es el turismo comunitario de los cubanos residentes en el exterior, con un total de 145.223 viajeros. Esta cifra fue 40,61% inferior a la alcanzada en igual período de 2019, cuando 244.529 emigrados cubanos viajaron a la Isla. La diferencia es de 99.306 viajeros.

La tercera fuente son los turistas norteamericanos, los cuales computaron 67.616 viajeros, un 79,84% inferior a igual periodo de 2019.

Entre estos tres emisores, sumaron 757.602 viajeros, un 40% inferior a los de hace cuatro años, cuando la cifra era de 1.262.882 turistas. La diferencia es de 504.880 personas.

Por otra parte, el turismo europeo hacia Cuba está estancado y no se visualiza una tendencia de que vaya a tener alguna mejora en los próximos meses. El mercado alemán apenas aportó 34.231 turistas (menos 64,06% que en 2019, cuando supuso 95.255 turistas, para una diferencia de 61.024 viajeros); Francia cerró en mayo con 29.201 turistas (71,61% menos, tras sumar 102.859 viajeros hace cuatro años).

Con el mercado inglés ocurre algo similar: apenas viajaron a la Isla en los primeros cinco meses del año un total de 25.178 turistas, 66,84% inferior a igual periodo de 2019, lo que significa 50.745 menos. El mercado italiano también está estancado, pues solo 23.176 veraneantes de esa nación han llegado a la Isla, una disminución de 65,45%, 43.913 viajeros menos que hace cuatro años, cuando sumó 67.089 turistas.

Finalmente, el mercado español ha acumulado 29.451 viajeros en los primeros cinco meses del año, 41,84% menos que en 2019, cuando sumó 50.639 turistas; la diferencia es de 21.188 viajeros.

En los primeros cinco meses de 2019, la industria turística cubana acumuló 1.412.830.918 dólares en ingresos brutos, mientras que al cierre de mayo de 2023 los ingresos acumulados fueron de 568.536.689 dólares. La disminución es del 59,75%, con 844.294.229 dólares menos.

El ingreso promedio por turista en 2019 fue de 617.88 dólares, mientras que en 2023 ha sido hasta ahora de 497 dólares, una diferencia de 120.88 dólares por turista. Este indicador muestra que el turismo que viaja a Cuba es de un segmento de muy bajo poder adquisitivo.

La diáspora cubana, segundo mercado emisor

De todos los segmentos de turistas que viajan a Cuba, el que mayor ingreso deja es el de los cubanoamericanos. Mas del 90% del negocio de la renta de autos es absorbida por este segmento. De igual manera, más del 60% de los emigrados que visitan la Isla se hospedan en hoteles en los polos turísticos y una mayoría invita a sus familias residentes en la Isla a pasar unas vacaciones con ellos haciéndose cargo del pago.

En los primeros cinco meses de 2023, 145.223 cubanos residentes en el exterior visitaron la Isla, de ellos 130.514 lo hicieron desde EEUU, el 89,87% del total. Sin embargo, en igual período de 2019, lo hicieron 218.408 visitantes, por lo que la cifra declinó un 40,24%. La diferencia es de 87.894 cubanoamericanos menos. Solo el declive en este segmento ha significado una pérdida de alrededor de 100 millones de dólares.

Arribo de cubanos residentes en el exterior y norteamericanos, periodo enero-mayo 2023, comparado con 2019. Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)

Hay varias cusas que explican este drástico declive. Primero, la profundización de la crisis multisistémica que atraviesa el país, donde en la práctica ni con dólares se pueden conseguir alimentos para vivir. Segundo, la situación de represión, apagones, falta de transporte, escasez de combustible y medicamentos, las pocas opciones de recreación y el mal servicio. Nada de eso atrae el deseo de viajar a vacacionar a la Isla.

De hecho, muchos cubanoamericanos prefieren ir a la República Dominicana y pagarle el pasaje y la estancia a sus familiares que viven en Cuba para poder estar junto a ellos.

Finalmente, la migración masiva de cubanos a los EEUU ha hecho que se reunifiquen muchas familias, lo cual ha eliminado la necesidad de viajar a la Isla.

Cuba se ha convertido en un mercado turístico poco atractivo

La realidad muestra que la industria turística cubana se encuentra atascada en las mismas dificultades que ha tenido en los últimos tres años y que la han llevado a convertirse en la cenicienta del mercado turístico del Caribe. 

Hay que recordar que la crisis multisistémica por la que atraviesa el país se ha profundizado, lo cual dificulta atraer al turismo internacional. La escasez de alimentos, la falta de transporte, los apagones y el aumento vertiginoso de la inflación se han convertido en un lastre que ahuyenta a los turistas. A esto hay que agregar el colapso del sistema de salud cubano, la mala higiene en las calles, el deterioro de los hospitales, la aguda escasez de medicamentos y la falta de personal médico, lo que hace de la Isla un mercado inseguro desde el punto de vista de la salud.

Otro elemento que ha comenzado a convertirse en una amenaza para los turistas es el incremento de la violencia en las calles, el aumento de los robos y los asaltos, que en no pocos casos ha terminado con el asesinato de las víctimas. Cuba ha dejado de ser un lugar seguro para los propios cubanos, por lo que es de imaginar cómo es para los turistas.

Hace unas semanas se reportó la muerte de un turista alemán y hace solo días la de un médico cubano, asesinado en un asalto para quitarle una moto. Incluso el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, llamó a recuperar la seguridad perdida en el país, después que la vivienda de los padres de un sacerdote de su diócesis fuera asaltada por tres ladrones y sus inquilinos sufrieran heridas.

La mala calidad de los servicios en los hoteles es otro elemento que no ayuda a la recuperación de la industria. La falta de insumos y alimentos es una constante. Esa situación genera frecuentes quejas por parte de los clientes, que se hacen virales en las redes sociales, generando una mala imagen de Cuba como destino turístico.

Como parte de este caótico escenario, también podemos mencionar el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania en el mercado turístico, lo cual ha afectado la emisión de turistas a la Isla desde los mercados europeos. Asimismo, el apoyo del Gobierno cubano a Moscú en su genocida invasión tiene un peso muy importante.  

Esta posición política ha generado una fuerte repulsa en Europa hacia el régimen de La Habana, pues ha impactado en la imagen de Cuba como país que apoya el terrorismo de Estado y las guerras genocidas. Los números analizados al comienzo de este artículo así lo reflejan: el declive de los tradicionales cinco principales emisores de turismo europeo a Cuba (Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y España) ha sido del 63,94%. La cifra total de veraneantes desde esos países hasta mayo de 2023 fue 141.237, unos 250.528 menos que en igual periodo de 2019, cuando sumaron 391.765.

Por último, la mala planificación de los recursos financieros es otro factor que ha golpeado a la industria turística cubana. Hay que recordar que el régimen, a través de GAESA, destinó un multimillonario capital para invertir en la construcción de decenas de hoteles nuevos, en un momento en que la ocupación hotelera estaba por debajo del 15%, y no destinó los recursos necesarios para garantizar una estancia satisfactoria y placentera de los turistas que visitan el país.

Tampoco invirtió en otros sectores de la economía que hubiesen ayudado a crear un ambiente favorable para la atracción turística, como por ejemplo en la matriz energética, que hubiera permitido evitar los apagones y el malestar social que esto genera; el abastecimiento de alimentos en los mercados y medicinas en las farmacias; el arreglo de las calles y la limpieza en las ciudades, para evitar brotes de enfermedades, etc. 

Mantener esas desmedidas inversiones en un momento en que la pandemia golpeaba con fuerza a la población cubana ha sido corroborado por los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. En este sentido, en 2020 el régimen cubano invirtió en hoteles 4.138,8 millones de dólares (el 45% del total de las inversiones realizadas en el país). En la Salud Pública, apenas 84,5 millones.

Inversiones en Cuba por actividad económica, 2020. Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)

Lo anterior provocó una alta frustración en la población, que estaba bajo el sufrimiento de otras carencias. Por ello, la situación dio lugar a la ira ciudadana que desencadenó las protestas del 11 de julio de 2021. Estas inusitadas inversiones, que no se justificaban, fortalecieron las sospechas de que GAESA estaba llevando a cabo un sofisticado negocio de lavado de capital. 

El régimen apuesta por el turismo ruso

Una de las medidas que ha tomado el régimen cubano para tratar de apuntalar la industria turística es alinearse con los rusos. Para ello, en los recientes acuerdos que se han firmado con empresas de ese país presumiblemente se han acordado vuelos desde Rusia hacia ocho aeropuertos cubanos, así como desde Cuba hacia cuatro ciudades de la nación euroasiática.

También se proyecta crear un polo turístico netamente para atender el mercado ruso. Se contempla la construcción de un hotel con capital ruso en Varadero, así como conceder contratos de administración hotelera a empresas rusas para el manejo de su mercado. Resulta extraña la petición de crear un polo solo para veraneantes rusos: parece que el Kremlin no quiere que sus turistas su "contaminen ideológicamente" con los visitantes occidentales.

El turismo ruso en los primeros cinco meses del año aportó 55.413 veraneantes, 19,86% menos que en igual periodo de 2019, cuando sumaron 69.143 visitantes. El declive supuso 13.730 turistas menos. No obstante, de los principales mercados emisores europeos, el ruso ha sido uno de los que ha aportado los mejores números en los últimos dos años dentro de la debacle de la industria turística cubana. Ahora mismo es el mercado europeo que más turistas aporta a la Isla.

Sin embargo, las quejas de los visitantes rusos inundan las redes sociales, con comentarios acerca de la mala calidad de la comida de los hoteles cubanos y la falta de confort. Los veraneantes de ese país se han quejado de que las habitaciones de los hoteles no cumplen con los requisitos y estándares de la industria hotelera, están sucias y no cambian las toallas, las camas individuales son diminutas, hay mosquitos y no se observan medios para combatirlos.

Otra de las quejas es sobre la calidad de la comida y la demora en el servicio. También algunos afirman que la Isla no es un lugar para regresar, pues no hay nada que hacer en las ciudades, existen muy pocos locales que visitar y son de dudosa calidad.

Superar este problema será uno de los desafíos más importantes que tendrán que enfrentar los turoperadores rusos si quieren llevar turistas en masa a la Isla. 

Conclusiones

Los pobres resultados alcanzados por la industria turística cubana reflejan que será imposible cumplir la meta de 3.5 millones de turistas que se ha trazado el MINTUR para 2023. Quizás puedan llegar a los 2.5 millones que planificaron para 2022 y que no pudieron lograr en ese entonces.

La realidad muestra que remontar la industria turística hasta los números que reportaba antes de la pandemia será una tarea muy difícil en las actuales circunstancias. La crisis multisistémica que presenta el país constituye un verdadero lastre que impide el despegue de la industria del ocio. 

El Gobierno no tiene los recursos financieros, ni la voluntad política para estructurar los cambios que se necesitan en la economía para salir de este callejón sin salida en el que se encuentra atrapado.

Todo indica que, de mantenerse las actuales condiciones de crisis, las estadísticas de arribo de turistas a la Isla se mantendrán en los próximos dos o tres años con los números que se reportaban hace más de década y media. Hoy la principal industria del país apenas logra generar poco menos de 500 dólares por cada turista que llega. La ocupación hotelera es de apenas un 15%. 

Las condiciones de vida en el país se han depauperado tanto que la industria ha perdido miles de trabajadores con experiencia, que han decido emigrar para busca de un futuro mejor para ellos y sus familias. Mientras tanto, los principales mercados de la región continúan tomando ventaja y consolidando su liderazgo como destinos turísticos con excelentes ofertas y servicios. 

El segmento de cubanoamericanos, que es el que más dinero deja, no se ha recuperado y está marcando una tendencia a seguir declinando, pues a la crisis y lo poco atractivo que se hace visitar la Isla hay que sumar la reunificación familiar de muchos emigrados, a raíz de la avalancha migratoria, que ha hecho mermar el volumen de viajes a la Isla por parte de la diáspora.

Tampoco se puede desconocer el hecho de que muchos cubanos han preferido invertir para sacar a sus familiares de la Isla o sencillamente prefieren pasar las vacaciones con ellos en terceros países, como por ejemplo en República Dominicana, antes de tener que viajar a Cuba.

Sin duda alguna, remontar esta montaña de dificultades es una misión imposible para el mediocre equipo de Gobierno que preside Miguel Díaz Canel, que ni con la ayuda relámpago de los rusos podrá sacar la industria turística a flote, a menos que el país realmente haga cambios estructurales profundos y de un giro de 180 grados, sobre todo en su modelo económico.

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6 comentarios

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Prefiero ir a republica dominicana

gran artículo

Yo quisiera ir a Cuba, para ir al Cobre, pero como voy? Con la escasez que impera que es peor que la de los 90? Para que voy a perder mis vacaciones preocupándome y arriesgar la salud de mi hijo? Puedo ir a cualquier lugar y mi cuesta casi igual y paso menos trabajo.

Colegas Europeos han ido a cuba recientemente, a pesar de mis advertencias, y las quejas son infinitas.

El problema no consiste en arriesgar "la salud" sino arriesgar la vida.

En todos los países del mundo sus pueblos son los dueños del turismo; en Cuba, el dueño es sólo el gobierno. Ese es el fracaso.

Profile picture for user Weston

Pues sí. Así ha sido desde el principio de la Revolución de Fidel. Algunos lo están descubriendo ahora.