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inflación

Cubano, así es como te roba el Gobierno

La principal fuente de la inflación que sufre el país es resultado de la 'falsificación' monetaria que realiza el Gobierno para mantenerse a flote.

La Habana
Huesos, riñones y costillas de cerdo, la venta en una tarima de La Habana.
Huesos, riñones y costillas de cerdo, la venta en una tarima de La Habana. Diario de Cuba

La monetización se produce cuando un banco central crea y presta dinero al Gobierno, ya sea imprimiéndolo o haciendo apuntes de depósito. En sus inicios era un adelanto, un préstamo garantizado por los ingresos fiscales previstos, que debía devolverse normalmente antes de un año. Los términos de la operación suponían que casi toda la inflación que su nacimiento generase quedaría esterilizada a su vencimiento y devolución, que habitualmente implicaba la destrucción física de los billetes.

Mientras la monetización fue solo eso, no hubo problemas; pero en el mundo socialdemócrata de déficit crónico que sufrimos la tentación de monetizar deudas superiores a los ingresos fiscales previstos es demasiado alta. Por ello, los países medianamente serios tienen leyes que impiden al Gobierno crear dinero para monetizar el déficit fiscal.

Así, un Gobierno solo puede gastar más de lo que ingresa endeudándose con sus propios ciudadanos (deuda interna) o con ciudadanos extranjeros (deuda externa) en transacciones consentidas y mutuamente beneficiosas, si no hay corrupción o ineptitud implicada. El Gobierno que no encuentre financiación externa o interna debe ajustar el gasto a sus ingresos o dimitir, no hay más.

En Cuba, como el castrismo es el único propietario de medios de producción —aunque temporalmente permite que algunos sean administrados por agentes privados— la inmensa mayoría de los cubanos no tienen ahorros líquidos para financiar al Estado. El sistema castrista monopolizó la propiedad y la inversión para poder monopolizar la riqueza y la libertad.

El resultado es que el castrismo solo puede endeudarse externamente. Paradójicamente, el Gobierno que le quitó la propiedad a sus ciudadanos porque "eso era lo mejor", necesita para sobrevivir que le presten dinero ciudadanos extranjeros que tienen propiedades.

El problema es que cada vez escasean más los kamikazes financieros dispuestos a prestar dinero a la nación que encabeza el índice Hanke de miseria mundial, y a cuya deuda la agencia de clasificación Moody's le da la nota Ca: "extremadamente especulativa" y "por lo general en incumplimiento".

En estas circunstancias, parecería que el castrismo no tendría más remedio que disminuir el gasto o aumentar los ingresos para poder equilibrar un presupuesto que hoy asume egresos un 25% superiores a las entradas. Pero no es sencillo disminuir el gasto cuando el país está rozando la paralización y la hambruna con servicios e infraestructuras que dan grima, ni tampoco se ve cómo aumentarán los ingresos mientras no desaparezca el castrismo, que es precisamente lo que los gobernantes quieren evitar.

Ante este dilema, el Gobierno, para financiar esos servicios estatales (educación, salud, etc.) que dan sentido y justifican la existencia del sistema castrista mismo, ha optado por la única vía que se lo permite: robarle al pueblo, saquearlo más. Por supuesto, ya no envía milicianos a "nacionalizar" lo que se le antoje como hizo en los años 60, ahora se utiliza el más sutil mecanismo de crear dinero para monetizar el déficit fiscal.

Para entender que monetizar el déficit es robar —razón por la que está prohibido hacerlo en la mayoría de los países— hay que comprender que los bienes y servicios son la verdadera riqueza económica, y que el dinero no es más que un medio para acceder a esos bienes y servicios, una herramienta de intercambio. En esencia, la economía es intercambio de mercancías, no de dinero.

La única manera legítima para obtener dinero y poder comprar aquello que necesitan gobiernos, empresas y personas es, primero, ofrecer a cambio bienes y servicios que alguien les quiera comprar. Cuando en vez de eso alguno de ellos imprime efectivo para gastarlo directamente, está accediendo a mercancías sin dar nada real a cambio, con el pernicioso resultado de licuar el poder adquisitivo del dinero real existente en la economía (inflación) y de apoderarse de recursos a los que no tiene derecho (robo). Si esos billetes los imprimen individuos o empresas se llama falsificación monetaria, si lo hace el Gobierno se llama monetización, pero el resultado es exactamente el mismo.

Esta falsificación, aún legal en la Cuba castrista, es la principal fuente de la inflación que sufre el país. El pueblo observa atónito cómo sus pesos, obtenidos legítimamente intercambiando mercancías o trabajando, valen cada vez menos. Comprende que esto se debe a un fenómeno denominado inflación, pero lo que aún no sabe es que el valor de su dinero no se está esfumando, sino que, por arte de la monetización, ese valor que era suyo se está traspasando al Gobierno. El Gobierno lo está robando.

Es lógica simple. ¿Cómo puede el Gobierno pagar un 25% más de lo que ingresa si no hay nadie prestándole y no tiene ahorros propios? Pues imprimiendo dinero, o sea, falsificándolo y creando inflación, que es la cuantificación estadística de la parte del valor del dinero de las personas que está yendo, sin su consentimiento, a parar al Gobierno.

Si el castrismo no estuviera falsificando billetes para pagar salarios o equilibrar las pérdidas de las empresas estatales, es decir, si no estuviera quitándole recursos al pueblo de manera furtiva mediante la monetización, ya habría tenido que aparecer Raúl Castro en televisión anunciando el cierre de fábricas, empresas, escuelas, hospitales y, en fin, admitiendo la insostenibilidad del sistema. Pero no, no lo han hecho ni lo harán mientras puedan seguir, impunemente, saqueando a los ciudadanos. Sin monetización, hoy no habría castrismo.

La monetización es el martillo con el que el Gobierno le rompe las piernas al pueblo, mientras que la redistribución de la miseria es la muleta que luego le impone y por la cual exige no solo agradecimiento, sino que vayan a desfilar como hicieron el Primero de Mayo.

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6 comentarios

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Profile picture for user padre Ignacio

Como yo digo, jamás ladrón alguno le ha robado al pueblo de Cuba como el régimen vitalicio de la familia Castro en complicidad con la banda terrorista del MININT. Excelente entrega de Rafaela Cruz, como siempre un placer leerte.

Eres mi ídolo Rafaela. No pares. Este artículo hubiese sido el tema del día si no hubiesemos tenido la dolorosa explosión del Saratoga.
Tu capacidad para explicar temas complejos a tus lectores con el genio del pedagogo es brutal.
Imprimir billetes es el arma secreta. Clarooo!!!! Cómo no lo pensé antes? Esa es la sensación que nos dejas.
Los bancos centrales de todo el mundo también lo hacen, encabezados por la Reserva Federal gringa. La diferencia es que en todos esos países la gente mira y puede opinar. Hay tripartición de poderes, partidos políticos múltiples, medios de comunicación privados, libertad de expresión, posibilidades de demandar judicialmente al gobierno, ect, ect, ect... Nada de eso hay en Cuba.
En Cuba hay un "PUEBLO que confía en la revolución, acepta (o por lo menos calla) todo lo que diga su gobierno, desfila, responde - rápido, hace colas, no protesta...
Y por otro lado un" grupúsculo de personas que se están atreviendo a pensar por si mismas y que son "mercen

Profile picture for user pim-pam-pum

Tremenda diferencia entre el aspecto de esa tarima con carne y las mesas que presentaban en la feria de turismo en Varadero, de verdad que el cubano está vivo de puro milagro.

Cubano: asi es como te roba el gobierno
Un cubano: eso lo sé hace 60 años, dime mejor como pirarme pa' donde estas tú

Profile picture for user cubano libre

La cárnita se la comen los Castro & Co.

TODOS A LA PLAZA EL 26 DE JULIO PARA APOYAR LA CONTINUIDAD DEL HAMBRE ,LA MISERIA ,LA EXPLOTACION Y LA REPRESION DESMEDIDA.