Que el raquítico, famélico y hasta ridículo 2% de crecimiento logrado en 2021 —menos de un tercio del crecimiento promedio de América Latina y el Caribe— no sea la peor noticia económica del país, es atemorizante. Pero no, no es la peor noticia —¡atemorícese!— porque el problema real no es lo que ha pasado, sino lo que viene. ¿Y cómo sabemos qué depara el futuro? Fácil: desconocer o no atender las lecciones de la historia, te condenan a repetirla.
Lo primero que el Gobierno cubano desconoce —o no atiende— son las causas estructurales que subyacen a la crónica debilidad económica de la Isla. Y decimos rotundamente que desconoce o no atiende, porque las innumerables medidas económicas dispuestas desde que hace una década comenzaron con los Lineamientos y no han tocado lo esencial: la falta de libertad económica y seguridad jurídica, el castrismo como modelo fallido.
Tras este largo periodo de reformas, lo peor no es que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca solo 2%, sino el cómo se ha obtenido ese pitufino crecimiento, algo que desentrañaremos desglosando los componentes del PIB desde la perspectiva del gasto en las Cuentas Nacionales.
El PIB es igual al agregado del consumo de los hogares (C), la inversión de las empresas en capital fijo (I), el gasto del Gobierno (G) más la diferencia entre exportaciones e importaciones (X-M), que suman si el resultado es positivo o restan, en caso contrario.
PIB = C + G + I + (X - M)
El consumo de los hogares ha disminuido ostensiblemente. El Gobierno reconoce públicamente —falseando la causa de la inflación— un déficit de oferta de bienes y servicios de 60.000 millones, imprescindibles para equilibrar la oferta monetaria lanzada por el Banco Central de Cuba.
De la formación bruta de capital fijo, o inversión de las empresas, no hay aún datos finales para el 2021, pero no debe haber cambiado la tendencia decreciente. Los atrasos acumulados en la muy básica generación de energía eléctrica, el creciente desfase tecnológico y la imparable depauperación de la infraestructura lo atestiguan.
En cuanto al resultado de la Cuenta Corriente (exportaciones menos importaciones), la CEPAL informa que Cuba ha disminuido sus exportaciones un 7% y sus importaciones un 10%, lo que, ni de lejos, invierte la balanza comercial negativa que presentó el país en el 2020, que superaba los 5.000 millones de dólares según el Banco Mundial.
De todo lo anterior se deduce que, si en la ecuación lineal del PIB, el consumo (C), la inversión (I) y la balanza comercial (X-M) son negativos, el único modo de haber compensado esa caída generalizada y que el PIB resultase positivo, es mediante el componente restante: el gasto del Gobierno.
Son varias las maneras en que un Gobierno puede aumentar su gasto. La peor de todas es la monetización de la deuda; es decir, imprimir tanto dinero como sea necesario para pagar bienes y servicios producidos por trabajadores y empresarios. Esta es la peor manera porque es una trampa que se le hace a los ciudadanos, a quienes se le paga a costa de diluirles el poder adquisitivo —verdadera causa de la inflación—, principalmente de aquellos que tienen rentas fijas, es decir, asalariados y pensionistas.
Muchos países, de hecho, prohíben en sus constituciones el uso de este mecanismo de financiación gubernamental, pero al castrismo no le ha quedado más remedio, para seguir salvando la cara, que echar mano de él, porque las vías normales de financiación internacional le están vedadas (al menos al nivel necesario) por su historial como mal pagador y líder del movimiento del no pago de la deuda externa.
Entonces, es claro que ninguno de los cambios económicos hechos por el Gobierno en la última década, desde los Lineamientos a la Tarea Ordenamiento, ha servido para nada. A la hora de la verdad, para sacar adelante un risible 2% de crecimiento, el Gobierno ha tenido que aumentar el gasto propio escandalosamente, porque el resto de la economía está colapsada.
Si por diseño, la Tarea Ordenamiento demandó un déficit fiscal de 18% en 2021, con los gastos de la pandemia, más los costes que han tenido que retornar al presupuesto central del Estado para dar liquidez a hogares y producción, el verdadero déficit debe rondar un astronómico 25% del PIB, muchísimo más del 3% que se da como admisible por la mayoría de los especialistas, o del 6,9% promedio global de América Latina.
Resumiendo, conseguir solo un 2% de crecimiento está muy mal cuando todos los demás rebotaron fuertemente después del bajón económico que en 2020 causó la pandemia. (América Latina consiguió en 2021 una recuperación global de casi el 90%, mientras Cuba solo consiguió recuperar el 18%). Pero lo peor es que esa esmirriada cifra se logra trampeando el valor de la moneda, algo que equivale a robarle a todos los ciudadanos. Y no es exageración: ya en el siglo XVI se argumentaba que desvalorizar la moneda era causa suficiente para deponer al monarca… e incluso para cometer regicidio.
Estamos ante el resultado de la política más consistente del muy conservador Gobierno castrista: cambiar todo lo que debe ser cambiado, sin cambiar nada realmente.
Los lameculos de la dictadura con infulas de economistas (Chancleta de Palo, a.k.a. Herrera Carles, etc) están con la cabeza metida en un cubo. Los argumentos del autor son irrebatibles.
Este artículo es una formidable clase de economía que revela el desastre castrista. Y por cierto, tengo entendido que el Producto Interno Bruto es el valor monetario de todos los productos y servicios generados dentro de un país durante un período, de tiempo y no incluye al sector externo (comercio exterior, etc).
El Producto Nacional Bruto mide el valor monetario de los productos y servicios generados por los residentes de un país durante un período, e incluye también al sector externo de la economía, o sea el comercio exterior, el valor de la producción nacional y el valor de la producción extranjera realizada en el país en cuestión.
Pero, repito, este trabajo es una clase magistral sobre la realidad economica castrista, y felicito a la autora
Excelente articulo como siempre Rafaela! Gracias por tu explicacion detallada y clara para todos. Me recuerdas a mi difunto padre el cual era economista de profesion y me explica eso mismo aun cuando no entendia muchas de estas cosas. El estaria orgulloso de leer tus articulos. En dos palabras; estan fracasados! no pagan sus deudas y durante anos diririgieron todos sus esfuerzoz politicos e ideologicos a impulsar a los "paises pobres" a no pagar sus deudas! Este es el resultado ahora; y por otro lado quen va a invertir en Cuba? hay que ser mas que idiota en solamente pensarlo. Mis saludos y mejores deseos para ti y todos lectores y DDC.
¿Pero la tiranía calcula el PIB de verdad? Yo pensaba que todos los años ponían la cifra que más le convenía, pues eso es lo que hacen en todas las esferas de su gobierno, inflar globos y decir mentiras... de sobra lo sabemos jjj
Una clase magistral en Economía 101 para el futuro Doctor Gil ministro de esa carpeta. Cuídese Rafaela que de momento mandan al G2 a secuestrarla por poner en ridículo a los imbéciles en el poder.
Esta articulista es un tenedor Enel ojo de la dictadura, los disecciona
Falsear las cifras ha sido el modelo contable del Castrismo en todos los ordenes de la sociedad,somos muchos los cubanos que somos testigos directos de ese fenomeno ,no son rumores mal intencionados ,es la triste realidad.Con solo hacer un analisis ligero de como viven los cubanos de a pie ,nos damos cuenta de la situacion de miseria creciente en el tiempo que han vivido y viven los cubanos ,si no fuera por el exilio fundamentalmente,los robos al estado y la prostitucion (jineteras) el pueblo estaria pasando por una hambruna peor que la de Corea del Norte ,que es decir la peor hambruna del mundo.
Desde hace mâs de 60 años el castrismo no deja de crecer 2% anualmente. Si fuera realmente cierto Cuba tendría hoy al nivel de Singapur o Malasia.