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Opinión

El Gobierno cubano hace un anuncio económico muy positivo (así como lo oye)

'Implica un giro en el modo en que hasta ahora el castrismo ha lidiado con el sector no estatal de la economía.'

La Habana
Barbero por cuenta propia en La Habana.
Barbero por cuenta propia en La Habana. Diario de Cuba

Abstráigase usted un instante y obvie que estamos hablando del Gobierno cubano. De hecho, intente evitar una comparación con el mundo (más) libre o con la Cuba precastrista. Aténgase exclusivamente al contenido de lo anunciado en relación con el trabajo por cuenta propia en la Isla, que es lo siguiente:

  • Se pasa de una situación de general prohibición con algunas excepciones permitidas, a una de general autorización con algunas —aun demasiadas y sin razón económica—  actividades vedadas.
  • Se sustituyen los engorrosísimos trámites que incluían acudir a un número indefinido de diferentes oficinas para obtener variopintos permisos y se pasa a ventilarlo todo en una ventanilla única.
  • Se reemplazan las cuotas fijas mensuales y los diferentes mecanismos impositivos por un impuesto sobre ingresos netos de una declaración jurada.
  • Se reconoce el 100% del gasto como deducción para calcular la base impositiva y aumenta la cantidad de ingresos anuales exenta de impuestos.
  • Se eliminan los límites a las actividades antes permitidas (un albañil no podía hacer plomería), límites a la cantidad de actividades que podían ejercerse (si eras costurera no podías ser cuidadora de niños) y límites a la actividad bajo la que se obtenía la licencia (una peluquería no podía vender un refrigerio a sus clientes).

Son todas buenas decisiones que implican un giro en el modo con que hasta ahora el castrismo ha lidiado con el sector no estatal de la economía, sin significar ningún avance político —la dictadura sigue siendo dictadura—, ni ser siquiera mínimamente lo que en este oscuro momento de crisis necesita la nación —libertad de empresa y propiedad privada—, sí pone en mejor situación objetiva a miles de cubanos —nadie puede decir que la nueva normativa sea peor que la que sustituye o no tenga un saldo neto positivo— y eso es una buena noticia.

Si se cumple lo anunciado (si se cumple) podríamos atestiguar un florecimiento del cuentapropismo en la Isla, que dependerá de la cantidad de inversión que se logre convocar —principalmente de Miami— y de la pujanza empresarial de los súbditos de Raúl Castro. El andamiaje institucional está en el nivel máximo posible dentro del modelo "cuentapropista", el próximo cambio —que se suponía sería pronto pero ya lo postergaron para el 2022— es eliminar tan odioso eufemismo y legalizar la empresa privada.

Ahora, un "florecimiento del cuentapropismo" solo significa que surgirán unos cuantos timbiriches más, los cubanos podrán prestarse mutuamente algunos servicios muy básicos en instalaciones normalmente precarias, y sí, alguna hostelería de "lujo" se desarrollará y veremos triunfar a lo grande a algunos afortunados (principalmente familiares de miembros del Consejo de Estado), pero no mucho más que eso.

El rostro demacrado de la cotidianidad cubana seguirá languideciendo, los edificios continuarán pugnando a ver cuál se derrumba primero, las calles seguirán coleccionando cráteres, la salud y la educación mantendrán el declive, la inflación explotará en cualquier momento (la calculo para agosto), y transportarse en guagua seguirá siendo una orgía de olores y efluvios humanos.

Caben ahora estas preguntas: ¿Por qué se sufrieron tantos años de cuentapropismo en unas condiciones absurdas y grotescas, cuando desde el principio podía haberse comenzado con el entramado institucional que ahora se anuncia? ¿Si esto era permisible por que se encarceló, multó y entorpeció a tanta gente bajo normativas sin sentido? ¿Por qué se hace precisamente cuando la economía está en su peor momento (por culpa de Trump, por supuesto) y no, por ejemplo, en los tiempos del Hermano Obama?

Y lo más importante: ¿Quién será responsabilizado por haberle impedido a tantas generaciones de cubanos seguir el camino que se sabe es el único correcto y que apenas ahora comienza, tímidamente, a esbozarse? ¿El difunto Castro? ¿El Castro por ser difunto? ¿La nata de burócratas y generales que pululan en el Gobierno como bacterias en una placa de Petri?

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4 comentarios

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Tipico articulo "Clickbait" para concluir en lo que todos ya saben: esas reformas no mejoraran absolutamente nada.

De hecho, si el Estado no permite comprar insumos en cup a los cubanos, el cuentapropismo puede no ya aumentar, sino decaer. Cuantos querran comprar en MLC la materia prima necesaria para su negocio para luego vender el producto final en CUP arriesgandose a la ilegalidad e inseguridad de recuperar el $ en la calle?

Habiendo decretado recientemente el desgobierno que cualquier operacion en MLC debe hacerse a traves de instituciones bancarias del Estado, ya estan creadas las bases juridicas para condenar la compra callejera pero tambien la tenencia de moneda extranjera "injustificada", es decir que no haya sido enviada desde el extranjero a la tarjeta MLC. Tiene sentido entonces para el cubano que no tiene a nadie en el exterior invertir sus $ en algun negocio con semejantes riesgos?

Profile picture for user Amadeus

Es tan poco y miserable lo que dan que cuando permiten reoger colillas es un "avance". Pobre gente!

Profile picture for user Weston

Quisiera ser tan optimista como la Sra. Cruz. De hecho siempre he sido optimista después de la muerte de Fidel, porque Raúl siempre ha sido mucho más pragmático; pero el listado de prohibiciones es apabullante. Yo ni me ilusiono con cambios políticos, y menos con libertad de expresión; pero la economía no resiste más el stalinismo. Cómo es que el gobierno no se da cuenta?

Profile picture for user Ricardo E. Trelles

// ¿Es serio que alguien que nunca he visto responda a un comentario en este medio haga tantas preguntas? //