Numerosos campesinos en la provincia de Holguín se han sorprendido desde finales de enero y principios de febrero con la cuenta de electricidad en sus metrocontadores destinados al riego agrícola.
Lo contradictorio es que la tarifa B2 (sin subsidio) a la que pertenecen no ha sido incluida en el beneficio otorgado recientemente al sector cuentapropista, que da la posibilidad de cambiar el contrato hacia la tarifa B1 del sector residencial (sin subsidio hasta los 500 kw/h).
"Me llegó [una cuenta de] más de 600 pesos y he regado poco", opinó Alexander, un productor de verduras y viandas. "Mi bomba es muy gastona porque tiene un motor grande y cuando más había pagado era 200 pesos, cuando mojaba mucho. Ahora no podré hacerlo porque me monto en miles de pesos con esta tarifa tan cara".
A Andrés, también dedicado a cultivos varios, le sucede peor porque al lado de la bomba de agua construyó una casa rústica para guardar los aperos y hacer almuerzo a sus obreros temporales que contrata.
"Por supuesto que gasto electricidad también en esa casita, que es tan necesaria para la producción como el propio bombeo del agua. Ahí nos guarecemos de día cuando llueve, cogemos sombra al medio día y el guardia permanece de noche. También hace falta luz en los cultivos para que no se los roben y eso consume. Bueno, me llegó [una cuenta de] más de 2.000 pesos de electricidad. Me quedé loco cuando vi esa cifra".
"Enseguida fui a cambiar el contrato por eso que dijeron en la Mesa Redonda de que ayudarían al sector no estatal, y me dijeron rotundamente que no, que para los campesinos no hay nada de ese beneficio. Que tenemos que pagarla cara. Es increíble, y así se llenan la boca de decir que la agricultura está priorizada. La verdad, no lo podía creer".
"Parece que les preocupa que con la corriente cara se eleve el costo de producción de una pizza o de un refresco, pero no les preocupa que se eleve el costo de producción de los alimentos del campo. Claro, a nosotros sí nos ponen un precio por Acopio y ya, a nadie le importa si tenemos ganancia o no. Es injusto", aseveró indignado.
Eddy, que produce tabaco, está construyendo su propia casa al lado del pozo de riego, donde tiene el contador y toma la electricidad del mismo. Como la regla de la Unión Eléctrica, desde hace años, es que solo pone servicio a casas con propiedad legal, hasta que no la concluya y sea declarada "habitable" no puede poner un contador aparte.
"Llevo años usando ese mismo contador para todo y nunca ha habido problemas con los que vienen de la Empresa Eléctrica, porque no puedo esperar terminar la casa para vivir en ella, ni logro terminarla porque no hay materiales de construcción. ¿Qué voy a hacer mientras, vivir sin electricidad? Por supuesto que no", explicó.
"El cobro era normal antes, un poco caro pero hasta ahí. Ahora me ha llegado [una cuenta de] más de 2.000 pesos. Y me amenazan que es una violación, cosa que antes no me dijeron, y que si me quejo mucho me prohíben coger electricidad de ahí, hasta que un día pueda terminar la casa y legalizarla."
"Este país está loco, estamos gobernados por locos. Se la pasan inventando reglas que luego se convierten en trabas. Es como si no supieran que aquí nada funciona bien, que todo lo que inventan es para jodernos más la vida", dijo, con gesto de desagrado.
Un especialista de la Unión Eléctrica en la provincia, consultado al respecto por DIARIO DE CUBA, comentó bajo anonimato, que "en efecto el beneficio otorgado al sector no estatal cuentapropista no se extiende al sector agrícola y tampoco a las iglesias".
Afirmó que desde que se abrió la posibilidad de cambiar el contrato recientemente y más aún, desde que comenzó a cobrarse la lectura diciembre-enero y llegaron tarifas altas a esos consumidores de bomba de riego, "han visitado las oficinas comerciales muchos campesinos y se les ha explicado que hasta ahora no hay esa posibilidad, que solo es para los trabajadores por cuenta propia".
"Hemos abordado el tema en reuniones al nivel nacional por teleconferencia, en días pasados, y se nos explica que sobre eso no hay nada", apuntó.
El discurso oficial cubano sitúa al sector agrícola en una supuesta "gran prioridad" y le otorga gran responsabilidad en la producción de alimentos para el pueblo. Máxime en estos momentos de crisis más profunda reflejada en el desabastecimiento de alimentos. Lo considera incluso un tema de seguridad nacional.
Por ello resulta contradictorio que, mientras se "alivia al cuentapropismo" del tarifazo eléctrico impuesto con la Tarea Ordenamiento, se deje el lazo apretado para quienes producen los alimentos que salvan la mesa de los cubanos de una hambruna más dolorosa. Y que esto recaiga donde más afecta la producción agrícola: en el riego de cultivos.