En medio del caos eléctrico en Cuba, numerosos reclusos denuncian la falta de agua y las condiciones insalubres de las prisiones

La presa política del 11J Sissi Abascal Zamora denunció la falta de agua en la cárcel de mujeres La Bellotex, en Matanzas, informó el grupo de derechos humanos y asesoría legal Cubalex. Asimismo, el activista Marcel Valdés informó recientemente que, en la prisión de Guanajay, Artemisa, los reclusos llevaban más de 30 horas sin acceso al agua, lo que pone en grave riesgo su salud y bienestar.

"Esta situación agrava las ya precarias condiciones de vida de las internas, dificulta que mantengan una higiene adecuada y las expone a graves riesgos para su salud", indicó Cubalex y denunció que, en medio del caos eléctrico que vive el país, "en el penal solo disponen de electricidad durante cuatro horas al día, lo que afecta el suministro de agua. Esto ha impedido que las reclusas puedan bañarse durante los últimos dos días".

Igualmente, el prisionero político José Armando Torrente Muñoz, recluido en la prisión Kilo 9, en Camagüey, informó que también enfrentan serias dificultades con el suministro de agua debido a los prolongados apagones. En dicha institución penitenciaria, al igual que en las del resto del país, "muchos internos padecen desnutrición debido a la precaria alimentación, y la población penal vive en condiciones de hacinamiento, lo que obliga a varios reclusos a dormir en el suelo por la falta de colchones. Como solución, las autoridades penitenciarias han instalado camas literas de tres niveles", denunció Cubalex.

"Alertamos que la falta de acceso al agua deteriora aún más las ya precarias condiciones en las cárceles de Cuba, donde los brotes de enfermedades se intensifican debido a la escasez de medicamentos, la atención médica deficiente y el ambiente insalubre", agregó la ONG.

No es la primera vez que una situación de este tipo ocurre en las precarias cárceles de la Isla, y el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas se he referido con frecuencia a la falta de agua como un agravante para la insalubridad y la mala calidad de vida de los presos. En junio, dicha institución reportó problemas de acceso al agua en Kilo 8, Camagüey, el Combinado del Este, en LaHabana, y el campamento de trabajo forzado anexo a la prisión de Agüica, en Matanzas.

A raíz de esta depauperación sostenida, Cubalex exigió nuevamente "la implementación de medidas urgentes para garantizar condiciones dignas para las personas privadas de libertad".

En agosto, Cubalex denunció que "las condiciones de las celdas de castigo en Cuba son extremadamente precarias y degradantes. Las dimensiones son muy reducidas, con algunas que miden solo dos metros de ancho por menos de cuatro metros de largo, incluyendo tanto el área de baño como el dormitorio. En ciertos casos, estas dimensiones son aún menores, exacerbando la sensación de claustrofobia y confinamiento extremo".

"Los servicios sanitarios son igualmente deficientes; en lugar de inodoros adecuados, hay un simple hueco en el suelo, conocido como 'baño turco'. El suministro de agua es escaso y se proporciona solo una vez al día durante un breve período, lo que dificulta el mantenimiento de la higiene personal y de la celda", describió la organización, luego de entrevistar a un amplio grupo de ex prisioneros cubanos", agregó.