La prisión política en Cuba no solo viola los derechos humanos de activistas y opositores al régimen, también entraña actos de represión para sus familiares, algo que se manifiesta de forma particularmente agresiva en el caso de José Daniel Ferrer, cuya estancia en prisión ha devenido en secuelas psicológicas para su esposa, sus hijos y su familia toda.
La doctora Nelva Ismaray Ortega Tamayo, esposa del activista, dijo en un audio enviado a Martí Noticias que en especial su hijo menor, Daniel José, de apenas cinco años, se ha visto afectado emocionalmente por la separación de su padre, y por las violentas circunstancias que ha presenciado.
"No solo ha repercutido en la escuela, al estar triste y desconcentrado luego de las negativas (que le impiden ver a su padre) en cada visita, a pesar de que es muy inteligente, pero también ha repercutido en su salud", detalló.
Desde que fue detenido, en julio de 2021, cuando intentaba sumarse a las protestas masivas en Santiago de Cuba, Ferrer solo ha tenido derecho a 11 visitas familiares y 9 conyugales, todas bajo control férreo. El pasado 4 de octubre, le fue negada nuevamente la visita familiar, lo que acentúa la preocupación de sus seres queridos sobre su estado físico y psicológico.
En tal sentido, el escritor y activista Ángel Santiesteban, quien visitó recientemente a la familia, escribió en su perfil de Facebook: "Aflige escuchar las anécdotas de los abusos que le cometen a José Daniel Ferrer, a su esposa y a su hijo, un niño hermoso con sentimientos extraordinarios, quien, a sus pocos años de vida, ya está marcado por la educación de sus padres y los abusos que le cometen los esbirros".
"Nelva me contó cómo el niño había visto a los guardias golpear a su padre, entre ellos el jefe de la prisión (el teniente coronel Vladimir Pineda Guerra). Danielito se ilusiona el día de la visita familiar y, una vez que están allí, se la niegan. Para colmo, algún guardia falta de alma y de todo tipo de sentimientos, le ha llegado a decir que su papá se negaba a la visita porque no lo quería ver. Él se ponía a llorar y a decirle 'mi papá me ama'", agregó Santiesteban.
"Hay que ponerse fuerte para aguantar las lágrimas y enseñarlo a ser fuerte a él también, a pesar de su poca edad, pero es lo mejor que podemos hacer para ayudarlo. Acompañarlo a la escuela y luego ir a recogerlo, me hizo su amigo. Y hablamos de nuestras mascotas y me encantaba hacerlo reír", narró.
"Sabemos que todas las dictaduras, de izquierda o de derecha, violan los derechos humanos. Pero abusar de un niño es algo fuera de todo entendimiento y solo comparable con los abusos de exterminio cometido por los nazis. Pensar diferente no es delito", concluyó Santiesteban, quien también ha sido víctima, en ocasiones anteriores, de la represión del régimen".
En septiembre, a través de una carta escrita de su puño y letra y que pudo salir subrepticiamente de la prisión, Ferrer hizo un llamado a la comunidad internacional para que preste más atención a la situación de vulnerabilidad y violación de los derechos humanos de los presos políticos que el régimen de la Isla mantiene en sus cárceles.
Ferrer, quien lleva más de un año y medio en aislamiento absoluto en una celda tapiada, sin visitas familiares y sin comunicación telefónica, afirmó: "La dictadura me ha sepultado vivo, quieren silenciarme a toda costa, por eso no escuchan mi voz, por eso no reciben mis opiniones, mis razones, mis denuncias sobre lo que ocurre en este infierno".
En tal sentido, Ortega Tamayo denunció que el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y preso político "es víctima de maltratos físicos y psicológicos, difamación por parte de los medios oficialistas y sin acceso a una alimentación adecuada o atención médica. Su único acompañamiento son los mosquitos y otros vectores".
Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Freedom House, y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, así como varios Relatores Especiales de ese organismo, entre otros, han denunciado esta situación y exigido su liberación, sin que el régimen cubano les preste ni siquiera la más mínima atención.
La dictadura se ensaña con personas como José Daniel Ferrer, porque en el fondo le envidian la entereza, la vergüenza y la dignidad de las cuales todos ellos adolecen.