El preso político y miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Eider Frómeta Allen se encuentra en un crítico estado de salud, que le impide incluso caminar. Pese a ello, no recibe atención médica en la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, donde cumple una sanción de ocho años de privación de libertad.
"Él habló conmigo el lunes, que llevaba ya dos o tres días con vómitos, con fiebre, ‘flojera’, que estaba haciendo la 'caca' con sangre. No lo ha visto ningún médico, no lo han llevado a un puesto medico", denunció su madre, Gricelia Allen Sterling al medio estadounidense Martí Noticias.
La negativa de asistencia médica a los reclusos, denunciada por familiares de muchos presos políticos cubanos, constituye una violación de las Reglas Mandela de las Naciones Unidas sobre el tratamiento de los reclusos, que disponen que estos deben tener acceso equitativo a la atención médica.
"En las condiciones que está, no puede ni caminar", describió la mujer y explicó que la alimentación que están recibiendo Frómeta Allen y el resto de los reos recluidos en la prisión de Boniato consiste en "arroz y harina, sin ninguna proteína".
La escasez de comida en las cárceles de Cuba ha sido denunciada por los familiares de varios presos. El informe correspondiente a febrero del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas confirma esos reportes. El informe señala 17 denuncias relacionadas con la pésima alimentación en las prisiones. En el documento, sobresalen los 600 reclusos en estado de desnutrición en el Combinado de Guantánamo y los desmayos por hambre sufridos por varios prisioneros en la cárcel de Valle Grande, en La Habana.
La represión del régimen cubano contra Frómeta Allen, encarcelado desde 2019, ha alcanzado también a su familia. En marzo, su esposa, Marineisy Martínez Villalón, expuso el acoso y las amenazas que recibió por parte de la Seguridad del Estado en Guantánamo.
Según contó la joven al centro de asesoría legal Cubalex, el 15 de marzo fue interrogada en la unidad de Policía conocida como Parque 24, en Guantánamo. Allí fue amenazada por un instructor que se identificó como "Yunior", quien le advirtió que podría ser encarcelada por estar casada con un preso político, además insinuarle que podría quitarle a sus hijos.
Martínez Villalón denunció que el oficial le sugirió terminar su matrimonio con Frómeta Allen para empezar una relación con él. Si aceptaba, le dijo, tendría un mejor futuro, pues su relación actual "iba a terminar mal".
Frente al rechazo de Martínez Villalón, quien dijo que no abandonaría a su esposo, el oficial le advirtió que le haría un "seguimiento" por estar casada con un "contrarrevolucionario".
Cubalex precisó que la conducta del oficial Yunior es un delito de acoso sexual, "previsto y sancionado por el Código Penal cubano con penas agravadas de hasta cinco años de cárcel cuando involucra a autoridades, funcionarios o empleados públicos contra personas a su cargo o sus familiares directos".
La presa política Yanet Pérez Quevedo denunció chantajes de la Seguridad del Estado y una golpiza desde la Prisión Provincial de Mujeres, Camagüey.
En un audio publicado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en la red social X, la prisionera habló sobre su intento de suicidio y de las presiones que ha recibido de un oficial de Seguridad del Estado, al que identificó como Kevin, para que colabore con el régimen.
Pérez Quevedo también contó que una oficial de la prisión, llamada Tamara, le propinó una golpiza "con una cabilla".
Pérez Quevedo, miembro del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba afiliado a la Fundacion Andrei Sajarov, recibió en 2017 el Premio Libertad Pedro Luis Boitel, que otorga el Directorio Democrático Cubano desde 2001.
Frómeta Allen y Pérez Quevedo están entre los 1.066 presos políticos que tiene el régimen de Cuba en sus cárceles, según el informe más reciente de la ONG Prisoners Defenders.