La falta de comida que golpea a los cubanos que no están tras las rejas, provoca desmayos, desnutrición y enfermedades en las prisiones de la Isla. A ello se suman la falta de medicinas y los maltratos verbales. Ese es el panorama que describen la esposa de preso político del 11J, un manifestante recién liberado y el informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas correspondiente a febrero.
"Están pasando mucha hambre; se desmayan", contó al medio estadounidense Martí Noticias Delanis Álvarez sobre las condiciones de los presos en la cárcel de Aguacate, en Quivicán, Mayabeque, donde está recluido su esposo Dunieski Ruiz Cañizares. Ruiz Cañizares cumple una condena de cinco años de cárcel por manifestarse contra el Gobierno en el municipio Güines, de la propia provincia occidental.
"Allá adentro eso está crítico, imagínese que llevaban cuatro días sin agua, sin bañarse, sin afeitarse, sin tomar agua, ensuciando en jabas de nylon", describió.
"La comida malísima, hay presos hinchados por una pasta que están dando, una comida que les hincha los pies a los presos. No hay medicamentos. El medicamento tiene que llevarlo el familiar", explicó Álvarez.
El testimonio de Osain Denis Trujillo, quien fue liberado este 11 de marzo tras cumplir una condena de tres años de cárcel por "desordenes públicos" y "desacato", por su participación en las protestas antigubernamentales de julio de 2021, coincide con el de la esposa de Ruiz Cañizales.
"Lo que se está hoy mismo dando en la prisión es arroz, agua de calabaza y lo que nosotros le decimos 'pasta eléctrica'. La copa (la medida para servir el arroz a los reclusos) cada vez es más pequeña. En el desayuno, agua de calabaza caliente o algún te de yerbas", contó al mismo medio estadounidense.
"Para la atención médica, no hay nada, todo te lo llevan los familiares. El médico te examina, pero no tiene medicina para curarte. Los presos son lo último. Si se sigue apretando en la calle, las cosas se pondrán peor en la prisión", vaticinó.
Trujillo también habló de las golpizas que reciben los presos y la indefensión en que se encuentran ante los abusos.
"Cuando muelen a palo a un preso, primero lo sacan del cubículo, tú no lo ves, pero sí lo sientes. Ofender al preso es normal. Eso pasa en todas las prisiones. El preso no tiene donde quejarse", dijo.
Este exprisionero político de 44 años fue detenido en su casa, tras participar en las protestas del 11J. Los agentes de la Policía se presentaron en su vivienda sin una orden judicial y cuando les llamó la atención por esa violación de los debidos procedimientos recibió una golpiza.
"Yo fui apresado el 12 de julio a las dos de la tarde. Se tiró el comando ese con las armas, delante de mi mujer, de mi hijo; dentro de mi casa. Mi mujer se orinó cuando me empezaron a caer a golpes ahí en la sala de mi vivienda. Me montaron en la guagüita, me pegaron corriente. Esta denuncia mi esposa la hizo (a las autoridades), pero nadie le hizo caso", señaló.
Como consecuencia de su arresto y de los tres años que pasó en prisión, su hija menor, de ocho años, ha quedado traumatizada.
"Degradante todo el proceso psicológico de mi familia. A mi hija más pequeña se le está cayendo el pelo", lamentó.
La situación descrita por Álvarez y Trujillo corrobora lo que recoge el informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas sobre la escasez y la mala calidad de comida.
Como resultado de esta situación, se reportaron alrededor de 600 reclusos en estado de desnutrición solo en la Prisión Provincial de Guantánamo, de acuerdo con el documento, hecho público en marzo. Además, "se conoció de desmayos por hambre sufridos por varios prisioneros en Valle Grande".
Según el texto, el Centro recibió 17 denuncias sobre la alimentación. De ellas, "diez se refieren a problemas generales con la comida en las prisiones Kilo 8 y Kilo 9 (Camagüey), El Caguayo y Mar Verde (Santiago de Cuba), Guamajal y Campamento de trabajo forzado La Demajagua (Granma), Combinado del Este, Valle Grande, Prisión Provincial de Guantánamo y Prisión de Quivicán; tres a incumplimientos en la entrega de dietas médicas; dos a enfermedades gastrointestinales provocadas por comida en descomposición; una a la mala alimentación que reciben las mujeres embarazadas; y una al robo de comida por parte de las autoridades".
El informe recoge además las muertes de tres cubanos presos, que fueron denunciadas en las redes sociales en febrero, además del intento de suicidio de una presa.
Los fallecidos fueron Fernando Chapier y Ángel Yasmín Ortega (Prisión Guamajal, Villa Clara); y Pável de la Torre Cívico (Campamento de trabajo forzado El Pitirre, La Habana).
En el capítulo del informe titulado "Personas privadas de libertad en situaciones delicadas de salud (febrero de 2024)", el Centro explica que Chapier "tuvo que ser ingresado debido a su mal estado de salud. En el hospital sufrió un coma diabético y finalmente falleció".
Sobre Ortega, el documento explica que "fue ingresado en la sala de penados del hospital en muy mal estado de salud y desnutrido. Sufrió un coma diabético. Le otorgaron la licencia extrapenal cuando su muerte era inminente y falleció dos semanas después.
De la Torre Cívico "llevaba tiempo enfermo sin que le brindaran atención médica", según el documento.
"Salió de pase y acudió a un hospital donde lo dejaron ingresado por encontrarse grave. Al no incorporarse el lunes del pase, el jefe de la prisión, Nivaldo, fue de noche en su moto al hospital, le quitó el suero y lo regresó al campamento. Al día siguiente falleció".
El informe refleja el intento de suicidio de Mayelín Rodríguez Prado (Prisión Provincial de Mujeres, Camagüey), reportado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en la red social X.
Según el OCDH también la reclusa Yanet Pérez Quevedo intentó quitarse la vida en la misma prisión.
El informe también recoge denuncias de golpizas y torturas por parte de presos comunes o guardias a Jorge Yenier Ortiz Aguilera (Prisión Provincial de Granma), Miguel Ángel Álvarez Sánchez (Prisión Provincial de Cienfuegos), Ángel Marrero Blanco, Jorge Félix Marrero y José Rodríguez Herrada (Prisión Guamajal).
El documento refleja también los abusos cometidos por las autoridades carcelarias contra la presa política Lisdani Rodríguez Isaac en la Prisión Guamajal de Mujeres. Ella y su familia han denunciado que las autoridades intentaron forzarla a abortar y le han negado la alimentación.