La Seguridad del Estado cubana interroga al joven vestido de nazi en el Maxim Rock

La Seguridad del Estado cubana interrogó este martes a Josué Forcelledo, el joven que vestido de militar nazi ganó un concurso de disfraces en la fiesta de Halloween del pasado sábado en el Centro Cultural Maxim Rock, de La Habana.

Según reportó el portal de noticias Cubanet, Forcelledo contó que el encuentro ocurrió en la estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Güines, provincia de Mayabeque, después de recibir una citación oficial. Apuntó además que el joven fue interrogado durante poco más de una hora por tres oficiales que se identificaron como agentes de la Seguridad del Estado.

Forcelledo, de 23 años de edad, explicó que la Policía Política no lo amenazó, pero que sí indagaron sobre el disfraz y le preguntaron si su intención era "la de ser un nazi". "Me pidieron el disfraz porque creían que era un uniforme original de la Alemania nazi, pero les expliqué que era un disfraz que confeccioné con mi propia ropa", dijo. 

El Instituto Cubano de la Música (ICM), tras la celebración del concurso de disfraces para celebrar Halloween en el Maxim Rock, y del que Forcelledo resultó ganador, anunció la decisión de cerrar el centro: "Dada la gravedad del hecho y la evidencia de la incapacidad de la institución cultural para preverlo, se tomó la decisión de cerrar, de manera inmediata, el Centro Cultural Maxim Rock, hasta tanto se esclarezcan los hechos, se hagan los análisis correspondientes y se tomen las medidas disciplinarias con cada uno de los responsables del suceso".

Según explicó el ICM, la acción del joven fue "una violación de las directivas para la programación cultural", viola "flagrantemente" la "política cultural de la Revolución Cubana", y "vulnera" la moral y los principios sobre los que se funda el "proyecto social cubano".

Forcelledo, quien se presenta como estudiante y trabajador, es del criterio que él no cometió delito alguno. El joven se negó a dar más detalles a Cubanet sobre el interrogatorio, el motivo por el que escogió ese disfraz, la repercusión que ha tenido o su situación actual. 

Según el portal Cubadebate, la decisión de cerrar el Maxim Rock "no es un ataque a la celebración del Halloween en Cuba". 

"Creemos que no hay forma de prohibir ni detener esta práctica. Pero sí es un llamado a la corrección, atención y el trabajo político para que esta celebración no incluya disfraces como este. Ni en instituciones estatales ni en privadas", escribió el autor del texto.

"Aplaudir y premiar un disfraz de una figura causante del genocidio masivo de millones de seres humanos nos pone frente a un problema peor que va más allá del suceso y tiene que ver con la educación, la enseñanza de la historia y la formación de valores en las nuevas generaciones. En Alemania y otros países del mundo, estas formas de representación tienen consecuencias legales. En Cuba habría que tomar medidas de este tipo, porque cada año se exacerba esta penosa situación", sostuvo.

La fiesta de Halloween se ha insertado en Cuba entre la población joven y se viene celebrando desde hace algunos años con más fuerza en los círculos de mayor poder adquisitivo en la Isla. Por ejemplo, Sandro Castro, uno de los nietos de Fidel Castro, emprendedor y propietario de establecimientos nocturnos de fama en La Habana, ha promovido estas celebraciones en sus negocios con toda la parafernalia que conlleva.