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Presos Políticos

Duannis León Taboada protesta en la cárcel y acosan a su madre y hermanas

'Duannis León Taboada es uno de los presos políticos con mayor conciencia y disposición libertaria. Duannis cree en las utopías heroicas que insuflaron el siglo XIX y no tiene miedo.'

La Habana
Duannis León Taboada, preso político.
Duannis León Taboada, preso político. Facebook/Jenni M Taboada

Duannis León Taboada es uno de los presos políticos con mayor conciencia y disposición libertaria. Con apenas 21 años fue arrestado por los sucesos del 11 de julio de 2021 y amenazado con una sentencia que igualaba su edad, a pesar de no haber hecho daño a persona o cosa durante la protesta.

Duannis cree en las utopías heroicas que insuflaron el siglo XIX y no tiene miedo. Desde la cárcel escribe cartas llenas de deseos patrióticos; cartas sensibles. El día en que le hicieron el juicio de apelación, mientras todos rezaban, suplicando la benevolencia de los jueces, Duannis volvió a sublevarse en la sala del tribunal y dijo que vivía en el monstruo y le conocía las entrañas, dijo "Abajo Díaz-Canel, abajo este Gobierno que está condenando a personas inocentes. Libertad. Patria y Vida". Su sentencia terminó siendo de 14 años, suficiente para estropearle la vida. Sin embargo, Duannis no parece haber perdido el espíritu que lo puso en la cárcel, ni la emoción.

Desde afuera, su madre, Jenni Taboada, se desespera todos los días. Ha sido una de las madres más activas entre las que protestan por el encarcelamiento de sus hijos. Sus redes sociales son constantes recordatorios de su amor y desafíos al régimen. El 13 de julio supo que Duannis había hecho un luto los días anteriores (el 11 y 12 de julio). Lo supo porque se lo dijo en una llamada telefónica que grabó y a la que hemos tenido acceso, donde se nota más la intención del hijo por no preocuparla que por hacer un escándalo.

"Te noto rara la voz —sabe la madre enseguida— ¿pasa algo?"  "… Con un poco de fiebre… como 40 grados", se oye responder a Duannis, sin énfasis. Como el audio fue recogido por el grabador de sonidos del celular, la voz del muchacho se siente entrecortada y lejana. Jenni, todavía ingenua, le pregunta:  "¿Y te estabas alimentando?" Ahí es cuando se oye que no, otra vez lejano y entrecortado: "Estaba de luto, mamá, acostado en la cama".

Jenni sigue indagando y puede saber que tampoco estaba tomando agua. No le había dicho nada para no preocuparla, pero hacía un luto de hambre y sed por los días en que alcanzó la libertad. La madre se deshace en súplicas para que su hijo no lo haga más. Aunque él no se dé cuenta, su salud ya se ha deteriorado en estos dos años de mala alimentación y sufrimiento, por eso le dio fiebre. En algún momento ella se ha fortalecido: "Yo no sabía que ibas a llegar tan lejos, porque si no, hago lo mismo los dos días aquí afuera".  

"Cuídate, mamá —se oye repetidamente— te amo mucho. Yo estoy aquí adentro…. No podía hacer otra cosa. Era lo que sentía… Yo estaba obligado a no ir en contra de mis sentimientos… porque si voy en contra de mis sentimientos, dejo de ser yo…". La madre dice que entiende. "De la posición que tuve me nutrí —la tranquiliza Duannis—, me dio fuerzas. Ya mañana estoy al 100%..."  Entonces ya la va preparándola para lo siguiente: "No sabía qué hacer. Yo sentía que era hasta poco". También se puso un pulóver donde había escrito lo que pensaba. El pulóver decía: "Libertad. Las familias son las que sufren. Paz. Amor. Justicia. Oportunidades. Todo por nuestra Patria y la Vida".

Le llama la atención que esta vez no lo reprimieron: "Tú sabes que a mí siempre me reprimen. Pero esta vez me respetaron mis creencias". Ambos se sorprenden. El hijo nada más quiere que ella se cuide: "Yo nada más te escuché la voz y me siento mejor.  Dios quiera que no te pase nada. Tú eres mi vida".

No lo reprimieron como brutos esta vez. Pero al día siguiente de la llamada, que ocurrió el 13 de julio de 2023, Duannis fue llevado a un interrogatorio donde confusamente le mostraron papeles que acusaban a su madre y hermanas de algún delito común. También adelantaron que Yeni podía amanecer muerta.

"Estoy bajo amenaza de muerte, de ir presa —denuncia Jenni en una directa de Facebook—. Mi hijo me acaba de pedir, implorándome, que me vaya de Cuba porque el teme por mi vida", dice al borde de las lágrimas.

Y añade: "Me siento muy mal conmigo misma: que mi hijo esté allá adentro bajo amenaza, pensando que a mí me va a pasar algo, o a mis hijas".  Yenni se dirige a las autoridades: "Respeten a las madres cubanas. ¿Cómo coño se supone que una madre se va a ir del país y va a dejar a su hijo aquí encerrado en una cárcel de máximo rigor?"

Es la estrategia de los esbirros que mejor les ha funcionado hasta ahora: hacer temer a las madres por la seguridad de sus presos, y al hijo por la libertad de las madres.

La directa de Jenni Taboada ha tenido apenas 68 "Me gusta" durante las primeras 12 horas y había sido compartida 90 veces. No sé a cuántos les llegará esta denuncia. Cuando Cuba hierve (y antes que hierva) no faltan horas de videos que nos convocan a los de adentro a que olvidemos todo, y salgamos a la calle. Mucho menos tiempo se le dedica a quienes ya lo hicieron y cumplen largas condenas en las cárceles del régimen. Valientes como Duannis León Taboada o Andy García (que está preso porque quiere, por negarse a trabajar en una granja) hoy pasan inadvertidos y sin embargo, son los cubanos que todos necesitan. Si algo se parece a un héroe son ellos. En las manos de los agentes de opinión que coleccionan miles de vistas está protegerlos.

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