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Represión

Tras su arresto, Alina Bárbara López denuncia un 'intento de secuestro' de la Seguridad del Estado

Asegura que a partir de ahora se manifestará de manera pacífica los días 18 de cada mes

La Habana
La profesora e historiadora Alina Bárbara López Hernández.
La profesora e historiadora Alina Bárbara López Hernández. La Joven Cuba

La profesora Alina Bárbara López Hernández, quien fuera detenida con violencia por agentes de la Seguridad del Estado este jueves por protestar por el arresto del escritor e investigador Jorge Fernández Era, fue conducida a la unidad de Policía en un carro patrullero. Tras ser liberada, relató lo que vivió a lo largo de la jornada de ayer, denunció un "intento de secuestro" y anunció que se manifestará pacíficamente los días 18 de cada mes en el Parque de la Libertad de la ciudad de Matanzas.

Según informó La Joven Cuba (LJC) en un tuit, Fernández Era fue liberado después "de varias horas desde su detención y una ola de solidaridad en redes sociales".

López Hernández detalló en una extensa publicación en su perfil de Facebook lo que ocurre cuando un ciudadano cubano ejerce "un derecho constitucional en un país sin derechos políticos".

Cuenta que en un inicio se sentó en un banco del parque, pero que pronto comprendió que "debía visibilizar" el motivo de su protesta. "Improvisé allí mismo un cartel muy simple con mi pésima letra de zurda y empecé a recorrer el espacio del parque", narra. Enseguida, varias personas se le acercaron para leer lo que decía el papel y algunas le preguntaron quién era Fernández Era a lo que ella respondió brevemente. 

"Se acercaron dos señoras y me preguntaron con amabilidad qué hacía; del mismo modo, les expliqué. Se presentaron como funcionarias del Gobierno Provincial, que queda en el área del parque, me dijeron que si las acompañaba a conversar quizá ellas podrían llamar a La Habana e interceder. En ese mismo momento se acercó Osbel Sánchez, director provincial de Cultura, al que evidentemente le avisaron pues su sede queda a varias cuadras del lugar", detalla la historiadora, que terminó acompañando a los funcionarios al edificio.

Cuenta que, una vez dentro de la oficina, donde había una decena de personas, según pudo contar, se dio cuenta de que la mayoría eran del Buró Provincial del Partido, entidad ubicada frente al parque donde ella se manifestaba. "Uno era el funcionario que atiende la esfera Política-Ideológica (muy mal preparado para esa función, dicho sea de paso), otra era la funcionaria que atiende el tema de la defensa, otros dos de esas áreas, cuatro eran funcionarias del Gobierno, y el director de Cultura, que entraba y salía constantemente, dizque averiguando telefónicamente por la situación de Jorge, que era mi principal objetivo", precisa. 

Con el paso del tiempo, la profesora se percató de que algunos de sus interlocutores salían a hablar "con tres agentes que estuvieron todo el tiempo en un auto plateado y que evidentemente le insistían para que me convenciera de desistir". En todo momento, dice, su respuesta fue idéntica: "Cuando suelten a Jorge".

En su texto, López Hernández destaca como "interesante" algunos intercambios con los funcionarios. Cuenta que una señora del Gobierno, que se notaba "medio molesta", le preguntó por qué si Jorge había sido detenido en La Habana ella se manifestaba en Matanzas. Ella le respondió que hasta entonces "nadie le objetó jamás a Fidel que si Batista estaba en La Habana, ellos decidieran atacar un cuartel en Santiago de Cuba". Una reflexión que solo encontró el silencio por respuesta.

Dentro de la sala le preguntaron una y otra vez qué era lo que pretendía con su protesta y su respuesta fue: "Ejercer un derecho constitucional, el de manifestación pacífica".

Contó que le insistieron para que explicara la manera en que se financia la revista LJC, un medio del que López fue colaboradora hasta hace bien poco. Ella les informó que ya no trabajaba con esa publicación pero  subrayó que "el problema de un medio" no es el financiamiento, pues considera que todos lo necesitan para funcionar. En ese intercambió señaló que los medios de prensa alternativos "son necesarios", en especial "en el caso de Cuba con un sistema político discriminatorio".

Aseguró que ese encuentro fue "respetuoso, a veces amable incluso", lo que contrastó con el trato de los agentes de la Seguridad del Estado que la detuvieron en la salida del inmueble: "Fueron groseros: 'Alina, acompáñanos'. Me negué terminantemente, les dije que yo no reconozco a la SE (Seguridad del Estado) como un interlocutor y que, según la propia Ley de Procedimiento Penal, no lo son, que ese era un arresto ilegal. Insistieron y reiteré la negativa. Respuesta: 'tú sabes que tienes que acompañarnos'. Le dije que me conocían muy mal".

Cuando los agentes intentaron conducirla por la fuerza al automóvil, su hija y su yerno, que estaban a su lado en ese momento, salieron en su defensa. Confesó que fue "un momento denigrante" ver a tres hombres "entrenados" intentar reducir "por violencia" a tres personas pacíficas

"Con mi yerno utilizaron una llave en el cuello para inmovilizarlo, a mi hija Cecilia, que es un amor de persona en su educación, le rompieron la sombrilla, y el reloj, pero no lograron separarnos. Incluso una amiga querida que allí estaba intentó mediar. Grité pidiendo auxilio y creo que se preocuparon, pues nos dejaron de agarrar. Ellos no me dieron golpes en la cara o el cuerpo, tampoco a mi hija, pero nos empujaron, halaron, tiraron contra la pared en el intento de secuestro, que eso era lo que a fin de cuentas trataban de hacer", detalló.

López Hernández afirma que en ese momento, gracias a su resistencia, logró que no la trasladaran a otro lugar, y regresaron a "conversar" al mismo local en el que antes se había visto con los funcionarios. 

Uno de los policías, el menos agresivo de todos, señaló López, le dijo que había leído su último libro y que notaba que ella era "un poco fidelista". De inmediato le aclaró que no era así, pero que siempre ha reconocido que, incluso "fundando y dirigiendo un sistema sin derechos políticos" Fidel Castro "le concedió gran importancia a sectores como Salud, Educación y Asistencia Social", tres sectores que están en la actualidad "abandonados".

Ante su reclamo por la manera en que fue tratada durante el arresto y el señalamiento de que estaban violando la ley que decían defender al impedir su manifestación pacífica el agente argumentó que ese tipo de protesta "podía traer problemas". Ella le respondió que "debieron pensarlo" antes de aprobar una Constitución "que otorga tales derechos".

A juicio de la profesora, este reconocimiento en la carta magna se hizo "para ofrecer una imagen internacional garantista" mientras que en el país se "utilizaba a personas como ellos para atemorizar a la ciudadanía y que no se atrevieran a ejercer sus derechos".

En ese instante supo por una amiga que ya Fernández Era estaba libre en La Habana y quiso retirarse a su casa, pero no le fue permitido. Ya habían mandado una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria para llevarla a la estación de Playa, ciudad de Matanzas. "Me dijeron que por radio les habían indicado que en el parque había un escándalo público, y dije que, efectivamente, que yo me había resistido a un secuestro ilegal dentro de la institución cultural en que estábamos y que el escándalo había sido provocado por los tres agentes", agregó

Al preguntar si la iban a acusar de algo para llamar a un abogado, le explicaron que no, que solamente le pondrían "una advertencia". Dijo que no iba a firmar ese documento y que no se reconocía "advertida" por nadie, ni por los agentes agresores, ni por el presidente de la República, ya que ninguno de ellos se encontraba "por encima de la Constitución". 

Después de que le comunicara al agente que el 18 de cada mes seguiría manifestándose, pudo finalmente irse para su casa. 

Al salir la esperaba su hija, que le contó que dos agentes se acercaron a ella para pedirle que convenciera a la madre de abandonar su protesta. El intercambio fue sorprendente. El agente le dijo: "Ni que ese hombre fuera tan amigo de ella, a ver: ¿le ha dado alguna vez un medicamento o diez libras de arroz?". Su hija le respondió: "¿Entonces, ustedes defienden lo que defienden porque les dan un módulo o una caja de pollo?" Se apresuraron a decir que no y Cecilia les dijo: "pues entonces deben entender que no todo tiene precio, que mi madre actúa por principios y convicciones", relata la profesora.

En octubre de 2022, Alina Bárbara López Hernández fue citada en varias ocasiones por la Contrainteligencia después de que las presiones de la policía política lograran suspender en tres ocasiones la presentación pública de la antología literaria La peor generación, prologada por ella.

Además, algunos de los integrantes del panel fueron sometidos a mecanismos de hostigamiento.

En esa ocasión, López Hernández llamó a no seguir "naturalizando esa aberración ilegal que entre nosotros se ha dado en llamar: 'los compañeros que nos atienden'".

La académica se negó además a asistir a las citaciones de la Seguridad del Estado e interpuso ante la Fiscalía Provincial de Matanzas una queja y acción de nulidad contra las citaciones oficiales que recibiera.

"Los cubanos carecemos de cultura jurídica y debemos lograrla en tiempos en que hay que hacer valer los derechos de libertad de pensamiento y expresión que la Constitución establece", subrayó.

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3 comentarios

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Señor Loveira, solo le digo que ojalá la Patria cubana contara con muchas personas tan valientes como esta señora. Lea usted bien ella solo defiende la importancia que el cenizas le daba a salud, educación y asistencia social. Y es verdad que siempre se le ha perdonado todo a ese criminal por ello, pero pese a ello me parece que esta señora tiene mas bemoles que el 99.9999% de los carneros que hoy habitan la perla del caribe.

Así que defendiendo al " Cenizas".... pensé que protestaba por la detención de J.f.Era .Sus captores son fruto de la revolución del bastardo de Biran,así que no se queje, ni defienda los " logros" del hp con dinero soviético, porque Cuba nunca produjo nada .

Felicidades, Alina, ya usted lo dijo., los cubanos carecemos de cultura jurídica. Y de pasada hay algo aquí bien interesante, la Seguridad del Estado no tienes potestad jurídica para detener a nadie en Cuba. Por eso es que en algunos casos llaman a la policía y estos que son unos tontos se prestan para la payasada.