La Seguridad del Estado ha censurado por tercera vez el panel literario "La peor generación", con lo cual no ha hecho más que aumentar la exposición del fenómeno a la opinión pública y estimular el debate. Es como si la Seguridad del Estado tuviera una sección de promoción artística y literaria involuntaria.
El 15 de octubre se suponía que el conversatorio de marras tuviera lugar en La Madriguera (es decir, con amparo institucional). Pero el evento puso nervioso a todo el mundo allí y quedó cancelado. A esto siguió la renuncia del principal organizador del mismo, Raymar Aguado, entonces especialista de Artes visuales y Crítica de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Otro plegable anunciaba el panel para el sábado 22 en el espacio autónomo Estudio 50. Allí fueron a impedirlo también los segurosos, de modo que a última hora hubo que cambiar la sede para el Centro Loyola, donde la policía política apareció de nuevo con sus amenazas. El panel, por el momento, quedó suspendido.
"'La Peor Generación' es un suceso cultural innegable dentro del contexto cubano. Las voces que la engalanan son lúcidas y potentes; tanto, que la censura no las hará callar, ni desaparecer y mucho menos las va a intimidar. La cúpula de poder que somete a la Isla, continúa atropellando a la ciudadanía, pero muchos abrazamos la resistencia. Cuba es de todos, no de una minoría que a través de arbitrariedades intenta perpetuarse en la elite", escribió Raymar Aguado en su muro de Facebook.
Según cuenta a DIARIO DE CUBA este joven crítico de arte, el propósito del conversatorio es presentar una nueva generación literaria que, aunque no seguiría el rigor temporal o etario, sí agrupa a una serie de "creadores que consolidan su voz en un contexto similar". Dicha generación habría sido esbozada en la compilación que da título al panel, a cargo de Alejandro Mainegra, pero que todavía no ha salido a la luz.
Por los nombres que se identifican como miembros del grupo, podemos decir que la mayoría en efecto son jóvenes, con una carrera emergente y un discurso muy crítico hacia el régimen. Si bien una parte considerable de ellos se sitúa más bien a la izquierda del espectro político y todavía no adoptan posiciones radicales con respecto a la dictadura. Destacan los activistas LGBTI como Mel Herrera y Manuel de la Cruz, los críticos anticapitalistas como Alexander Hall o poetas feministas como Lisbeth Moya. No quiere decir que todos los que se reconocen dentro del grupo compartan una inclinación ideológica, pero esta similitud sí es detectable en una porción que podría inducir a la descripción del colectivo.
"Lo que caracteriza a esta generación es la poca acogida institucional que han tenido, el rechazo por parte de la oficialidad, el señalamiento constante, las campañas de descrédito", nos cuenta Raymar Aguado. Ciertamente, como grupo, tienen el discurso político más atrevido del campo literario del interior de la Isla en lo que va de Revolución.
Promesas y juramentos de que el panel se hará de cualquier manera abundan en estos días en las redes. Pero la Policía política ya trabaja arduamente para que la anulación y desintegración les ocurra. Un profesor de Español y Literatura llamado Austin Llerandis ya carga tintas contra ellos con intenciones que no parecen limitarse a la estética o la literatura. En su muro de Facebook ha denunciado la insignificancia literaria de esta "Peor generación", lo cual ha creado un pequeño escándalo que no desestima lo teórico. La profesora Alina Bárbara López, realizadora también de la compilación, ha ripostado con una publicación de Facebook titulada "Una reseña que nunca existió". El debate aún sigue sumando voces.
Sigo con alegría a este grupo o promoción. En efecto, la represión se vuelve impulso mediático, sobre todo cuando actúa con tanta torpeza.