"El Gobierno de Cuba continúa reprimiendo y castigando prácticamente cualquier forma de disenso y crítica pública", denuncia la organización internacional Human Rights Watch (HRW) en su informe anual, donde subraya que en 2022 "los cubanos siguen padeciendo una crisis económica severa que impacta en sus derechos básicos".
Al resumir la situación de los derechos humanos en el mundo, la ONG fundada en 1978 y dedicada a investigar el tema señaló que durante 2022 los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua cometieron "abusos aberrantes", y exhortó a los líderes de Latinoamérica a ejercer presión para lograr una transición democrática en esos países.
Con respecto a la Isla, HRW recuerda que los juicios contra cientos de manifestantes del 11J celebrados en el año anterior "a menudo violaron las garantías básicas de debido proceso y dieron lugar a penas de prisión desproporcionadas", mientras señala que "las manifestaciones continuaron en todo el país durante 2022, como consecuencia de los apagones, la escasez de comida y medicamentos y el deterioro de las condiciones de vida".
"La represión que lleva a cabo el Gobierno, así como su evidente falta de predisposición para abordar las causas subyacentes que llevaron a la gente a las calles, forzaron a miles de cubanos a abandonar el país en números sin precedentes", recuerda, para agregar que "Estados Unidos continuó con su fallida política de aislamiento hacia Cuba, incluyendo el embargo".
HRW subraya en su informe que la reforma migratoria impulsada por Raúl Castro "otorgó al Gobierno amplias facultades discrecionales para restringir los viajes por motivos de 'defensa y seguridad nacional' u 'otras razones de interés público'", por lo que "las autoridades niegan selectivamente a los disidentes la salida o el regreso al país".
Como ejemplo de ese mecanismo represivo, el informe cita el caso de la profesora y crítico de arte Anamely Ramos, por cuyo activismo el régimen le impidió regresar a Cuba desde EEUU, donde se encontraba por motivos personales y donde sigue denunciando su destierro forzado con la complicidad de las aerolíneas estadounidenses.
HRW lamenta que "la comunidad internacional no ha conseguido, a lo largo de décadas, que haya avances sostenidos en materia de derechos humanos en Cuba", y recuerda que "el embargo estadounidense brinda una excusa al Gobierno cubano para los problemas del país, un pretexto para los abusos y despierta la simpatía de gobiernos que, de otro modo, habrían sido más proclives a condenar las prácticas abusivas en el país".
Pese a ello, indica el informe, "durante el tercer examen de Cuba, en el mes de junio, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas expresó preocupación por los señalamientos de maltrato y detenciones arbitrarias de niños y niñas que habían participado en las protestas de 2021".
"Desde que fue elegida para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2020 —su quinto mandato en los últimos 15 años—, Cuba se opuso de manera reiterada a resoluciones que alertaban sobre violaciones de derechos humanos en Rusia, Etiopía, Siria y Nicaragua, entre otros", señala.
Asimismo, en el plano de las relaciones internacionales de La Habana, HRW destaca que "la Unión Europea mantuvo su política de relaciones con reservas ante Cuba y emitió declaraciones expresando consternación por las violaciones de derechos humanos por parte del Gobierno".
"Frustrado por la falta de avances en la situación de derechos humanos de Cuba, en diciembre de 2021, el Parlamento Europeo adoptó una resolución que condena los 'abusos sistemáticos' contra disidentes y críticos y exhortó a la UE a considerar la suspensión, por motivos de derechos humanos, del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación bilateral", finaliza.
La comunidad internacional nunca ha estado verdaderamente interesada en conseguir esos avances.