Cuba cerró el mes de diciembre con 692 protestas públicas, una cifra que superó por más de un centenar la anterior más alta, registrada en el mes de octubre (589), señala en su último informe el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), con sede en Miami.
Según este informe, 418 protestas están relacionadas con la exigencia de derechos económicos y sociales (60,4%), mientras 274 estuvieron vinculadas a la exigencia de derechos civiles y políticos (39,6%).
Las razones de los cubanos para protestar son muchas. El Observatorio resaltó en números algunas de ellas, como la "creciente inseguridad, la mala gestión del gobierno (52), el pésimo estado de los servicios básicos como electricidad, agua, salud, vivienda, salubridad y transporte (66) y la escasez e inflación (50)".
En el apartado político, la ONG contabilizó en diciembre el número individual más elevado de protestas (132). En su mayoría, estas manifestaciones están relacionadas con los tratos inhumanos y crueles que el régimen cubano practica en las cárceles de la Isla.
Según el informe, predominaron las denuncias de familiares de presos políticos por torturas a sus allegados en prisión, tales como golpizas, aislamiento en celdas de castigo, prohibición de visitas familiares y llamadas telefónicas, falta de atención médica, agresiones por parte de presos comunes, traslados a pabellones que no correspondían, pésima comida, apertura de nuevos procesos y causas, entre otras violaciones.
"Cuba sigue siendo una bomba social con mecha corta. Desde julio de 2021 no tiene sentido seguir pidiendo demagógicamente a la población comprensión para los errores y capacidad de resistencia, como hizo Miguel Díaz-Canel en el pleno del Comité Central del partido único realizado en diciembre. Nada que avizore un cambio realmente revolucionario y esperanzador se escuchó en ese evento. Ni los cubanos, por cierto, lo esperaban", apuntó el OCC en su reporte.
El Observatorio Cubano de Conflictos concluyó que "la terca conservación de un sistema disfuncional que hace cada vez más imposible la vida cotidiana de la ciudadanía, solo le garantizará (a la cúpula en el poder) un grado mínimo y volátil de gobernabilidad".