Alma Poet: golpes en Línea y F

Venía con su novio, el activista llamado "Tata Poet", bajando por Línea de regreso a casa cuando los rodean como diez agentes de la Seguridad del Estado. Serían como las 11:00PM de la noche del sábado 1 de octubre. A unas cuadras del lugar, en Línea y F, desde que cayó el sol la gente del barrio se había reunido molesta porque llevaban casi una semana sin luz después del huracán Ian.

Se trataba del tercer día de bloqueos de calles, cacelorazos, gritos, en La Habana oscura. Esta protesta del sábado tenía los agravantes de que ocurría en El Vedado, barrio alto y céntrico, que hasta ahora no había intervenido en las manifestaciones; convocaba a bastantes personas y tenía la prensa extranjera protegiéndolos. A diferencia de algunas otras, donde se dialogaba con las autoridades o solamente se pedía la solución al problema inmediato de la luz y el agua, allí se había gritado "Libertad" y "Patria y Vida", cosa que la dictadura no está dispuesta a admitir. Tampoco aceptan documentación gráfica, periodismo ciudadano.

Ya la Seguridad del Estado había fichado a la pareja de Tata y Alma Poet porque la muchacha sacó el celular y filmó cuando la cosa se puso mala: fue cuando un seguroso empezó a filmarlos a ellos también. Hace unos meses, Rosemary Almeda Tapia, de 28 años, es "Alma Poet", para acompañar a su novio el activista. La madre jura que desde los seis años esa joven no ha hecho más que estudiar las artes de la expresión corporal y trabajar. Primero estuvo en la academia de Lizt Alfonso hasta los 15 años. Después fue aceptada en la Escuela Nacional de Artes (ENA), en la compañía/instituto Cuerpo Fusión, donde se graduó de Danza Contemporánea, Mimo y Teatro. Luego ha trabajado lo mismo de bailarina que de artista circense.

Su curriculum es extenso para su edad. Figuran colaboraciones con varias compañías como Danza-Teatro Retazos, Danza Contemporánea de Cuba, Lizt Alfonso. Ha participado en Bienales de La Habana, en las jornadas de teatro Villanueva, en Ciudad en Movimiento, en dramatizados televisivos y la han premiado en diversas ocasiones.

En 2020, me dice Tata, fue invitada al  "Australia Got Talent". Ahora pertenece al Circo Nacional de Cuba. Hay fotos suyas expulsando fuego por la boca, interactuando con un cocodrilo y ayudando al conocido mago Sixto.  Últimamente Rosemary, como Tata, se ha dedicado al acompañamiento de familiares de presos políticos.

Ese sábado 1 de octubre por la noche los dos venían de El Cerro para la casa de la madre de Rosemary, que vive en Línea. A la altura de F encontraron la protesta, que ya había empezado hacía rato. "Más bien se estaba acabando —precisa Tata Poet—. Cuando nosotros llegamos la gente estaba bloqueando la calle, sí, pero tranquilos, cada cual conversando en voz baja en  pequeños grupos. Sin cacelorazos ni nada. De repente, como obedeciendo una orden, ven  salir hombres con palos de todas partes que empiezan a sacar a la gente de la calzada, empujándolos rumbo a la calle 5ta, rumbo al mar, a base de golpes.

"Nosotros empezamos a asistir a la gente. Delante de mí a un muchacho le desfiguraron la cara", recuerda Tata Poet. El muchacho se apoda  Pepitín, se llama José Alarberto Fernández, y es de la zona. Hay una foto de él con un caldero en la mano durante la protesta. Le dieron tantos palos que el total de suturas por las heridas en su cuerpo suman 37, incluyendo la cara. Le desfiguraron el tabique, le dislocaron un hombro. Todavía está preso. "De pronto Rosemary se me suelta y empieza a grabar todo lo que estaban haciendo  —dice Tata con resignación—. Entonces fue cuando el seguroso también nos filma a nosotros".

De la estación policial de Zapata y C a Rosemary se la llevaron para la cárcel de 100 y Aldabó, donde aún permanece. A la familia le han dicho  que ella está en un grupo de acusados de desacato y resistencia. Con el tiempo se irá viendo de qué se les acusa por separado.