Cuando parecía que la Iglesia Católica cubana se apagaba, maltrecha de ausencias y silencios, una promoción de curas surge para hacer lo que hacía muchas décadas no aventuraba ningún laborante de esa institución: hablar claramente de la dictadura. En su mejor momento, en el momento en que aprovechaban el impulso de Juan Pablo II, quienes se atrevieron a actuar se mantuvieron del lado reformista o alusivo, pero nunca directo. Lograron avances, pero tal vez no cambiar la percepción en la gente de la prudencia y, sobre todo, de la homogeneidad del coro de la Iglesia.
Hoy, este valiente grupo de curas, jóvenes o relativamente jóvenes —que se llaman Jorge Luis Pérez Soto, Jorge Luis Gil, Castor José Álvarez Devesa, Alberto Reyes Pías, Rolando Montes de Oca, Lester Zayas, Eduardo Llorens, etc.— escribe en las redes sociales lo que piensa, sale a acompañar a los rebeldes de la sociedad civil, se muestran diversos y, sin dudas, mucho más cercanos a la gente.
En el destacado conjunto se encuentra el padre Kenny Fernández, que oficia en Madruga y Aguacate y cuyo discurso en las redes no deja dudas: el padre Kenny escribe "#CubaEsUnaDictadura". Los familiares de los presos políticos del 11J lo conocen bien. El 15 de noviembre, en Madruga, salió a repartir flores a la gente, respondiendo al llamado de la Marcha por el cambio. La policía política ya le teme.
Kenny Fernández recuerda las innumerables publicaciones de Facebook que desde perfiles anónimos o reales lo repudian por su proyección política, sobre todo las destinadas a sus feligreses.
Hace más de un año, de hecho, crearon una página de Facebook dedicada casi exclusivamente a denigrarlo a él y a otro opositor local. Se llamaba "Madruga Team vs Fake News" (en Santa Clara tienen una parecida, pero hay más disidentes que en Madruga).
Allí publicaron una infame carta dirigida al Cardenal donde supuestos vecinos se quejaban de la actitud política de Kenny. Tenía como cuatro hojas de supuestas firmas. El 2 de mayo de 2021, casualmente, al padre le pusieron una multa de 3.000 pesos por oficiar violando las restricciones del Covid-19 —cuando todo el mundo hacía lo mismo y no pasaba nada—. La sanción fue muy celebrada en aquella página de Facebook.
Días antes de la Marcha por el Cambio, el 13 de noviembre de 2021, la intendente de Madruga le advirtió que si hacía algo en la calle "caería sobre él todo el peso de la ley". A pesar de esto, Kenny salió.
El mes pasado por fin dieron la cara sus perseguidores: el cura fue llamado a un interrogatorio de la Seguridad del Estado donde le expresaron su disgusto por sus publicaciones en Facebook, donde incita a marchas, y a "acciones contrarias a las políticas del Gobierno revolucionario cubano y en consonancia con las políticas del Gobierno de los Estados Unidos… lo cual podría constituir una actividad delictiva", según escribió Kenny Fernández en Twitter.
Este mes de abril, en el marco de las celebraciones de la Semana Santa, finalmente le prohibieron que condujera el Viacrucis en las calles de su localidad. Kenny Fernández resolvió hacerlo en el jardín de la Iglesia.
El hostigamiento ha tomado también timbres más preocupantes: un anónimo le escribe advirtiendo que algo puede pasarle a sus familiares. Otro, en Twitter, dejó hace poco este comentario en una publicación del párroco: "Así me gusta… un tío valiente!! Pero si las autoridades te dan en el futuro un pequeño susto, no valen lloros ni lamentos. Te han advertido educadamente. Sabes a lo que te expones".
Si al padre Kenny Fernández le esconden un criminal en la iglesia, trata de arrollarlo un camión, le cae mal una comida o sucede cualquier accidente, haremos responsables a aquellos que lo vigilan, la Seguridad del Estado.
