El sindicalista independiente cubano Humberto Bello Lafita fue condenado a un año de cárcel tras un juicio sumario, "amañado y secreto" por responder al llamado pacífico a manifestarse el pasado 15 de noviembre, denunció la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC). Por su parte, la activista Daniela Rojo dejó su puesto de coordinadora de la plataforma cívica Archipiélago por "problemas personales y familiares".
Bello Lafita está en la prisión de prisión Valle Grande, dijo la asociación que pidió su "¡Libertad YA!". Iván Hernández Carrillo, secretario general de la ASIC, dijo a DIARIO DE CUBA la semana pasada que el sindicalista estuvo detenido desde el 13 de noviembre en el Centro de Investigación conocido por El Vivac, en La Habana.
"Humberto Bello sería el primer condenado por las manifestaciones del 15N. Fue detenido al intentar salir de su casa", dijo en Twitter el periodista independiente José Raúl Gallego.
El régimen cubano movilizó a su policía política y afines los días antes, durante y después de la Marcha Cívica por el Cambio. "Solamente en la jornada del día 15 de noviembre, fueron detenidas, al menos, 27 personas. Al finalizar el día 15 (11:59PM) se reportaban 11 personas en desaparición forzada", señaló el Centro de Asesoría Legal Cubalex.
Según Cubalex, el 14 de noviembre fueron 48 los actos de hostigamiento contra la sociedad civil.
Daniela Rojo deja la plataforma Archipiélago
Daniela Rojo, una de las personas detenidas por el 15N durante cinco días, anunció este martes en Facebook que deja sus funciones como coordinadora en el equipo de Archipiélago, la plataforma cívica que convocó a la marcha.
"Hoy he tenido que tomar una decisión muy difícil. A raíz de problemas personales y familiares me veo obligada a dejar mis funciones como coordinadora en el equipo de Archipiélago. No he tenido ningún problema con los miembros de la plataforma, a los que abrazo fuertemente y les dejo saber que ha sido un gran placer para mí pertenecer a un equipo tan entregado", dijo.
"Pero como madre he de admitir que hay ciertas prioridades que mantengo y que no puedo seguir posponiendo. Mi salida de Archipiélago no tiene nada que ver con un cambio en mis ideas o en mi posición política, pero necesito abrigar a mi familia, la que más ha sufrido este proceso, en especial mis niños", aclaró.
"Utilizaré mi tiempo para colaborar en otras funciones, útiles también, pero quizá no tan perseguidas por la Seguridad del Estado como lo está en estos momentos Archipiélago. Mi respeto a quienes continúan en ese y todos los proyectos de la causa de la libertad de Cuba, a la que aún me debo. Seguiré abogando desde mi trinchera por una Cuba plural y democrática y en especial por la liberación de todos los presos políticos", agregó.
Daniela Rojo fue una de las madres cubanas desaparecidas tras las protestas del pasado 11 de julio. "No me considero una heroína, porque hice lo que tenía que hacer, lo normal, lo que llevaba ese día. Yo no me podía quedar en mi casa. Lo hice todo pacíficamente confiando que yo estaba defendiendo una causa justa. Entendí, porque sufrí en carne propia, el hashtag #RevoluciónEsRepresiónEnCuba. No siento que haya sido un acto heroico ni mucho menos, siento que era mi deber como cubana que quiere y aboga por un país mejor. Por una democracia real y que se acabe la dictadura que tiene esta gente", dijo a este diario.
Archipiélago se definió este lunes como "una plataforma de acción ciudadana que busca impulsar un nuevo pacto social, un modelo de República que integre los anhelos de todo el pueblo cubano. Acogemos diferentes ideologías sin definir un proyecto político propio, elemento que podría limitar la genuina voluntad de la nación. Se coordina de manera horizontal y democrática, y presenta, como valores fundamentales, el civismo, la inclusividad, la diversidad, el pluralismo, la democracia, la responsabilidad con la vida y la seguridad de la comunidad".