Los habitantes de Guaro, municipio holguinero de Mayarí, están consternados tras conocerse del suicidio del joven de 25 años Jorge Chacón Martínez, quien se habría quitado la vida agobiado por la desesperación luego de que la Policía local le impusiera 7.000 pesos de multa.
"Era un muchacho muy humilde, de Guaro-2, un barrio en las afueras del pueblo, más humilde incluso que el pueblo, lo que es mucho decir", contó a DIARIO DE CUBA la activista Teresa Miranda Céspedes, vecina del joven.
"Él y un amigo lo que estaban era haciendo un favor al vender esos plátanos en este pueblo muerto de hambre, donde no venden nada", indicó.
Chacón Martínez amaneció ahorcado el pasado lunes 29 de marzo en su casa. La Policía lo habría multado dos veces en la misma semana: la primera, por un monto de 2.000 pesos, presuntamente por no usar nasobuco en la vía pública cercana a su domicilio; la segunda, que supuestamente lo llevó al suicidio, por 5.000 pesos. Esa sanción fue por vender plátanos como carretillero de forma ilegal.
"Un policía de apellido Góngora fue el que le impuso la multa de 5.000 pesos. ¡Un abuso! Y le decomisó los plátanos. Él había salido huyendo, pero atraparon a su compañero y se la aplicaron. Lo peor es que días antes otro policía, conocido popularmente como Taboadita (al parecer de apellido Taboada, pero con diminutivo para distinguirlo de su padre), le había aplicado 2.000 pesos por andar sin nasobuco", detalló Miranda Céspedes.
"El muchacho se 'cerró' y se ahorcó, pensando que no podría pagar esa multa e iría a la cárcel. El pueblo está consternado con el suceso. Es un crimen lo que hacen con esa represión, poniendo multas tan abusivas por cosas tan simples que ni deberían ser delito", concluyó la activista.
El joven fallecido no era campesino, aunque sí hacía trabajos eventuales en las áreas agrícolas que rodean el poblado, al igual que ejercía como jornalero de vez en cuando.
Alexey Ramírez, otro residente en Guaro, aseguró que el joven era un "infeliz" (bonachón), incluso huérfano de madre y padre.
"Vivía muy pobre y vendía cualquier cosa para vivir. No todo el mundo reacciona igual con 7.000 pesos de multa. Sabe Dios qué pensaría él, seguro imaginó que terminaría preso por no pagar. Es un crimen que pongan multas tan altas, dicen que cuando te la ponen te dicen que 5.000 es para ayudarte, porque pueden poner 15.000 pesos. ¡Qué barbaridad!", señaló.
Tras conocerse la muerte de Chacón Martínez y divulgarse lo ocurrido a través de los sitios de comunicación independientes, la Policía y la Seguridad del Estado han reforzado la vigilancia alrededor del poblado y la vivienda de la víctima.
Según testimonios obtenidos en el lugar, hasta Guaro-2 se han desplazado familiares del fallecido de otros poblados, quienes afirman que las autoridades intentan impedirles regresar a sus residencias para evitar que denuncien lo sucedido.
La Liga de Campesinos Independientes y la sección Cuba de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) denunció en una declaración lo ocurrido.
"La mafia anticubana que desgobierna el país ha lanzado a la pobreza y miseria extrema a decenas de miles de personas, devaluado súbita y dramáticamente su poder adquisitivo y se ha desentendido de sus necesidades de medicinas y alimentos", subrayaron en la denuncia.
Según las organizaciones, "las multas financian la represión. De ellas salen los salarios de los esbirros que las imponen de forma abusiva y arbitraria. El pueblo está pagando para que lo repriman. Eso es ya intolerable".
"El suicidio de Jorge Cachón Martínez, que prefirió quitarse la vida antes que humillarse o mendigar, debe poner punto final a estos abusos", exigieron.
La declaración exigió que los cubanos dejen de pagar tales sanciones. "¡Nadie debe pagar ni una sola multa más hasta que respeten al pueblo y levanten el bloqueo interno! No hay calabozos para tanta gente", finalizó.