La Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) podría poner fin en muy breve a la labor que vienen realizado para alimentar a pobres en su sede en Santiago de Cuba debido a los altos precios de los productos. Aunque las maniobras del régimen para acabar con la iniciativa continúan, es la falta de recursos, en medio de la inflación que ha traído la Tarea Ordenamiento, la que amenaza la ayuda humanitaria.
"Después de las visitas de los inspectores del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), las dos estrategias que han seguido han sido la de incrementar las amenazas a quienes nos venden alimentos y combustible, de que les multarán, les confiscarán medios, por ejemplo, el caballo y la carretilla, a quienes nos venden la leña, y hasta con prisión han amenazado a quienes nos venden arroz, carne y otros productos", dijo a DIARIO DE CUBA José Daniel Ferrer, coordinador nacional de la UNPACU.
Según Ferrer, también dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC), los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y de la Federación de Mujeres de Cuba (FMC) han estado presionando en el barrio para su expulsión.
"Han estado diciéndole a vecinos que es necesario recoger firmas para sacarme de Altamira, porque soy un peligro para la salud del barrio", afirmó.
El domingo, Ferrer denunció en Twitter que "instrumentos de la tiranía castrocomunista" apedrearon su hogar, "que es la sede nacional de la UNPACU y de la lucha no-violenta por la libertad y contra la tiranía".
"Continuamos dando alimentos a los ancianos, enfermos, alcohólicos, madres sin recursos y otros indigentes. El número de los que buscan alimentos y medicinas en nuestra sede nacional crece de día en día", añadió en sus declaraciones a este diario.
"Estamos a punto de ponerle fin a tan necesaria labor, pero esta vez por falta de recursos para sostenerla. Los altos costos, la inflación, han convertido nuestros modestísimos recursos en nada. Hemos estado sosteniendo esta labor humanitaria, con muy limitadas contribuciones, contribuciones que agradecemos enormemente, pero que resultan insuficientes debido a los altos costos y al incremento diario de personas que vienen en busca de ayuda", argumentó el líder opositor.
"Hoy lo que vamos a dar y a comer nosotros, que comemos lo mismo que podemos dar a los indigentes, es harina de maíz, porque no teníamos suficiente para comprar arroz a 35 pesos la libra", puso como ejemplo.
El coordinador de la UNPACU dijo que además "crece el número también de quienes acuden en busca de analgésicos, antibióticos, medicinas contra la sarna, y otros medicamentos muy escasos en el país".
En medio de la crisis crónica de desabastecimiento de alimentos, fármacos y otros productos de primera necesidad en Cuba, el régimen ha intentado acabar con la iniciativa de la UNPACU, igual que ha hecho con otros proyectos de la sociedad civil independiente.
Recientemente, Ferrer y su esposa protagonizaron una huelga de hambre por un cerco policial de más de seis meses para frustrar la labor. Después de que el dispositivo policial se alejara y el opositor dejara su plantón, el Gobierno le mandó un equipo de Salud Pública para impedir la labor humanitaria con la justificación del Covid-19.