Al menos 80 cineastas cubanos firmaron una declaración de solidaridad del grupo Cardumen con la situación del Movimiento San Isidro. Otros realizadores independiente también apoyaron la manifestación pacífica en La Habana.
"Estamos del lado de la libertad y la vida, siempre opuestos a cualquier forma de la injusticia. Los queremos y los necesitamos vivos", dice el comunicado, firmado por el director Juan Carlos Cremata, la productora Claudia Calviño, el actor Mario Guerra y otros muchos integrantes de los conocidos como "cineastas del Cardumen", entre los que están directores, productores, fotógrafos, guionistas, periodistas, actores y críticos.
"Nos solidarizamos con los miembros del Movimiento San Isidro que están en huelga por defender su derecho a pensar distinto y a expresarlo libremente. Los mismos derechos por los que hemos luchado hasta hoy en nuestro campo. Nuestras voces dispersas quieren hallar un cauce común. Renunciamos al temor, a la insensibilidad y al silencio que nos hacen cómplices", señaló la nota publicada en Facebook.
Los cineastas ofrecieron su apoyo moral a los activistas que se manifiestan en San Isidro y pidieron diálogo, en lugar de imposición a través de la fuerza bruta. "La violencia ejercida contra ellos vulnera su dignidad. El estado de sitio al que se ve sometida la sede del Movimiento es vergonzoso. Nada tienen que ver esas prácticas con el ejercicio de los derechos políticos de una supuesta mayoría. Nos preocupa el desprecio a la vida humana que manifiestan los medios oficiales con su acostumbrado silencio".
"Una larga cadena de actos de repudio, detenciones arbitrarias, restricciones de movimiento, procederes anticonstitucionales contra artistas, intelectuales y activistas nos alarman como ciudadanos y cineastas comprometidos con nuestro tiempo. Acciones como las mencionadas traslucen la impunidad con la que un poder temporal se afirma por encima de la ciudadanía. El proyecto de país excluyente que así dice defenderse no nos convoca, nos pierde por cansancio y falta de fe", apuntó el grupo.
Invitó a buscar nuevos consensos "para el bien de nuestro pueblo" porque, pese a no compartir iguales ideas, sí comparten "una sola humanidad y una sola nación".
El director de cine Carlos Lechuga rechazó "todo tipo de presión, amenaza y violencia que están ejerciendo sobre los cubanos y las cubanas del Movimiento San Isidro" y "la normalización del horror y el terror en que están sumergiendo esta Isla".
Lechuga contó en Facebook que la Seguridad del Estado lo vigiló por tercera vez en este mes fuera de su casa, pero él rechazó la invitación a hablar porque no dialoga con terroristas, ni baila con el terror.
El también realizador Yimit Ramírez dijo en Facebook que quienes reprimen en Cuba son "mediocres oportunistas y violentos, mercenarios asalariados dispuestos a no pensar y golpear" a "personas inocentes, niños, mujeres y hombres de bien".
"Un artista cubano está preso injusta, violenta e ilegalmente, otro grupo de artistas y personas de bien, están en huelga de hambre y de sed dispuestos a morir, ayudemos a que esto no suceda, ayudemos a que pare la injusticia y la violencia", agregó en referencia a Denis Solís y al Movimiento San Isidro.
El creador Raúl Prado mostró en Facebook su apoyo a las acciones de este movimiento.
"Depende de nosotros si ese (cambio) nos incluye a todos o no, y si la respuesta es no, entonces no nos entendemos... si la voluntad es restar, no nos entendemos, si la voluntad es dividir, no nos entendemos, si la voluntad es romper una puerta a martillazos, no nos entendemos, si la voluntad es repudiar antes de escuchar, no nos entendemos... ya llevamos buen tiempo en este círculo vicioso de no escucharnos, de no vernos, de no entendernos; va siendo hora de pensar y elegir un futuro para nuestro país que nos incluya a todos", dijó.
Otros artistas cubanos como Haydée Milanés, Descemer Bueno y Alexis Valdés pidieron diálogo al Gobierno ante los sucesos en San Isidro.
Las autoridades cubanas y la prensa estatal aumentaron, por su parte, la campaña de descrédito contra Dennis Solís y el Movimiento San Isidro, a quienes acusaron de "terrorismo".