Algunos de los cinco activistas que compartieron un carro jaula de la Policía después de ser detenidos por separado este sábado, durante la represión de la marcha de la comunidad LGBTI en La Habana, no se conocían entre sí.
No obstante, bastaron segundos para que terminaran tomándose un selfie en el interior opresivo de la jaula de metal.
Con el teléfono del periodista de DIARIO DE CUBA Boris González Arenas se hizo el retrato de grupo que muestra a Yasmany Sánchez, Ariel Ruiz Urquiola, Iliana Hernández y Yannia del Risco, además de González Arenas, compartiendo el mismo destino de presas de la impotencia del régimen.
Hernández y González Arenas estaban esa tarde en la manifestación en calidad de profesionales de la información, reportando el suceso, mientras que los otros tres eran parte del esfuerzo de la comunidad LGBTI por impedir que una disposición del CENESEX cancelara el derecho ganado de mostrar su orgullo en el espacio público.
González Arenas contó a DDC que la detención fue un instante caótico: dos agentes de la policía política arrastran a Iliana Hernández ante la incredulidad de los presentes. Mientras, otros retienen a Yasmani Sánchez, quien intentó seguir la marcha pese a la prohibición de los agentes policiales, y arengó para que el resto lo siguiera.
En la confusión, Ariel Ruiz Urquiola es "izado" por varios agentes de civil que se lo llevan, abrazado a Sánchez, después de que sus cuerpos se encontraran por azar en medio de la refriega. A Boris lo cargan también, mientras solo atina a gritar "¡Libertad!", como se ve en varios vídeos de ese momento que se han vuelto virales. Pero él no recuerda los detalles.
Solo sabe que en minutos estuvieron todos juntos en ese carro jaula. Por suerte, no había mucho sol, así que el ambiente allí dentro fue menos hirviente que lo esperado. Intercambiaron las primeras palabras, compartieron fotos y mensajes dando cuenta a sus familiares de su situación, mientras les duró la cobertura en sus teléfonos.
Los llevaron a la unidad policial conocida como La Motorizada, en Cuba y Chacón, y de ahí a la estación del Cerro. A los tres hombres los metieron en un calabozo sin baño, con olor a orina, poco menos de una hora, mientras las mujeres permanecieron fuera. Escucharon a algún policía discutir la orden de retenerlos: "Esa gente no va a hacer nada, ¿por qué los voy a meter al calabozo...?"
Más adelante, un uniformado les comentó: "Ojalá todos los que trajeran aquí fueran como ustedes".
Después de un rato aparecieron los agentes de civil, uno de ellos identificándose como "el de la Sección 21" de la Seguridad del Estado de Marianao. A Boris lo amenazaron con su familia durante el interrogatorio, como siempre hacen, cuando se niega a firmar un acta por "desorden público".
Finalmente los liberaron, uno a uno. Afuera esperaban amigos y familiares de Yasmany Sánchez y Yannia del Risco. A Boris le dijeron que no podía quedarse, pero él esperó a unos metros de distancia por Ruiz Urquiola, que salió libre horas más tarde.