La joven lanzadora de jabalina cubana Yulenmis Aguilar, mejor marca mundial del año en esa prueba, podría estar a punto de realizar el sueño de asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024. Pero para ello depende de que las autoridades de España, donde reside desde 2020, le otorguen a tiempo la nacionalidad por carta de naturaleza.
"Vestir la camiseta de España en los Juegos Olímpicos de París es mi gran sueño", aseguró al diario As la cubana, nacida en Bayamo el 3 de agosto de 1996, quien en 2022 lanzó 64,17 metros (su mejor marca personal) y 63,90 en febrero último (mejor marca mundial del año), distancia que la ubicaría en cualquiera de los podios de mundiales desde los Juegos de Tokio 2020 hasta hoy.
Según el medio español, el único impedimento de la joven de 27 años para enrumbar a París es que aún no tiene la nacionalidad española. Pero ello podría estar a punto de resolverse, asegura el reporte, dado que su caso es prioritario para el Consejo Superior de Deportes de España, y cuenta con el beneplácito del Gobierno y el apoyo de la Real Federación Española de Atletismo.
De manera que Aguilar vestiría la camiseta de la selección nacional en la clasificación olímpica el venidero 7 de agosto y, si está al nivel esperado, en la final del 10 del propio mes.
Yulenmis no compite por Cuba desde hace seis años, después que las autoridades decidieran darle de baja del equipo nacional de atletismo. Por ello, bastaría la formalidad de comunicar a la Federación Cubana el cambio de país para completar las gestiones necesarias.
La joven jabalinista llegó a España el 29 de diciembre de 2020 con un visado de estudios y trabajo. En ese momento llevaba ya casi dos años sin entrenar ni competir, tras lograr la plata en el mundial juvenil con 17 años. Todavía posee el récord mundial sub-20, de 63,86 metros. Pero tras perder el oro en los Juegos Centroamericanos de 2018, su carrera apuntaba a terminar.
No obstante, en España ha estado bajo la tutela de Raimundo Fernández, mítico entrenador de lanzamientos que condujo la carrera de jabalinistas como Julián Sotelo o Gustavo Dacal, la discóbola Ángeles Barreiro o la martillista Dolores Pedrares.
Fernández, asegura As, le cambió el agarre del dardo y le facilitó fichar por el Valencia Club Atletismo. También cambió el sistema cubano de preparación física, que recurre a exagerados esfuerzos levantando kilos en las pesas, para hacer énfasis en el perfeccionamiento de la técnica y en ejercicios para aumentar la velocidad y la flexibilidad.
Si todo sale, Yulenmis Aguilar podría incluso hacer historia con España. Hasta la fecha, solo dos mujeres de la nación europea han sobrepasado los 60 metros en el lanzamiento de la jabalina: Mercedes Chilla (27 veces) y Lidia Parada (una).
En 2022, la jabalinista confesó en diálogo con DIARIO DE CUBA que su sueño eran los Juegos Olímpicos de este año. "Quiero buscar el gran resultado de mi vida en París. Habrán pasado tres años desde que estoy en España, estaré en mejor forma y en la edad y madurez exacta para enfrentarme a París, 28 años", dijo.
Yulenmis Aguilar empezó a destacar muy joven en el deporte, y ya con 16 años entró a la selección nacional en La Habana. El año siguiente, se convirtió en subcampeona mundial juvenil en Donetsk.
"Estaba muy jovencita, empecé a tener resultados muy buenos, pero mi cuerpo no estaba preparado. Mi entrenador me decía que era un talento en bruto porque prácticamente no habían hecho nada conmigo. Cuando pasé a la categoría sub-20, la presión fue mayor", contó Aguilar.
"Cuba es un país en donde las oportunidades hay que aprovecharlas. A mí se me abrieron las puertas para participar en unos Juegos Centroamericanos con 17 años; no podía decir que no, de hecho, era algo que yo me había ganado, pero sin medir las consecuencias, era muy joven. Estuve en excelentes manos, un excelente entrenador que no abusó de mi categoría, planificó según mi edad, porque quería que yo llegara a los 30 años lanzando jabalinas, pero en las competencias las exigencias eran muy altas, ya no era culpa de él", recordó.
En esos Juegos Centroamericanos, Aguilar consiguió una medalla de bronce. A día de hoy, no responsabiliza a nadie de las múltiples lesiones que sufrió siendo aún una adolescente.
"Hay una forma de trabajo en Cuba que no está bien ni mal, simplemente hay individualidades con cada atleta. Si tienes uno que se lesiona tan seguido, tienes que buscar opciones para que eso no pase. No puedo responsabilizar a ningún directivo, porque es un librito que se ha seguido desde los años 80".
Sobre su posterior expulsión de la Selección Nacional, aseguró que no se lo esperaba. "Me cogió de sorpresa. A a mí me pedían ese año 60,90 para seguir en el equipo y lancé 60,29. Cuando cumples con más de un 94% en el equipo nacional, cumpliste la temporada, pero me pedían ganar los Juegos Centroamericanos. Aquello fue un desastre".
Esos juegos dejaron a Aguilar un sabor amargo. "Detrás de los resultados venían otras cosas; me mandaron un mes sola con mi entrenadora a México, sin médicos, sin fisioterapeutas, sin nada. De México regresé a Cuba y me fui para los juegos sin entrenador de jabalina. Fue duro. Cuando regresé estaba en mis vacaciones, me llamaron por teléfono y me dijeron que no contaban conmigo para la próxima temporada. Pedí una explicación y me dijeron que por malos resultados en los Juegos Centroamericanos. No lo entendí, ya yo había cumplido la temporada y, a pesar de no haber ganado, cogí bronce".
Aguilar sigue sin entender su expulsión: "Sin mencionar a nadie, hubo muchos atletas que participaron en esos juegos y, sin ser finalistas, siguieron en el equipo nacional. ¿Sobre qué base me dieron baja?, es la pregunta que siempre me hago. Salir del equipo nacional fue duro a nivel personal, yo me había pasado toda la vida ahí".
Sobre su decisión de irse a España, razonó: "Para los que dicen que soy una malagradecida o que me quedé, en 2016 y 2018 la Universidad de Monterrey me ofreció contratos, beca incluida, pero tenía que quedarme ilegalmente y no accedí. Salí legalmente de Cuba y puedo regresar cuando quiera".
"A España llegué en pleno invierno y me dijeron que tenía los cartílagos de mis rodillas rotos. Empezamos con un calvario de médicos y fisioterapeutas. Le dije a mi entrenador que, con rodillera, había que competir, y en dos meses y medio lancé 61 metros, mi segunda mejor marca. Fue difícil empezar después de dos años parada, fue un inicio desde cero física y técnicamente, pero, poco a poco, lo he ido asimilando", aseguró.
Además, todos los miembros de la familia fueron golpeados salvajemente, niños incluidos. Los mayores fueron encarcelados y dos de los niños fueron "puestos en libertad" para entregarlos a familiares en Pinar del Río, aunque siguieron bajo vigilancia. No se les permitió asistir a la escuela. Owen Delgado, de 15 años, recibió heridas tan graves en la cara y la cabeza (casi perdió una oreja) que tuvo que ser trasladado a un hospital. El 3 de marzo de 1981, después de estar en coma durante dos días, Owen Delgado murió. Su cuerpo no fue regresado a la familia para ser enterrado.