El estelar vallista cubano Orlando Ortega, quien reside en España desde 2013 y compite con los colores de esa nación europea, regresó a las pistas luego de dos años alejado de la alta competencia y después de sufrir constantes lesiones que lo distanciaron de los primeros lugares de su categoría.
No obstante, el subcampeón olímpico en los Juegos de Río 2016, quien desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 parecía haber puesto punto final a su carrera, se operó de los isquiotibiales hace casi un año y en entrevista con el diario español El Mundo, confesó que ahora está "mejor que nunca".
"Tengo la vista puesta en los Juegos de París. Quiero seguir recuperándome, seguir ganando confianza en los entrenamientos y seguir disfrutando de este deporte", dijo.
"Estar en París ya sería un logro, tengo que ser realista. Siempre he sido muy ambicioso, quiero otra medalla olímpica, pero decirte que voy a ganar sería mentirte. Tengo mucha fe en clasificarme. Y si lo consigo, iré a vivirlo, a disfrutarlo, a intentarlo. Las vallas ya sabes cómo son: hay malas salidas, hay tropiezos y, de repente, puedes tener una oportunidad. Pero el objetivo es estar", enfatizó.
Sobre tanto tiempo ausente, Ortega reconoció que ha sido un periodo complejo para él: "Han sido dos años complicados. Ha habido momentos de frustración, de inseguridad, de mucho dolor con las lesiones. Te vienen muchas cosas a la mente, te afecta en tu vida personal. A veces no me apetecía levantarme de la cama. Pero gracias a Dios y al trabajo con mi psicóloga, Toñi Martos, he salido adelante. Ahora entiendo que soy un ser humano, no soy un robot, y que es normal que te invada la inseguridad y te cree confusión. Ahora sé transformar esos pensamientos en motivación".
Pero en estos años también cambió la vida personal del atleta cubano, que se mudó de Chipre para establecerse en Barcelona y se casó con la cantante Aina Maro, con quien tuvo una hija. Ahora entrena en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès, en la capital catalana.
"Aquí encontré un hogar, que lo necesitaba desde hace años. Hablé con la Federación Española de Atletismo para entrenar en el CAR, me concedieron una beca y estoy encantado. Tengo unas condiciones magníficas para entrenar", reconoció.
Sobre la visita que le hizo recién el jamaicano Hansle Parchment, vigente campeón olímpico, dijo a El Mundo: "Tenemos buena relación, sí. Es mi rival de toda la vida, llevamos casi 15 años compitiendo juntos. Él, Pascal Martinot-Lagarde y yo tenemos más de 30 años y ahí seguimos. Me encantaría volver a disputar una prueba de la Liga de Diamante contra ellos, y por supuesto, encontrarnos en la final de los Juegos Olímpicos. Hay muy buenos jóvenes, como Grant Holloway o Trey Cunningham, pero nos mantenemos los veteranos".
"El atletismo es mi pasión y no me veo aún sentado en casa pensando que ya está, que no voy a competir más. Lo intentaré hasta que el cuerpo me diga que ya no puede más. Llegará un día en que tenga que retirarme, pero no lo veo cerca. Además, ahora he encontrado estabilidad, he organizado mi vida, y pienso que puedo disfrutar de aquí en adelante", finalizó.
En agosto de 2021, siendo uno de los más fuertes aspirantes a medallas por la delegación ibérica a las olimpiadas de Tokio 2020, Ortega se lesionó durante un entrenamiento en Japón y dijo adiós al máximo torneo.
Su título de subcampeón en la carrera de 110 metros con vallas en Río 2016 sigue siendo el mejor resultado del atletismo español en olimpiadas. Fue también el mejor resultado de un exponente cubano del atletismo en esos juegos, pues ningún cubano, en representación de la Isla u otra nación, pasó del tercer puesto en ese deporte en los Juegos Olímpicos que tuvieron por sede a esa urbe de Brasil.
En aquel momento, el conductor del espacio televisivo Mesa Redonda, Randy Alonso, se refirió a él como "excubano".
Tokio 2020 habrían sido los terceros Juegos Olímpicos para Ortega, que antes de Río 2016 participó por Cuba en Londres 2012, cuando se ubicó sexto. Después del Mundial de Atletismo de Moscú 2013 decidió abandonar la delegación cubana y nacionalizarse español. Según las reglas de la Federación Internacional de Atletismo, tuvo que pasar tres años sin participar en eventos internacionales, aunque continuó compitiendo en mítines.
En 2019, tras haber considerado el retiro, ganó la Liga de Diamante y llegó al Mundial de Doha como número uno del ranking mundial. No logró la victoria en la final, porque fue obstaculizado por Omar McLeod. Tras varias reclamaciones, le fue concedida la medalla de bronce. La Real Federación Española de Atletismo lo eligió mejor atleta del año.
En 2020 se convirtió en el primer atleta español en alcanzar la medalla de oro en los 60 metros lisos y en los 60 metros con vallas, durante el Campeonato de España de Atletismo en pista cubierta. En agosto de ese año implantó la mejor marca del año en el inicio de la Liga de Diamante en Mónaco, con 13.11 segundos.
