Arlenis Sierra, la mejor ciclista cubana de la historia, no quería montar bicicleta cuando era niña. "No tenía pasión por los deportes. Empecé por mi papá, que practicaba tenis y me llevaba con mi hermano. Luego me dijo que tenía que practicar en algún deporte, porque era un poquito hiperactiva, y me metió en ciclismo. Yo le decía que iba al entrenamiento cuando en realidad me sentaba con mis amiguitas, hasta que un día me descubrió", cuenta en entrevista con DIARIO DE CUBA.
Sierra, quien este año triunfó en la Clásica Navarra, el Giro de la Toscana, los Tres Valles Varesinos y quedó quinta en el Campeonato del Mundo, dice estar feliz con su incorporación al histórico club español de ciclismo Movistar, aunque confiesa que extrañará mucho al Monex, el club que la arropó durante cinco años y considera como su hogar.
"Estoy bastante contenta con la selección del equipo Movistar, tuve varias propuestas, pero el Movistar es un equipo que me favorece mucho, es muy importante para mí que en el club se hable español. Además, el Movistar tiene atletas muy fuertes. Va a cambiar mucho el ámbito de carrera que tenía con el Monex, club al que le estoy muy agradecida (…) Quise probar este paso porque no creo que mi vida deportiva vaya a ser tan larga. En el futuro quiero formar una familia", dice Sierra, quien confiesa que el ciclismo no es su principal prioridad.
"Mi pareja también es ciclista, de la selección de Cuba. En ese aspecto nos entendemos bastante bien. Yo sí quiero mucho una familia; no me gusta planificarlo, pero tampoco voy a dejar que se me pase la vida en el deporte sin conseguir formarla".
Sierra, quien a los 16 años entró al equipo nacional de ciclismo en Cuba, dice que, en la pista, prefiere sol y calor antes que lluvia y frío. Además, comenta que no le conviene un terreno plano. "No soy sprinter ni tampoco escaladora nata. Soy de media montaña, de un kilómetro u 800 metros. Ese es el terreno que más me favorece", explica.
"No soy mucho de atacar, eso lo perdí hace tiempo no sé si por falta de intentar. Antes era una corredora que, por lo menos en Latinoamérica, atacaba mucho (…) Prefiero las carreras de un día, que son carreras para 'personas ciclistas', no las clásicas de muchos días. Eso 'no es ciclismo, '¡eso es ciclocross o mountain bike! El Giro de Italia, por ejemplo, es muy difícil, son diez etapas y a mí 'me mata'".
El ciclismo es un deporte de equipo y Arlenis Sierra consiguió el quinto puesto en el pasado Mundial cuando iba sola por Cuba. Preguntada sobre cómo se sintió enfrentándose a escuadras tan poderosas como la de Holanda, Bélgica e Italia, Sierra confiesa que un poco sola.
"No tuve una compañera de mi país para preguntarle algo o hablar. Sin quipo es difícil porque no tienes a nadie que te pase adelante y tienes la presión de que pueden cerrarte. No te puedes meter detrás del equipo Holanda, por ejemplo, porque son seis y no te van a dejar entrar (…) Cuando ya arranca la carrera no pienso en si tengo equipo o no, en el Mundial me sentí bastante bien".
En cuanto a la relación que se establece en pelotones de mujeres ciclistas, Sierra cuenta que "esa es una de las cosas que se ve mucho en los hombres, los atletas hablan con otros atletas, en el femenino es un poco diferente. Las mujeres somos más complicadas. Cuando se conocen sí se saludan, cuando no, es muy difícil la comunicación. Una vez hablo conmigo Van der Breggen y me sentí muy halagada", cuenta la ciclista.
Aunque la alimentación en el gremio de los deportistas es fundamental y se mira con lupa, Sierra dice comer lo que le apetezca "Si sé que estoy un poquito pasadita de peso, me elimino el dulce, el chocolate y como un poquito menos, pero alguien que me controle la comida es lo último que yo pudiera tener".
Sierra dice que su meta en su carrera como ciclista es alcanzar una medalla mundial en la ruta. "Es duro, pero voy a lucharlo mientras esté en el deporte. No sé si me quedan cuatro o cinco años, pero en la vida nada es imposible".
Sobre el panorama del ciclismo en Cuba Sierra opina que "todo está complicado. Con el tema del Covid y el cierre de escuelas se ha perdido mucho lo que se había conseguido anteriormente. Si yo salí ¿por qué no puede salir otra atleta? (…) Se les debe dar más viajes a las atletas, llevarlas a carreras internacionales. Pueden salir corredoras muy buenas, pero si sigue pasando el tiempo la gente pierde el interés. Les puede gustar el deporte, pero no pueden lograr nada porque no tiene la oportunidad de hacerlo", concluye.