Tras la conga voy arrollando/ ya el cencerro me entusiasmó
el bongosero repiqueteando/ alegra el ritmo del tumbador
Sexteto Habanero
… y finalmente, señoras y señores, hoy vuelve a arrancar la conga de las Grandes Ligas. Las luces iluminarán los diamantes, los referís se ceñirán sus máscaras y, tras el intercambio de lineups, en quince parques se dará la voz de play ball!
¿Será capaz la conga de acallar la congoja? En el caimán, con hambre, pandemia, enfermedá, censura, miseria y represión, difícilmente. Aunque al menos será un clavito ardiendo al que agarrarnos.
Porque la cosa, aquí, anda peor que hace cien años. Y eso es mucho decir, pues en 1921 la caña se puso a tres trozos. Hace justamente cien años el precio de la libra de azúcar se desplomó hasta los 1,78 centavos, y la quiebra de bancos e ingenios marcó el fin de la "danza de los millones". Muchos inmigrantes españoles regresaron a la península y muchos cubanos se quedaron sin paga. Ahora, en cambio, los que se van son los cubanos y, gracias a la Tarea Ordenamiento y al "somos continuidá", paga no hay pa nadie.
Al menos en 1921 la gran María Teresa Vera estaba en su apogeo y el Sexteto Habanero pulsaba su lira. Ahora a quien tenemos es a los mequetrefes del Patria o Muerte, contaminando las ondas nacionales con sus deposiciones mentales.
Entonces, al igual que hoy, en los diamantes había gran dispersión: Marsans jugaba con los Rojos de Cincinnati, Luque con los New York Giants y Rafael Almeida con los Boston Braves; José de la Caridad Méndez, su tocayo Rodríguez y Cristóbal Torriente también se buscaban el pan en el norte; Abel Linares trataba de mantener a flote a sus Cuban Stars y Alex Pompez, instalado ya en la calle 114 de Harlem, iniciaba su prodigiosa y camaleónica carrera al mando de los New York Cubans. La diferencia es que ninguno de ellos era calificado de traidor, como ahora resulta con todos los que decidan ganarse los frijoles lejos de los mandamientos y las panzas del pececé.
De esos traidores es de quienes, como cada año, hablaremos aquí. Pues en el sur de Chicago, cubanísimas y más curtidas que en 2020, las Medias Blancas vuelven con "Pito" Abreu —flamante MVP de la Liga Americana— en la inicial; Moncada en la antesala, esperemos que recuperado del Covid-19; Grandal y su cubita de tinta en el antebrazo a cargo de los arreos, y nuestro cadete constitucional, Luis Robert, estrenando guante de oro en el center field.
A ellos, en el Centro de la Liga Americana, se enfrentará el imponente Jorge Soler con sus Reales de Kansas y sus palos que no caen nunca, mientras que en el Oeste se desempeñará su epígono zurdo, Yordan Álvarez, acompañado en el banquillo de los Astros por el mayor de los Gurriel, Yulieski, y uno de los dos Díaz, Aledmys.
Los dos Iglesias, Raisel y "Candelita", alinearán con los Angelinos, mientras en el Este Chapman regresará con sus lisas supersónicas para cerrar los triunfos de los Mulos; el junior de los Gurriel, Lourdes, intentará volar alto con sus jóvenes Azulejos; el cuban J. D. revertir su triste veinte veinte en Boston; y al sur, entre los Everglades y el Golfo, nuestro Príncipe de Gales, Randy Arozarena, dejar claro que lo suyo y lo de sus Rayos no fue casualidá, acompañado por el otro Díaz, Yandy.
¿Qué más?
En la Liga Nacional destacan los Padres, con Hosmer en la inicial y el zurdo Adrián Morejón metido en la rotación; los Cardenales, con los que se estrena el gran Nolan Arenado; los Metropolitanos, con los que debuta el ex cachorro Albert Almora; los Nacionales de Álex Ávila y Yadiel Hernández; las Serpientes con Yoan López, los Rockies de Chi Chi González y Josh Fuentes, y los Rojos de Nick Castellanos y el joven Pérez, llamado Cionel, cual elemento químico.
Más allá, habrá muchos del caimán que debutarán, lucharán por hacerlo o volverán: son los Johan Oviedo, los Jorge Oña, los Yusniel Díaz, los Michel Báez, los Rangel Ravelo y los José García de este mundo. Más de un centenar, tal y como resumiera en DIARIO DE CUBA nuestro colega Francys Romero.
Por nuestra parte, tras tres años de crónicas diarias, empezaremos este 2021 reportando semanalmente, cada lunes, hasta que la sartén se caliente y llegue la postemporada, en la que volveremos al día a día.
Mientras tanto, agarrémonos a este clavito ardiendo.
Recogiendo el bate y las pelotas
En resumen: las palmas de la jornada para todos los "traidores" (pececé dixit).
En total: don Gio González, el zurdo que gracias a su magia en otro tiempo bien se habría ganado el pan en el Santos y Artigas, en el Ringling Brothers and Barnum & Bailey, en el Pubillones o en cualquier otro circo de los que recorrían el caimán antes de la revolú; el discípulo de Cummings (no el poeta, sino el inventor de la curva), cuelga los guantes y dice adiós. Fue, desde la muerte del gran José Fernández, el mejor abridor de Cuba. Y esas son palabras mayores. Nacido en Hialeah, deja foja de 131 triunfos y 101 reveses, 3.70 promedio de carreras limpias cada nueve entradas y 1.860 liquidados por la vía rápida. Adiós, Gio.
No nos vimos el lunes pasado, pero nos veremos el próximo.
Play words, Neno, se le extrañaba entre pinares. Ya puede darle golpes al laptop como si fuera un poeta de Puerta de Golpe. Y de vez en cuando romper su promesa semanal e irrumpir con un hermoso hit sabatino.
Yo me preguntaba qué habrá pasado con el pinareño Neno Díaz? Ahora entiendo que estaba desaparecido porque la temporada no había comenzado. Bienvenido a bordo. Disfruto mucho sus notas.