antes de la balacera el maletero estaba cargado y era el centro de nuestra alegría/ debajo del puente haremos la parada/ ¿has visto morir a alguien?/ pregunta Sofía/ he visto a Dios masturbarse frente a la foto de una pelirroja/ he visto tus muslos y tus tetas morirse de la pena porque no son del agrado de Dios aunque seas pelirroja/ le pellizco el pezón izquierdo/ ella se ríe y comienza a quitarse la ropa en el asiento delantero del Mustang/ ¿a Dios le gustará la humedad entre mis piernas?/ salto sobre ella/ olvido que Dios no tiene puntos débiles/ eso pasó antes de la balacera/ Sofía es una mancha roja que la carretera incorpora como un tatuaje/ Sofía lo dio todo por Dios que siempre tenía el maletero cargado y era feliz/ Sofía se apagó como los truenos que rompen la alegría/ la alegría que aguarda por un puente para volar al otro lado de la noche/ después de la balacera Dios grita que está listo para irse/ pero es mentira/ Dios no puede morir/ Dios folla pelirrojas en el asiento trasero de un Mustang/ y estar listo es una mentira/ siempre supe cómo ser Dios/ pero Dios no está en ninguna parte/ nadie me sostiene mientras me desangro/ y la lluvia comienza a derramarse después de la balacera
Zulema Gutiérrez nació en Holguín en 1982. Ha publicado los libros de poesía Islas que intentan salvarse (2011) y Sentada junto a los crisantemos (2014), además de la novela infantil El sentimiento más importante (2017). Este poema pertenece al libro inédito Metralla.