Tu mareo no me doma.
Tu baba no me hipnotiza.
Tu hipnotismo no me hechiza.
Tu discurso no me embroma.
Tu broma no me da risa.
Tu risa no me da calma.
Tu calma nunca me ensalma.
Tu salmo lento me muele.
Tu tonfazo no me duele.
Mi dolor no parte tu alma.
Tu buena vida me insulta
Tu insulto creó cicatriz.
Tu país no es mi país.
Tu constante no consulta
me masacra y me sepulta.
Mi sepulcro es flor de loto.
Tu decisión no es mi voto.
Mi voto no es regalado.
Te regalé mi pasado
y mi pasado está roto.
Mi presente sale caro.
Lo caro saca de quicio.
Tu no juicio tendrá un juicio
que no anteponga el disparo.
Tu disparo no es amparo.
Tu cárcel no es mi prisión
lo preso no es sanación.
Tu veneno te delata.
Tu puñalada a traición
no me mata.
Y aunque lo preso esté preso
y lo muerto esté muy muerto
tiene algo libre mi preso
y algo muy vivo mi muerto.
Ya habrá un país, no un desierto
donde todo se equilibre,
donde se cante y se vibre
sin nadie que lo prohíba
y Cuba sabrá estar viva.
¡Y libre!
Gleyvis Coro Montanet nació en La Tirita, Pinar del Río, en 1974. Ha publicados los poemarios Aguardando al guardabosque (Ediciones Loynaz, Pinar del Río, 2006) y Jaulas (Letras Cubanas, La Habana, 2010), Lejos de casa. Memoria lírica del problema cubano (Cristal de Agua, Madrid, 2018) y Mujer, aparta de mí ese smartphone. Poesía con emojis (Editorial Gata Encerrada, Madrid, 2020). Este poema pertenece al libro inédito Se habla cubañol.