Nadie es más digno de leerse
que un poeta clásico
y, sin embargo, ninguno
de mis amigos es indigno de leerse.
Miles de horas consumo
—que no son desperdiciadas–
sumergida en la interioridad de mis allegados,
enterándome de la salud de mi rebaño.
Yo recopilo con pinzas lo que dicen.
Lo acaricio y lo guardo.
Mi rebaño publica los pormenores
de cuanto le hace rebaño.
Mi rebaño es el signo
y la heráldica de mi tiempo.
Muchachos con espléndidos
estándares de vida, ???
valorados no por sus estándares
sino por ser, a fin de cuentas,
personas excluidas. ?
No vengas a reñirme por mi selección.
La posibilidad de que pueda
normalizar mi vida y hacerla común y buena.
El panadero me vende el pan
con las manos frías,
desde hace cien años. El panadero ???
ni me sonríe ni me ama;
los pasajeros del tren ? ignoran
a quien va a su lado.
Cada vez que veo a quien critica
que lean en el tren,
me encolerizo. ? Llevamos siglos
ignorándonos unos a otros ☹️
en el mundo físico.
Por eso cargo mi rebaño conmigo.
Mi rebaño firmó su membresía,
quiso un convenio pretendiente
de la paz y la unión del colectivo.
Si el comunismo existe, deberá ser esto:
manifestar con breves
pruebas de expresión lo que significamos. ?
Usar un lenguaje común y ser atendidos.
Amigo de la red, también te leo
porque soy recíproca,
tu lectura de mí me sube el ánimo, ?
tu compañía dispara mi ilusión.
Aquí me tienes
en una burbuja de felicidad ?
cuando votas o sufres
o te lamentas por mí.
Lo que buscamos todos: que nos quieran.
Lo que queremos todos: que nos miren.
Lo que nos place a todos: agradar.
Encima, yo soy de Málaga. ?
Toda la Málaga que había en Málaga
cuando estaba en Málaga
y toda la Málaga que estaba fuera,
está ahora en Málaga. ?
No tengo que ir por la vida brutal
diciéndole a la casa,
casa, acuérdate de mi casa, ?
o a toda calle acuérdate de mi calle,
o al mojoncito de la acera,
acuérdate del mojoncito de mi acera.
Una rompe la fibra umbilical
para llegar a esto:
otro paso de peatones,
otra relación con los perros, ?
otro color en el pelambre
del roedor ? que husmea
en los latones de basura
(otros latones de basura).
Otra calidad de queso ?
para cazar al roedor.
Más bien otro modo (el del queso)
para cazar al roedor.
No vengas a martirizarme.
Han creado una aplicación
para que me geolocalices:
el sueño más empírico
de los reales amantes. ?
Relájate y únete más a mí,
si cabe. Eres mi primer amor.
Cómo no vas a ser, de todos,
mi primer amor.
Tú que me cobijas
y me abrazas.
Gleyvis Coro Montanet nació en La Tirita, Pinar del Río, en 1974. Ha publicados los poemarios Aguardando al guardabosque (Ediciones Loynaz, Pinar del Río, 2006) y Jaulas (Letras Cubanas, La Habana, 2010), Lejos de casa. Memoria lírica del problema cubano (Cristal de Agua, Madrid, 2018) y Mujer, aparta de mí ese smartphone. Poesía con emojis (Editorial Gata Encerrada, Madrid, 2020), al cual pertenece este poema.