"El bollo: rajadura de alcancía en un triangulillo negro. Fondo blanco."
Severo Sarduy
I
Halo el libro.
Queda un espacio vacío en el librero. No se agolpan otros libros sobre el espacio vacío.
Leo:
Cuando salgo a la calle, trastabillando como sobre zancos, mi padre cierra la puerta de un tirón y grita: "¡Allá va eso!".
Cierro el libro y lleno el espacio vacío con sumo cuidado.
Halo el libro y voy a la ilustración de cubierta.
III
Acá remedo la forma de aquel poema que le dedicara a Katherine Anne Porter en el 2010 y ajusto la esencia Kaiwan en la calle real desierta:
Chorro de leche encima de la hoja. Si no disparo encima de la hoja el disparo de leche siempre me conduce al ojo de La Muda. Chorro de leche ensanchándose desde Kaiwan hasta calígrafos, ensanchándose hasta oreja, fragmento:
Una película japonesa: Kaiwan.
Para salvar a un monje budista del llamado nocturno de los demonios, le escriben sobre la piel un tejido de mantras. Pero los calígrafos, que van cubriendo progresivamente el cuerpo codiciado a partir de los pies, olvidan, apresurados, una oreja. Por allí lo tiran hacia arriba las encarnaciones maléficas, hasta arrancarle ese fragmento de piel no escrita.
(Me desmayé en el cine)
V
Geisha, más tarde la palabra jataka y el pie de página que explicita la significación del vocablo a partir de la transmutación en helminto de aquel que era cubierto progresivamente por los calígrafos.
Frente al cine de mi pueblo estaba la estación de policías y una tienda. No recuerdo exactamente que hacía esquina al lado de la estación de policías.
En la vitrina de la tienda una blusa estampada con muchas geishas, muchos puentes y árboles secos con botones al final de los gajos.
Larry J. González nació en Los Palos, Mayabaque, en 1976. Ha publicado los libros de poemas La novela inconclusa de Bob Kippenberger (Unión, La Habana, 2011), Osos (2013) y Me fui a sembrar tomates donde los agrestes ofrecían semillas de ophrys fusca (Selvi Ediciones, Valencia, 2020), al cual pertenece este poema.