uno aprende a resingar
porque no hacerlo
implica colocar el bulto en las manos de ellos.
resingar no dice si eres malo
o eres bueno
o si tienes
el pH neutro
como un pote de champú.
resingar implica la decencia para hacerlo
juntar las piezas y ensamblar
la figura monocorde de un jumento.
coserle en el gollete las palabras.
escucharlo balbucear.
advertirle por lo llano: "no te creo.
sensible mentidor hijo de puta,
no te creo.
aquello que prometes es basura
y nada de mi sed contiene.
farfullas
desbarras
y
bailas
frente mí
con la misma petulancia
de un pelele.
me dices que la meta es ser feliz
y siento en tus palabras
que lo eres".
felices son los asnos de mi tierra
la luna los enfría
y el dólar los calienta.
Oscar Cruz nació en Santiago de Cuba, en 1979. Sus últimos libros de poemas publicados son Las posesiones (Letras Cubanas, La Habana, 2010), Balada del buen muñeco (SurEditores, Madrid, 2012) y La Maestranza (Unión, La Habana, 2013). Ha traducido a Georges Bataille: El pequeño (Editorial Santiago, Santiago de Cuba, 2010). Coedita la revista literaria La Noria.