… que ves fantasmas en la noche de trasluz…
Latía una presencia de fosforescente
paso debajo de la ola
y de la espuma latía
vertíase bien lenta
de su miedo en el mío
un continuo renacer
de la luz el temblor
ya se entrevera
en su propio veneno
hay que defenderse
(o morir)
de todo y sobre todo
del ataque del amor
sin morder
(tan solo)
iluminemos.
… y oyes el canto perfumado del azul…
Dormía bajo la marejada la bestia
al defenderse
inundaba todo
con un olor a pétalo
de fétida estrella
en lo profundo
(se abría)
contracción de la húmeda
belleza en su perfume
demoraba lasciva
el éter sobre cada tentáculo
despacio
y como quien canta
la tristeza y la muerte
(decía)
fecundemos.
Aleisa Ribalta nació en La Habana en 1971. Ha publicado los libros de poemas Talud (Ekelecuá Ediciones, 2018) y Tablero (Editorial Verbo Desnudo, Santiago de Chile, 2019). Este poema pertenece a un libro inédito.