El azar, que también hace arte, eligió el 10 de octubre de 1996 como fecha inaugural del grupo de teatro El Ciervo Encantado. Un proyecto dirigido por Nelda Castillo que desde siempre quiso explotar los estilos menos convencionales de la representación escénica.
Ahora acaban de celebrar sus 28 años de fundado con la reunión, en forma de libro, de memorias que van desde la primera de sus obras hasta la actualidad. El volumen, El Ciervo Encantado/en el camino, es responsabilidad de Nelda Castillo y Mariela Brito y ha sido editado por Katherine Perzant. Pese a que aún busca una casa editora que se interese en él, en la sede de El Ciervo Encantado (Línea y 18) ya se hizo la fiesta y una presentación a cargo de la propia Perzant, en compañía de los actores.
Bien merecida tiene la celebración este grupo de teatro que, además de ser uno de los mejores del país, todavía apuesta por expresarse aquí, dentro de la Isla náufraga, lidiando con la censura y el acoso de la Policía secreta, que se moviliza siempre en contra de las sinceras expresiones.
La versatilidad estilística ha sido una de las principales marcas de El Ciervo Encantado, pero también una manera muy rara de asumir el compromiso político que privilegia el cuidado estético sobre el panfleto, la sugerencia sobre la arenga directa y torpe.
Quizás sin proponérselo, el grupo ha creado un registro estético de la conciencia y el estado de ánimo de la nación. En los últimos 28 años, ha participado de los principales "estados históricos" de la Isla como testigo activo (es decir, como artistas) sincronizando sus preocupaciones y expresiones con la manera en que los cubanos cambiamos la forma de ver el país.
El Ciervo Encantado empezó siendo lúdico y poético allá por los años 90 en el Instituto Superior de Arte (ISA). En las primeras dos décadas de existencia criticaba el entorno como una cosa viva. Hoy tiende más a la sobriedad, que es pareja con esta hora de Cuba, quizás la más oscura. De unos años para acá, repiten el tema de la pérdida, del éxodo. Hoy padecen también un clímax en la acometida de la censura: las últimas dos obras han sido canceladas por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
La primera de esas obras —Madres— debió ser dirigida por Nelda Castillo. La segunda, con la misma dirección general, era responsabilidad de los hermanos Lázaro y César Saavedra: Acción 14. Las Brujas Uruguay. Y, tal como denunciara Lazaro Saavedra padre, "después de pasar la 'comisión de censura' y de días de 'estira y encoge', la Seguridad del Estado, en complicidad con la actual dirección del Consejo Nacional de Artes Escénicas, acaban de censurar la obra".
En el día de su aniversario, el grupo eligió fragmentos de la obra Triunfadela para que fueran recordados en escena, como si el discurso triunfalista fuera el único permitido en la actualidad. El silencio de El Ciervo Encantado también integrará ese registro histórico de la conciencia y el estado de ánimo de la nación que el grupo elabora.