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Arquitectura

Las rejas de La Habana (II)

La herrería art nouveau, la art déco y la que ha seguido hasta varios grandes ejemplos recientes en la capital cubana.

Madrid
Reja de la Estación Cultural de Línea, La Habana, 2020.
Reja de la Estación Cultural de Línea, La Habana, 2020. Proyecto Espacios

Con el advenimiento de la República, la nueva arquitectura en Cuba cambió sus ropajes, más de una vez, pero mantuvo elementos que desde antes conferían estatus y poder económico, o que estaban asociados a la práctica tradicional constructiva. Esto justifica la tendencia ecléctica mantenida durante cuatro décadas, a pesar de los ritmos acelerados de los nuevos tiempos. Un eclecticismo dado en la libertad de elección entre tendencias históricas y modernas, así como en la despreocupada combinación del estilo arquitectónico y el diseño de interiores.

En este tiempo, la herrería siguió siendo un oficio de alta demanda, considerando el boom constructivo del momento. Las nuevas rejas combinaron el hierro forjado, fundido y remachado con diseños muy ornamentados y novedosos. En cierta medida, se mantuvieron los modelos europeos estandarizados de paños de herrería en portales, balcones, escaleras, etc., pero también se hicieron diseños exclusivos para negocios y viviendas.

De este momento habría que llamar la atención sobre las rejas de los bancos construidos en la capital, y sobre todo de sus puertas. Acorazadas, inquebrantables y bellísimas son las portadas de hierro del siglo XX, que también asumieron varios palacios de la clase alta. No hay mayor símbolo de poder que esos paños de hierro decorados con chapas repujadas y doradas que ilustran los símbolos de la casa y su fortuna.

Solo desde ese detalle los alcázares bancarios o residenciales expresan la esencia del discurso que colma el resto de la edificación. Hay ejemplos de elevada factura artística como las puertas principales del Banco de La Habana y del Banco Gelats, así como del palacio de esa familia en El Vedado y de otros apellidos como Gómez-Mena, Lasa-Baró, marqueses de Avilés y Loynaz del Castillo, etc. Bellísima es también la puerta de hierro de la Cámara de Representantes. Capítulo aparte merecen las puertas de bronce con bajorrelieves del Capitolio Nacional.

Con el art nouveau los herreros cubanos mostraron su gran talento en la composición de rejas, donde la línea curva y la chapa repujada simulan despojar de su dureza al metal para volverlo liana, tallo, flor. Icónicos son los balcones, la escalera y la luminaria de la Casa Crusellas, en la calle Reina. Es la herrería nouveau uno de los elementos que más claramente identifica las construcciones que asumieron ese estilo en La Habana, e incluso de aquellas que sin adoptarlo no renunciaron a incorporarlo en la herrería.

En el mismo plano de libertad creativa y originalidad está la herrería art déco, en la que sin dudas el Edificio Bacardí marcó pautas. Entre la explosión de brillo y color de los lujosos materiales empleados en el inmueble, el hierro gana notabilidad en las rejas y la luminaria. Con estos estilos, la herrería republicana fue asumiendo formas modernas acorde a la moda. Esto conllevó la simplificación máxima de las rejas que, con el movimiento moderno, asumieron líneas muy austeras.

A partir de la década de 1940, fue notable el uso del aluminio, y las típicas ventanas racionalistas de persianería Miami y paños de vidrio evitaron por lo general la reja. En comparación con las décadas anteriores la herrería se utilizó moderadamente, tanto por la cantidad de elementos empleados como por la sencillez del diseño.

Como otros oficios, el de herrero fue casi desapareciendo, sobre todo aquel con capacidad y conocimientos para desarrollar una herrería artística. Con la crisis económica de 1990, La Habana se llenó de rejas, pero de la peor manera posible. Puertas, ventanas, portales y garajes se protegieron con trozos de rejas ensambladas y mediocres diseños de cabillas, planchuelas y angulares que, junto a la muy recurrida cerca peerless, impregnaron esa imagen opresiva y decadente que tanto afecta el paisaje urbano contemporáneo.  

La Oficina del Historiador de la Ciudad buscó rescatar los oficios tradicionales para asumir consecuentemente la conservación de inmuebles patrimoniales. Así logró formar en las artes del metal a una nueva generación de herreros en la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos. Muchos han asumido encargos de la Oficina como cliente y también de privados. Algunos de los graduados conformaron la cooperativa Metales Calfat.

La asfixia económica que sufre el país afecta lógicamente la ejecución de obras, tanto por el suministro de materiales, como por la falta de recursos para su financiación. Del mismo modo, la crisis migratoria despoja al país de jóvenes herreros talentosos y reduce la capacidad de formación de otros, lo que a mi juicio es una de las pérdidas más sensibles para una ciudad que tanto necesita de renovación y buen oficio.

No obstante, bien merece mencionar algunas obras contemporáneas que han sido ejecutadas, todas vinculadas a proyectos de rehabilitación. En ellas queda visible la capacidad artística del artesano, capaz de asumir diseños muy elaborados y exclusivos de arquitectos y diseñadores contemporáneos que incluyen rejas, marquesinas, lámparas y mobiliario. Entre ellos destaca la labor de Jorge Alberto Lenzano, herrero radicado actualmente en Miami, que realizó el mural del Hostal Santa Teresa (2016), en La Habana Vieja, reproducción bidimensional del Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.  

Con ese mismo acento figurativo, el estudio de arquitectura Espacios ha incluido en varios proyectos sus "rejas ilustradas", hermosas obras elaboradas pieza a pieza, que suelen establecer un diálogo directo con el espacio y sus funciones. De 2015 son tres obras tipo mural, ubicadas en el Café Habana (La Habana Vieja), en Lab. 26 (Vedado) y en el Centro Cultural Enguayabera (Alamar). La primera ambientada con personajes que toman café la pared de una cafetería, la segunda representa una elegante pareja de inspiración déco que ambienta la sede de Espacios en La Habana, y la última recuerda los orígenes fabriles del edificio que acoge el centro cultural.

En 2020, ese mismo estudio concibió las fabulosas rejas ilustradas que cubren 39 vanos de la Estación Cultural de Línea, donde un intrincado diseño de objetos y personajes completa los inmensos paños de hierro como encaje, inspirado en la historia industrial del inmueble. La obra más reciente, instalada en julio de 2024, son las rejas del futuro Centro Cultural y Creativo La Manigua, en Paseo y 35, Vedado.

Este centro, en proyecto desde 2018, rendirá homenaje a la obra de Juan Padrón, figura imprescindible del cine y la animación en Cuba, quien servirá de inspiración para ofrecer al público infantil un espacio de aprendizaje, intercambio y diversión. Aun cuando la sede cultural está en construcción, las rejas con dibujos animados legendarios como Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana, logran transmitir desde su magnífica factura la magia que deseamos tenga este necesario proyecto de desarrollo local para la infancia.

Elaborada por los herreros Ángel Modesto Esquijarosa, Dioleicy Beltrán, Andy Beltrán y Youleany González, son una lección de diseño para un pueblo deshabituado a ver lo bonito, testigos de que en Cuba aún se puede hacer buena herrería y que las rejas pueden cumplir una función estética relevante y protagónica en los inmuebles.

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1 comentario

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Profile picture for user Ana J. Faya

Gracias por la información acerca de los talleres y obras de herrajes de los últimos años. Es una verdadera lástima que la ciudadanía no haya tenido acceso a esos talleres, estudios, para sus viviendas. Se aprecia el buen trabajo que han hecho en obras auspiciadas por el Estado. Los ciudadanos hubieran podido ostentar rejas como en su tiempo hicieron los Gómez-Mena y Lasa-Baró, y muchas casas y apartamentos hoy no parecerían jaulas.