David Calzado ubica el nacimiento de La Charanga Habanera en 1988. Han pasado desde entonces 35 años, un tiempo en que la orquesta de música popular bailable ha sido puntera en la timba cubana. Por ella han pasado un sinfin de cantantes y músicos, que le ha valido como rampa de lanzamiento de sus carreras individuales.
David Calzado llega a Madrid tras un concierto en Bilbao. Son las 10 de la mañana en la capital española y el músico está despierto desde las seis. Ha trasnochado por si fuera poco, siquiera ha dormido dos o tres horas. Llega a la terminal de Chamartín con ropa caribeña a pesar de la lluvia y el frío que anuncia el otoño. Tiene una cadena gruesa de oro, unos espejuelos oscuros y llamativos.
Es un showman. Se toma un zumo de naranja, porque no le gusta el café, y empieza a hablar de La Charanga como si hubiese descansado las ocho horas que recomiendan los doctores. Le pregunto qué hace para mantenerse en forma, que si hace deportes. Me dice que no, que siempre duerme poco, no toma, no fuma y hace el amor dos veces a la semana. Es su secreto.
"Estamos en la gira para celebrar el 35 aniversario de la banda. Las presentaciones navegan por todo el repertorio que hemos hecho durante todos estos años. Y, por supuesto, algunos estrenos. Hay una canción que se llama 'De los besos que te di', que tiene en Youtube cerca de tres millones de vistas. Estoy con mis chicos que son realmente maravillosos. Bueno, es que todas mis generaciones han sido maravillosas. Estamos haciendo un disco también de homenaje donde tenemos grandes invitados nacionales e internacionales. Y nada, preparar al público para los próximos 35 años".
En el año 1988 David Calzado, músico de formación, ejercía como violinista de una orquesta que se encargaba de recibir a los comensales en el mítico Cabaret Tropicana. Antes había trabajado en la agrupación Pancho El Bravo y también en la Ritmo Oriental. Cuando Calzado se convirtió en la pareja de la cantante Beatriz Márquez, cuenta que salió de la música bailable. "Incluso la acompañé en la guitarra, la vida me cambió un poco. El amor sabes que lo cambia todo".
"Yo diría que La Charanga Habanera es una orquesta casual", opina su director.
Luego vino la separación y un día, en Tropicana, un empresario francés quiso llevarse la orquesta para unos eventos que patrocinaba en el Sport Club de Montecarlo, en Mónaco. El cazatalentos y su compañero decidieron ponerle a la banda Charanga Habanera porque les "parecía un nombre romántico. Era la Charanga de Cuba", recuerda el artista.
"Allí aprendí a ver los grandes espectáculos que jamás he vuelto a ver. Compartimos escenario con Stevie Wonder, Tina Tuner y Earth, Wind and Fire. Yo decía que si algún día tenía una orquesta, quería hacer un show como esos grandes artistas. Tuvimos cuatro años allí. Íbamos tres meses y hacíamos una platica bonita que nos alcanzaba para vivir el resto del año en Cuba. Hasta que yo decidí hacer música popular bailable más contemporánea. Mi hermana me decía que yo estaba loco, porque la timba estaba en su máximo apogeo; pero así comenzamos en el 92".
Son 35 años de carrera. Y aunque en un tiempo tan largo seguro a veces te has sentido más realizado y a veces menos, lo que sí es indudable es que La Charanga Habanera forma parte de la historia de la música popular bailable. ¿Cómo se sostiene la idea de éxito en 35 años?
No hay una manera de sostener una idea para que el éxito perdure, porque el éxito no lo decide el artista, lo decide el público. El público es el que manda y uno siempre trabaja intentando que el público reconozca lo que haces. Hemos trabajado 35 años. Han pasado por aquí, no solamente cantantes, sino muy buenos músicos. Una agrupación musical es un equipo, no se trata de un solo líder. Yo creo que nos ha bendecido la suerte de poder siempre conectar con el público con lo que hacemos. Ha sido una carrera bastante feliz. No me puedo quejar.
En el mundo entero la música se mueve de manera diferente a Cuba. Se usa mucho el streaming, los artistas dan conciertos una vez al año, o cada dos, las canciones se escuchan online en plataformas como Spotiffy, Apple Music, etc y en la Isla no hay nada de eso. ¿Crees que se puede decir que en Cuba existe una industria musical?
Para nada. No existe nada que se parezca a una industria musical en Cuba. Nosotros realmente hemos nadado contra corriente, no solamente los músicos, también los actores, los plásticos porque siempre hemos estado limitados. Por ejemplo, hace algunos años La Charanga Habanera estuvo firmada con Universal, en un momento donde ninguna compañía estadounidense o transnacional firmaba a un artista cubano. Pero no pude firmar directamente. Tuvo que firmar mediante una compañía española. La compañía española firmó conmigo y esa compañía firmó con Universal. En otro momento la Coca Cola quiso firmarnos, estábamos en Chile. Cuando se enteró que vivíamos en Cuba, al momento, eso se se congeló.
La circunstancia de ser cubano...
Los artistas que vivimos en Cuba somos una extensión de la vida política en la Isla. Eso es un error. Yo vivo en Cuba desde que nací. Ya pasé los 60 años. Tengo a mis amigos, mi familia, todo. No podría irme de Cuba jamás. Sé que nadamos contra corriente. A lo mejor si hubiese tenido el éxito que tengo en Cuba en otro país, fuera multimillonario. Y aunque ahora sí se puede expandir un poco más lo que hacemos, aún estamos muy lejos de lo que las personas que viven en el mundo capitalista pueden lograr.
En la actual crisis migratoria grandes artistas que antes tenían su proyecto en la Isla han decidido irse a Miami, en la mayoría de los casos. Hay otro grupo que está en Cuba. Hay mucho reguetón y hay muchísimo reparto. Hay muchísima obscenidad también. ¿Crees que la escena urbana es el resultado de la crisis social que vive Cuba?
La obscenidad en la música urbana no solamente está en Cuba. En Puerto Rico la obscenidad es brutal. Cuba lo que ha hecho es recoger un poco de lo que han enseñado estos artistas que sí están en las plataformas a un nivel mundial. Muchos músicos cubanos se han ido a Miami, para mí es un error. Te confieso algo, a mí me gustaba mucho más lo que hacían cuando estaban en Cuba que lo que hacen estando allí. No tengo una explicación para decirte por qué. Pero siento que cuando se van de Cuba, pierden un poco el hilo del éxito que tenían. Las personas que se van de Cuba, porque no logran lo que quieren, que yo lo aplaudo y respeto, creo que siempre tienen el anhelo de volver.
¿Crees que los músicos cubanos que viven en EEUU anhelan cantar en Cuba?
Conozco varios colegas que están por allá y me dicen que aunque no puedan ir se mueren por visitar la tierra. Tu tierra siempre es tu tierra. Y tu gente siempre es tu gente. Y no hay público que te quiera más que el de tu tierra. Primero tienes que triunfar ahí para luego hacerlo en otra parte del mundo. Yo soy de los que están en Cuba. Y no soy de los reparteros del momento. Respeto esa música, porque toda música que tenga éxito, para mí tiene un valor. El éxito es el que manda. Hay muchos reguetoneros y reparteros que hacen cosas bien lindas que hay que aplaudirlas. Sigo insistiendo en que la música cubana urbana es una música local. No hemos logrado que los mexicanos, los italianos, los españoles, disfruten esa música, pero eso no es culpa de los artistas. Tiene que ver mucho con la promoción, con eso que tú dices de Spotify. También hemos involucionado mucho con respecto al arte y a la música, y eso tiene que ver con todo lo que pasa en Cuba.
Imagino que en los conciertos ya no puedas decir "Tú llorando en Miami y yo gozando en La Habana" (letra de "Gozando en La Habana"). ¿No sientes que has perdido muchísimo público?
Brutalmente. He perdido a las personas que están fuera de Cuba, que eran charangueros naturales y ya no tienen ni el hilo de mi carrera. Además que la música que impera en Cuba es el reparto. La suerte es que yo siempre he tenido la opción de unirme a todos los proyectos musicales. Yo tengo featuring con Gente de Zona, con El Micha, con Insurrecto, con Baby Lores, Los Cuatro. No es que yo quiera hacerlo ahora para tener popularidad, lo hago desde siempre. Yo toda mi vida he apoyado la música urbana, la he respetado y admirado. Ahora tengo un featuring con El Pokercito, y no porque sea un recurso, siempre ha sido mi política. He sido muy criticado por mis colegas de la timba y ahora todo el mundo está haciéndolo. Y yo lo apoyo y lo aplaudo, pero aclaro que soy pionero en esa historia.