Estrena El Ciervo Encantado una obra que tiene entre sus velados propósitos el despertar colectivo. La han llamado Exhumación y, según Mariela Brito, primera actriz de la compañía, trata del rescate de la práctica del encuentro y de la convocatoria, de la acción en comunidad, en este caso, partiendo de una lectura colectiva. También el espectador puede entender, desde el inicio audiovisual que muestra imágenes del filme cubano-soviético Soy Cuba, donde un féretro tapado con la bandera cubana transita por la ciudad, un símil de la exhumación del cadáver de la nación, en este caso una exhumación que partiría de lo espiritual.
Bajo la dirección general de Nelda Castillo, personas seleccionadas previamente por el grupo, leen durante tres minutos fragmentos de un texto que les haya impresionado. No importa el tema. Un torcedor de tabacos con su mesa es el único elemento en escena. Mientras las personas indicadas se levantan desde el público para leer su fragmento, el tabaquero va haciendo su ancestral labor. Como las páginas de los libros memorables, las hojas se van acumulando en su mano izquierda, para, una vez que se llegue al mazo suficiente, ser enrolladas hasta conseguir la forma rústica del tabaco que será como un momento de la historia donde Cuba acumula su saber.
El experimento es interesante. No se sabe qué material aportarán los elegidos para leer y, sin embargo, el primer sábado al menos, se comprobaron no pocas coincidencias. Como si existieran temas que en verdad nos obsesionan en conjunto: se recordó la destrucción de Virgilio Piñera por el miedo al poder revolucionario; se leyó un fragmento de Las palabras perdidas, de Jesús Díaz, que habla también de la infame tarea de la Policía política; alguien seleccionó uno de los momentos más democráticos de Martí en "Con todos y para el bien de todos"”, que claramente no vemos en la actualidad... Está pautado por la dirección del grupo que cuando los participantes terminen pronuncien la frase "Cedo la palabra", como gesto que debe ser cívico. Cierra la acción el baile de un ireme (diablito abakuá) que convoca a la alegría de la fiesta en la calle y es el enlace entre la vida y la muerte.
Por las características de la pieza, que dura aproximadamente una hora y media, las funciones serán solamente los sábados durante el mes de mayo. La obra será nueva cada vez que se presente, porque la conformaran distintas sorpresivas elecciones de los lectores.
Algún día, en Cuba la convocatoria a la exhumación será abierta y espontánea, y tendrá consecuencias determinantes en el cadáver de la nación.
