El poeta, traductor y periodista de origen cubano Benigno Dou falleció en Miami el martes a la edad de 68 años, confirmaron a DIARIO DE CUBA fuentes allegadas. Su cuerpo fue hallado sin vida en su apartamento en esa ciudad de Florida.
Dou nació en Caracas, en 1955. Su padre cubano, Remigio Dou, lo llevó a Cuba, donde residió desde 1967 hasta 1980. En la Universidad de La Habana estudió Literatura Hispanoamericana.
"Su padre fue un cubano empresario que había emigrado a Venezuela en los años 50 e hizo fortuna. La madre, de apellido Machín, fue guerrillera y luego diputada chavista. Nicolás Maduro asistió a su funeral. Su padre fue por un tiempo el director del conocido como El Cordón de La Habana. Benigno emigró a Venezuela en el 80. Vino a Miami en el 91 y fue jefe de redacción del diario El Nuevo Herald", dijo a DIARIO DE CUBA el poeta Néstor Díaz de Villegas.
"Fue muy importante para nosotros, los de mi generación, porque traducía del francés y el inglés, y por su zamisdat (recopilación de literatura censurada por el régimen), que hacía con Rogelio Fabio Hurtado en La Habana, conocimos a muchos poetas americanos y franceses", añadió Díaz de Villegas.
El poeta y periodista Andrés Reynaldo conoció a Dou en la Universidad de La Habana: "Estudiábamos Licenciatura en Literatura Hispanoamericana. En esos y posteriores años compartimos la bohemia de los poetas marginales de La Habana. Benigno fue asiduo del grupo de 'La Funeraria', que se reunía habitualmente en el parque frente a la Funeraria Rivero, donde podías encontrarte a los mejores poetas de nuestra generación: Benjamín Ferrera, Eddy Campa, Rogelio Fabio Hurtado, Esteban Luis Cárdenas, entre otros", evocó, en declaraciones para esta redacción.
"Por entonces, Beni ya traducía a Eliot y otros poetas ingleses y norteamericanos. Fue un gran conocedor de la poesía en inglés. Su padre, Remigio, había hecho una fortuna en Venezuela y fue a Cuba al principios de la Revolución, después de un breve período en Canadá, si no recuerdo mal. Remigio era un Don Juan eterno y vivían en una mansión en Kholy, al lado de Blas Roca. Tenía un hermano menor, Remi, que no sé si está en Cuba o fuera", agregó.
Reynaldo aseguró que después que Dou se fuera a Miami tras una década en Caracas, "sus amigos en El Nuevo Herald lo trajimos como editor. Fue un editor formidable en ese grupo de editores formidables, donde estaban Carlos Victoria y Manuel Ballagas, otros dos grandes talentos de nuestra generación".
Sobre la literatura que Dou deja, Reynaldo aseguró que "tiene una obra novelística y poética que, aunque breve, es significativa en el panorama de la literatura cubana del exilio y la Isla. Fue siempre, a pesar de padecimientos y contratiempos personales, un hombre jovial, amante de la cultura y de una insaciable curiosidad intelectual".
Díaz de Villegas recordó que Dou "fue un animador cultural importante en su juventud. Dirigió una peña literaria en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, conocido como Mazorra, y publicó a Nicolás Guillén Landrián allí, cuando le daban los electrochoques".
"En Miami, su tertulia fue un momento importante de la vida cultural de la ciudad. De esas tertulias salieron muchas cosas. En fin, fue mi amigo desde que teníamos 16 años. Hablé con él hace un par de meses y me dijo que ya no tenía voluntad de vivir", agregó.
"Estoy tratando de salvar sus papeles para entregarlos a la Cuban Heritage Collection. Sé que tenía guardadas las revistas literarias de Mazorra. Fue él quien escondió durante años mis libretas escritas en la prisión de Ariza en su casa de Nuevo Vedado, y quien las trajo a Miami en los 90", evocó el poeta.
Dou publicó dos libros de poemas, Palabras encantadas y Frente al espejo purificador; una novela, Luna rota, y el libro de cuentos Caribe perverso.