La película Simón, del cineasta venezolano Diego Vicentini, será una de las candidatas a los Premios Goya en la categoría de Mejor Película Iberoamericana, en la próxima edición de este certamen. La cinta competirá con otras destacadas producciones de la región, como Alma viva (Portugal), La memoria infinita (Chile), La pecera (Puerto Rico) y Puan (Argentina).
Este largometraje retrata la historia de las protestas antigubernamentales de 2017 en Venezuela, el exilio forzado que sufrió su población, que se cuentan en 7,7 millones de personas, según cifras de las Naciones Unidas. La obra tuvo su estreno en el Festival de Cine de Florida, en abril de este año.
Llegó a las salas de cine venezolanas el 7 de septiembre, donde tuvo una buena aceptación del público. En el país causó polémica porque, a pesar de ganar premios como Mejor Película, Director, Actor de Reparto, Edición y Fotografía, entre otros, en el Festival de Cine de Mérida no la nominaron a los Premios Oscar de Hollywood.
El director fue uno de los que se quejó en sus redes sociales por esta decisión, que tomó la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos de su país.
"Estamos superdesilusionados. En primer lugar, porque pensamos que nuestra película tiene los argumentos y méritos para ser elegida como representante para los Oscar. Y segundo, porque nos continúan notificando sobre irregularidades que ocurrieron en el proceso de selección de la película", dijo Vicentini en su cuenta de Instagram.
A pesar de las denuncias sobre un intento de censurar a Simón, los venezolanos tuvieron acceso al largometraje que protagoniza Christian McGaffney. En el festival de Florida la nominaron al Premio Gran Jurado y además recibió el Premio del Público al mejor largometraje de ficción internacional del Festival International de Cine de Dallas, en Texas.
La trama de Simón pone el foco en la historia de un líder estudiantil que escapa de la persecución del régimen chavista tras participar en las protestas de 2017 en Venezuela. La película fue seleccionada por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela en agosto para representar al país en la edición 38 de los Premios Goya.
Los sucesos de 2017, signado por las protestas masivas contra el régimen de Nicolás Maduro, marcó profundamente a Venezuela, al dejar más de 150 muertos, casi 3.000 heridos y más de 1.300 detenidos, según los datos ofrecidos por el Foro Penal Venezolano.
"Durante las protestas en Venezuela, Simón (interpretado por Christian McGaffney) y sus compañeros, son detenidos y torturados. Obligado a huir de Venezuela, se convierte en solicitante de asilo y se dirige a Miami. Inmigración le informa de que, una vez obtenido el asilo, no podrá regresar a su país. Simón enfrenta tanto trauma como culpa y debe tomar la decisión de si quedarse en Miami y empezar una nueva vida, o volver a su país para enfrentar una tiranía", describe la sinopsis de la cinta.
"Vicentini, egresado de la prestigiosa New York Film Academy, se embarca en su primer largometraje con la ambición de transmitir la experiencia de los jóvenes manifestantes que arriesgaron sus vidas por un cambio en Venezuela. La película se filmó en Miami en 2021, en medio de la pandemia de Covid-19, y está inspirada en un cortometraje previo que Vicentini rodó en 2019, como parte de su trabajo de tesis para su maestría", recoge Infobae, que entrevistó al cineasta.
En conversación ese medio, Vicentini contó cómo lo que se suponía que era un proyecto de tesis para su maestría se convirtió en un éxito cinematográfico que ahora es nominado para representar a Venezuela en los Goya, y denunció la advertencia que le llegó al visitar su país natal para proyectar la cinta en el Festival del Cine Venezolano de Mérida.
El día después de presentar la película en ese certamen le llegó un mensaje que decía "váyanse, no estén aquí", contó Vicentini. "Esa persona me había dicho que no me iba a pasar nada, que él entendía mi miedo por no haber vuelto en 13 años a Venezuela, que las cosas ya no eran tan difíciles, fue la misma persona que me dijo un día después que mejor me fuera", agregó el cineasta venezolano. Vicentini vive en EEUU desde el año 2009 y desde entonces no había regresado a su país.
"Estos días han sido de muchas emociones desde el estreno en Venezuela. Es un sentimiento agridulce. El cineasta en mí, por supuesto que está contento con esto. Esto significa que la película está conectando, que a la gente le está gustando. Esto significa que la película funciona, que es lo suficientemente buena como para que no te distraiga lo malo, sino que estás conectado con los personajes. Pero al venezolano dentro de mí le duele. Me duele porque lo que veo es que estamos conectando con una herida y un dolor profundo y silencioso que todos compartimos colectivamente por el país", aseguró Vicentini.
"Lo que yo más espero es que esta película pueda ayudar al tema de la empatía, porque esos reportes (denuncias contra el régimen por crímenes de lesa humanidad) están, son miles, pero son palabras y es difícil transmitir una emoción con texto", agregó.
En Venezuela la película recibió amenazas por parte del régimen, a pesar de que permitieron su protección en las salas de cines del país. Una de las amenazas que recibió es que supuestamente viola la "Ley Contra el Odio".
"Si la censuran le dan más prensa y se demuestra más que son una dictadura y que no hay libertad de expresión. Entonces, como tal vez ha salido gente a decir que la película muestra de lo que es capaz el Gobierno si salimos a protestar, la están dejando pasar. Se ha especulado mucho. A mí me importa que el mensaje le llegue a todos los venezolanos", dijo el director.
"Desde que nos sacamos el certificado de Obra Nacional ya nos habían puesto una cláusula que dice que estamos posiblemente violando la Ley contra el Odio y la Convivencia Pacífica, que pueden ser de diez a 20 años de cárcel. Y después, al parecer, un abogado metió una denuncia a la Fiscalía porque estamos 'incitando a la violencia'. A nosotros no nos ha llegado ningún comunicado oficial, algo contundente sobre algún tipo de censura", añadió.