Las salas de teatro o conciertos, atendidas o no por el Consejo Nacional de Artes Escénicas, están en crisis. En los últimos meses han escandalizado las redes de las filtraciones del Teatro Nacional asaltado por el comején o la noticia del cierre del Gran Teatro de La Habana, víctima de la misma plaga.
Un post en Facebook del grupo de teatro El Ciervo Encantado ha desatado por fin un alud de denuncias: la plaga está golpeando a las sedes de casi todos los grupos del país, incluidos los más respetables.
"Venga a El Ciervo Encantado si desea ver una de las colecciones más completas del comején del teatro cubano", escribían en el muro oficial del grupo y mostraban las fotografías del desastre. De inmediato, una docena de asistentes de dirección, directores, representantes de las compañías teatrales más importantes de Cuba, se acercó para sumarse al coro de víctimas.
"¡Ludi Teatro presente!", comentó su director Miguel Abreu. "Está así en el Brecht, todo se cae", informó Luarys Fernández, directora de Abraxas Teatro. "En el Teatro de la Luna también", añadió Kiusbeli Rodriguez, asistenta de dirección. "Nosotros pasamos por eso y perdimos el tabloncillo", dijo Miguel Leoncio Olaechea, director de la Compañía de Teatro Pinos Nuevos. "Estamos igual (quizás un poquito menos) en Teatro La Proa. A esos bichos les encanta el teatro y los títeres", comentó Arneldis Cejas Herrera. Mientras que la usuaria Lilliam Rangel denunciaba igual desgracia en la sala teatro El Sótano.
Espontáneamente se organizó una justa: "Pues hay que lanzar un concurso de comejenes, porque Argos Teatro también está en condiciones de competir y ganar", propuso la asistenta de dirección del mencionado grupo, María Lorente. "Bienvenidos al club que preside el Gran Teatro de La Habana e integra el Karl Marx", terció el crítico Frank Padrón. Mientras que el escritor y crítico de teatro Norge Espinosa opinó que "El Gran Teatro va a la delantera". "El premio lo tiene la sede de Teatro Estro de Montecallado en Bejucal, Mayabeque. Ya los escenarios y la sala principal están en el piso. Está cerrado y se declara territorio ocupado íntegramente por el comején, por el cielo y por la tierra", aumentó José Miguel Díaz.
No se trata, al parecer, siquiera de una cuestión de tiempo: sucede también en las salas recién estrenadas. "Icarón se une a tu sentimiento. Así nos está pasando ya a nosotros y se inauguró en el 2020", escribe Lucre Estévez Muñoz, mientras que Irene Borges, del Espacio Teatral Aldaba opinó: "Es el calor que se avecina. En mi casa igual y en el teatro que es casi nuevo el escenario, ya podemos notar lo desesperados que están por comérselo todo".
Mariela Brito, actriz principal de El Ciervo Encantado, explica en un comentario que desde que inauguraron el espacio (que tampoco es tan viejo) han hecho de todo para contener la plaga: han usado luz brillante, grasa quemada, también lo han intentado con empresas que se dedican a eso y nada resulta. "Habría que cambiar toda la madera y tratarla antes como se debe. Pero es una inversión que se va de nuestras manos", afirma.
Ciertamente el problema puede estar precisamente en la mala inversión, porque el Gran Teatro de La Habana, por ejemplo, fue remodelado en 2016. Se agita el recuerdo del Amadeo Roldán, remozado también con bombos y platillos, que se cayó en pedazos enseguida.
Los teatros en Cuba son subvencionados por un Estado que se interesa por el control del discurso. El modus operandi de ese Estado es la falta de previsión y el repentismo. No sorprendería que las inversiones que planifican no sean precavidas.
Lo cierto es que hasta la fecha, se cuentan entre los teatros cerrados por problemas de infraestructura: el Amadeo Roldán, el Gran Teatro de la Habana, el Karl Marx, el Mella, el Guiñol, el Fausto y el Teatro Musical, por solo mencionar los más famosos.
