De las 24 salas de teatro que atiende el Consejo Nacional de Artes Escénicas (CNAE) en La Habana, "seis no prestan programación; de ellas, tres están inmersas en un proceso inversionista (Teatro Mella, Teatro Pionero y Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso) y en el Teatro Nacional de Guiñol se trabaja por concepto de mantenimiento constructivo". Los datos, aportados por el sitio oficialista Cubadebate, panean la situación de estos espacios culturales en La Habana.
Cubadebate señala que "no se labora en la restauración del Teatro Fausto y el Teatro Musical".
La presidenta del CNAE, Lillitsy Hernández Oliva, advierte que "la mayoría de estas salas son instituciones con grados patrimoniales, por tanto, los costos de sus reparaciones y mantenimientos son millonarios. Un tabloncillo no cuesta menos de 1.000.000 pesos".
Cubadebate asegura que "en el año 2022 se invirtieron en el sostenimiento y mantenimiento constructivo de esta red institucional alrededor de 19.768.000 pesos, sin contar los montos asignados al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso".
El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, se sometió a una reparación capital entre 2013 y 2015 y abrió sus puertas en 2016, sin embargo, a menos de diez años, permanece cerrado.
En ese proceso inversionista, reseña Cubadebate, "fueron restauradas las fachadas, vestíbulos, palcos, cubiertas y tabloncillos; se dotó al teatro con un nuevo mobiliario, telones, sistema de climatización, acústica, mecánica escénica, salones de ensayos para los bailarines y la orquesta, un estudio de grabación y más de 20 camerinos". Según el medio de prensa, "los problemas vigentes no se relacionan con esa restauración".
El subdirector del teatro, Enmanuel George dijo que "las principales dificultades que tiene el teatro es por el comején en la carpintería y en los accesorios de madera en la sala García Lorca. Está afectado el falso techo, que es la ruta crítica de la instalación. Detrás de esa estructura hay una losa que tiene desprendimientos".
Para los funcionarios la aspiración es que a finales de 2023 reabra sus puertas al público el Gran Teatro, aunque los costos necesarios para solucionar las afectaciones no han sido definidos.
Otra sala que debería reabrir sus puertas en mayo de 2023 es la del Teatro Nacional de Guiñol. El inmueble, que lleva cuatro años en desuso, cerró en 2019 para un reparación general.
No fue hasta 2021 cuando una brigada inició la reconstrucción. De acuerdo a la asesora teatral y trabajadora de la sala Yudd Favier, todavía "falta por pulir el piso del hall, el clima sigue siendo crítico, y el equipo de audio tiene que importarse".
Por su parte, el "Cine Pionero, en Centro Habana, funciona como un espacio de ensayo, aunque para Hernández Oliva está a punto de abrir sus puertas. Lo más crítico es el clima, pero la variante de solución requiere de equipos de menor tonelaje. Tiene toda la obra civil recuperada".
La sala de teatro El Sótano, después de dos años, se incorpora a la cartelera cultural del país.
Tanto El Fausto como el Teatro Musical necesitan una inversión capital. "No se ha podido trabajar en la recuperación de esos espacios. Año tras año las prioridades han estado en mantener aquellos espacios que se encuentran funcionando", dijo la funcionaria.
Otro teatro con una "situación crítica con el clima" es el Mella, "con un costo inaccesible para el Ministerio de Cultura (MINCULT) en este momento".
La presidenta del CNAE explica además, que "el equipo se había mandado a comprar desde el 2020, pero con la llegada de la Covid-19, tanto la importadora como el MINCULT pararon la gestión. La volvimos a retomar después del ordenamiento y como no se pagaba en CUC, sino en USD, el costo se multiplicó. Igualmente, hay que importar algunos de los telones de boca y de fondo porque el gramaje que necesitan esas telas no existe en Cuba".
El Cine Teatro Miramar, que sí abrió sus puertas en enero de 2022, estuvo seis años cerrados. Según su directora, Anaysi Martínez González, "en estos momentos se trabaja con el clima. Nos faltan unos compresores que son importados para culminar con este proceso, pero no limita que se brinde programación, pues no compromete la sala, sino otras partes de la instalación".
Finalmente, el Teatro Nacional de Cuba, tuvo que acoger la programación del Karl Marx, del Martí, del Gran Teatro de La Habana y el Lázaro Peña. De acuerdo con Cubadebate, "en el transcurso del 2022 se han gastado más de 9.000.000 de pesos en mantenimientos constructivos", mas no está solucionado el desprendimiento de las losas del costado del edificio central y se repara el sistema eléctrico.
A partir del número de lunetas, los costos de las entradas y los días de presentación, Cubadebate calcula que la recaudación actual de los teatros de la red del CNAE no supera los 1.500.000 pesos; si estuvieran funcionando los 24, incluyendo el Gran Teatro de La Habana, no llegaría a los 2.000.000.
"No se recauda ni el 0.5 % del dinero invertido. Eso es una muestra de la voluntad del Estado de subvencionar la sostenibilidad de las instalaciones teatrales en el país", opina Hernández Oliva.
No son pocas las denuncias a través de las redes sociales sobre la situación de inmuebles de interés cultural. Recientemente DIARIO DE CUBA publicó un reporte sobre el estado de los cines en La Habana.
El trabajo reseña que existe un "panorama de abandono y de destrucción de estos espacios. Unos pocos funcionan tal y como fueron concebidos, algunos han ido a parar a instituciones o manos emprendedoras que intentan salvarlos del deterioro acumulado, pero otros se han convertido en ruinas”.
Solamente los cines Yara, Riviera, Chaplin y 23 y 12, los cuatro en el Vedado, centro neurálgico de la capital cubana, por el momento escapan al abandono y mantienen la programación de películas.
