El conocido músico David Blanco ha denunciado en Facebook los atrasos en los pagos de los artistas. Ha cuestionado también a las instituciones a cargo de la contratación de los profesionales de la música y ha criticado la incompetencia de los burócratas culturales con duras palabras.
En su texto, retirado poco después de publicado el pasado 23 de septiembre, pero que de inmediato fue divulgado en otros medios, podía leerse: "Los organismos de Cultura, empresas, Casas de la Música, eventos musicales, etc…, deberían tener un mínimo de decencia y entender que los músicos no están cobrando si no tocan. A diferencia de los funcionarios, que no buscan trabajo ni hacen nada y están sentados en sus burós cobrando todos los meses sus salarios gracias a que existimos nosotros, los artistas. Con razón en escenarios importantes, reunidos con artistas e intelectuales, les llaman parásitos".
"No calienten más el dinero y paguen la cantidad de conciertos pendientes", reclamó Blanco. "Los músicos y trabajadores de los grupos musicales tienen familias que alimentar, no viven del aire".
"Pasan meses para pagar un concierto que ya se hizo. No solo es una falta de respeto, es un abuso, los artistas y creadores son la razón de ser de todo ese entramado burocrático 'empresarial'. Los artistas no pertenecemos a las empresas, firmamos contratos que las mismas no cumplen en su mayoría", añadió.
"No hablo solo por mi banda, sino por la cantidad de músicos que están esperando que algún poderoso les pague lo que ya trabajaron. Nada peor que un parásito con poder."
El entramado "empresarial" cubano relacionado con la contratación artística, que acertadamente entrecomilla Blanco en su publicación, es un estorbo que lucra, de manera simultánea, con el público del artista y con el propio creador.
Sin pretender agotar el catálogo, algunas empresas relacionadas con la contratación artística son el Centro Nacional de Música Popular, Centro Nacional de Música de Concierto, Agencia MusiCuba, Agencia Artística Clave Cubana y, en La Habana, las empresas provinciales comercializadoras de la música y los espectáculos Adolfo Guzmán, Antonio María Romeu y Benny Moré.
Esas empresas pertenecen a diversas instituciones culturales como el Ministerio de Cultura, Artex S.A., o las direcciones provinciales de Cultura.
Tania es una música que ha sufrido las demoras denunciadas por David Blanco. Según ella, "el mecanismo de pago a la contratación artística es complejo. Te pongo un ejemplo: un grupo equis se presenta en el Submarino Amarillo, el Submarino le descuenta un cinco por ciento del ingreso derivado del total de papeletas vendidas, y hace una orden por el 95% de lo que entró por la puerta. Esa orden va a la casa matriz de Artex S.A. y allí se emite el cheque a nombre de la cuenta de la empresa musical que representa a la unidad artística. La agencia se queda con otro porciento variable y descuenta los impuestos. Luego le paga al artista."
Para Tania, el atraso en los pagos es la regla en el tratamiento "empresarial" a los artistas. Las justificaciones varían desde errores en las órdenes de trabajo y cheques que emiten las empresas, hasta tardanza en la ejecución de sus trámites: "Este año apareció una justificación nueva: la empresa no tiene dinero para pagar."
Juiciosamente, Tania se pregunta cómo la empresa puede no tener dinero para pagarle a los músicos, si el dinero se cobró a la entrada del concierto.
Orestes ha trabajado como músico para diferentes orquestas. Está asociado a varias empresas. Sobre el atraso, considera que "es un problema que está por encima de las empresas; es un problema del Gobierno, que da el dinero".
Todas las empresas son lo mismo, MusiCuba, Música Popular, Música de Concierto, y ni hablar de las que están más para abajo, que son la Adolfo Guzmán, Antonio María Romeu, la Ignacio Piñeiro. Esas están más en candela todavía, son las últimas."
Según Orestes, MusiCuba y Clave Cubana tienen fondos propios y eso les permite algunas veces adelantar los pagos. Pero eso no es porque tengan una asignación más expedita de recursos por parte del Estado, sino por representar a artistas célebres, por medio de los cuales ingresan cifras importantes.
David Blanco, continúa Orestes, "está en Música Popular, una empresa media que a veces sale rápido y a veces no. Seguro él se queja porque ha hecho trabajos que llevan seis, siete meses sin pagarle, porque así me ha pasado".
Pocas veces salen a la luz las insatisfacciones de músicos y trabajadores de la cultura. En general, existe un pacto de silencio alimentado por el hecho de que las empresas pueden no contratar a los artistas que protestan. La publicación de David Blanco tiene su explicación en el hartazgo.
Pero no todos los artistas reciben el mismo trato. A principios de 2022, una carta dirigida a Irán Milián, historiador de la ciudad de Cienfuegos y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, denunció los montos extraordinarios pagados a trovadores y músicos de la Asociación Hermanos Saíz que animaron los tinglados celebrativos del triunfo de la Revolución en aquella provincia.
Según la carta, se violaron "elementales principios de igualdad social al favorecer los pagos sobredimensionados a los artistas de la llamada Brigada Cultural de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en los municipios, mientras al resto de los programados se les imponían las tarifas 'oficiales' establecidas por la Empresa de la Música: 50.000 pesos para las agrupaciones de formato grande, 5.000 para los solistas, 10.000 para dúos y 20.000 para pequeños formatos".
El trovador Nelson Valdés Viera, indicaba el documento, recibió, junto a sus cuatro músicos, 400.000 pesos. Según el escrito, ese monto corresponde a 50.000 pesos por actividad, lo que permite suponer que el músico realizó ocho presentaciones y cobró como una agrupación de gran formato. De haber cobrado lo correspondiente a agrupaciones de pequeño formato, según las tarifas publicadas por la carta, al músico le habrían correspondido 160.000 pesos.
Además, explica la carta, el "buen" Nelson recibió 100.000 pesos para hacer un videoclip. No fue el único beneficiado de aquel río de oro. Otros afortunados fueron Ariel Barreiro y Kikiri de Cisneros, con 80.000 pesos cada uno, duplicando lo establecido para solistas en cada una de sus ocho presentaciones. El Mariachi recibió, junto a Danaysi Brito, 320.000 pesos. A tres actores locales les pagaron 80.000 pesos en total y a otros dos actores de La Habana 160.000 pesos. La misiva denuncia que estos dos actores habaneros son amigos de Nelson Valdés Viera.
La carta fue fechada el 11 de enero y denuncia pagos realizados a principios de ese mes, de lo que cabe concluir que, en este caso, no hubo atrasos.
Frente al tratamiento dado a los músicos, que detalla David Blanco, la denuncia hecha sobre los pagos sobredimensionados y expeditos a artistas beneficiados políticamente, demuestra, al mismo tiempo, la corrupción imperante en el sistema "empresarial" de la música, y la prioridad de Gobierno sobre las preferencias ciudadanas.
David Blanco es uno de los músicos más reconocidos de los que aún quedan en Cuba, en tanto Nelson Valdés Viera es un cantautor de escaso reconocimiento, siquiera local.
Exceso de funcionarios que no trabajan como Marti dijera en su crítica al socialismo,no hablemos de las divisas....