El pianista, violinista y compositor cubano César Orozco, quien ha estado dos veces nominado al Latin Grammy por "mejor arreglo", no se considera un "reguetón hater", aunque reconoce que el panorama musical cubano ha cambiado desde el 2000. "El movimiento de la timba en Cuba bajó mucho en los primeros años de este siglo y el reguetón ha ido ganando terreno", dice Orozco en entrevista de DIARIO DE CUBA.
"Estoy pendiente de la música de Alain Pérez. Nos vimos hace poco en Las Vegas por los Latin Grammy. Me parece que lo que está haciendo Pérez ahora mismo con su orquesta es una cosa impresionante. Está rescatando ese movimiento de la timba, pero mucho más elaborado que en los 90", dice el músico.
Orozco también alaba el trabajo de Los Van Van, que "siempre han estado en el top, a pesar de la muerte del maestro Juan Formell hace unos años. No ayuda mucho al panorama que hay muchos artistas cubanos que se van, hay una diáspora cada vez más fuerte y eso obviamente dispersa un poco el movimiento musical cubano. A pesar de eso, sé que Cuba es una cantera inagotable de músicos y talentos. Cuba nunca me deja de sorprender".
El gusto por la música a Orozco le viene de familia. En su casa, en Santiago de Cuba, se escuchaban sones clásicos, nengones, changüí y música venezolana. "Yo estaba estudiando en la escuela vocacional de arte de Santiago desde los siete años, pero se quedó sin profesores de violín y mi familia decidió mándame a La Habana. Mis hermanos ya estaban en el Instituto Superior de Arte (ISA)", cuenta Orozco.
"Llegué a la Escuela Nacional de Arte (ENA) con 12, yo ahora no me imagino hacer eso con mis hijas, pero hoy en día pienso que fue lo mejor. La ENA fue muy importante para mi carrera y mi vida. Yo tuve el privilegio de estudiar con varios de los que hoy en día son los músicos más importantes de Cuba, como Alain Pérez y Alexander Abreu, grandes amigos".
A los 19 años, Orozco viajó a Venezuela por una beca y se volvió a enfrentar a otro comienzo trascendental en su vida. "A veces pienso en qué hubiera pasado si yo me hubiera quedado" en Cuba, dice el músico, quien dejó a una novia de tres años, a su familia y amigos.
"También tenía un grupo en Cuba que se llamaba Sabrosura Viva. Ese grupo grabó un único y primer disco y yo fui el coproductor con 16 años. Dejé eso en pleno desarrollo, en el momento más importante de la banda. A veces me culpo de que no continuaran. Después me enteré que hubo muchas decepciones y se cayeron muchos viajes".
A pesar de la certeza de que si se quedaba en Cuba empezaría a tocar "con alguna orquesta grande, como la de Issac Delgado", Orozco decidió irse a Venezuela, donde conocería a su actual esposa y madre de sus dos hijas.
Desde hace años, Orozco vive en Nueva York con su familia. "En mi casa se come más arepa que arroz, los domingos me toca hacerlas a mí y me quedan más ricas que a mi esposa, a pesar de que ella es muy buena cocinando", cuenta el músico, quien dice querer que sus hijas conozcan Cuba.
César Orozco, quien ha compaginado su trabajo como músico con la enseñanza en EEUU. Asegura que "compartir categoría con artistas como Juan Luis Guerra en los Latin Grammy es un logro increíble. Habrá que preguntarle a la Academia para cuándo toca el premio", dice entre risas.
¡La cantidad de talentos que se van de Cuba!!