En noviembre arranca la Bienal de La Habana, el evento de artes visuales más importante que se realiza en Cuba. La edición anterior tuvo lugar en 2019, después de una reprogramación porque en 2018 fue suspendida tras el paso del huracán Irma. Esta vez, ni el Covid-19, ni la crisis económica, ni la represión, que ha alcanzado también a los artistas, parecen ser suficientes razones para suspender la XIV edición.
"Esa Bienal no deja de ser un chiste, algo inservible, otro brazo del poder, sin autonomía, sin objetividad posible. Tal pareciera que se tratase de un festival de arte de Marte, hecho para los habitantes de Marte, y esto pudiese tener alguna explicación si su temática fuese la ciencia ficción o el futuro, pero no, ellos quieren parecer hablar de Cuba y de la sociedad cubana", dijo la poeta Katherine Bisquet a DIARIO DE CUBA, cuando aun no había sido excarcelado el artista Hamlet Lavastida, su pareja.
Lavastida estuvo detenido tres meses en Villa Marista sin que se le realizase juicio, acusado de "incitación a delinquir" por una idea para un proyecto artístico que no llegó a realizar.
Este sábado 25 de septiembre Lavastida fue excarcelado con la condición del destierro para él y Bisquet. Ambos viajaron solo con "billete de ida" rumbo a Polonia, un castigo por tener una postura crítica desde el arte y enfrentarse abiertamente al sistema. Una prueba más, para los que todavía lo necesiten, de que el Gobierno de Díaz-Canel es una dictadura.
En esa Cuba "de ciencia ficción" que es la Isla-cárcel sigue presa una de las 100 personas más influyentes de 2021, según la revista Time. Se trata del artista independiente y coordinador del Movimiento San isidro, Luis Manuel Otero Alcántara, quien se encuentra en huelga de hambre desde el 27 de septiembre en la prisión de Guanajay, según denunció la curadora Claudia Genlui, pareja del artista.
A pesar de ser polémico dentro y fuera de los circuitos de arte —por ser autodidacta, independiente, hacer arte político y activismo—, Otero Alcántara se ha ganado un lugar en el panorama del arte cubano y, sobre todo, en una sociedad civil que despierta y clama por cambios en Cuba.
Con el MSI ha logrado influir en ese tejido social más humilde y llevar, con el lenguaje del arte, el discurso de la libertad y la lucha por los derechos civiles en Cuba.
Una Bienal 'expandida' para limpiar la imagen del régimen
Esta edición de la Bienal tendrá un formato atípico, ya que por primera vez su duración será de casi seis meses, frente al mes en que habitualmente se ha concentrado el evento.
La otra particularidad es que se ha estructurado en tres momentos: Experiencia 1: Preámbulo, dedicada a las discusiones teóricas; Experiencia 2: La Habana de la Bienal, donde "el arte cubano tendrá un lugar protagónico", y Experiencia 3: Regreso al porvenir, con "la inauguración de una muestra curatorial compuesta por diversos proyectos", indica la convocatoria divulgada por el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, institución oficial que organiza el evento.
"No es gratuito que el Gobierno diga que va a hacer una bienal expandida", dijo a DDC la curadora Yanelis Nuñez, miembro fundadora del MSI y una de las impulsoras de la 00Bienal, un evento que lanzó el MSI como alternativa a la institucionalidad en 2018.
"No solo lo hace porque no tiene dinero, sino porque hay una crisis sanitaria real que (el régimen) no puede ocultar", señaló la curadora, que ve en esta estructura la manera que tiene la oficialidad de controlar el acceso a los espacios culturales.
"También es la manera que tienen de limpiar la imagen de todo lo que ha pasado, no solo desde el 11J, sino también que la gente estuviera afuera del Ministerio de Cultura, los acuartelados de San Isidro, el Decreto 349, el Decreto-Ley 35 de ahora y el encarcelamiento de más de 500 personas". Las autoridades quieren, "de algún modo, volver a construir el relato alrededor de lo que está pasando en Cuba", consideró.
Núñez también ve un intento del régimen de congraciarse con los artistas, un sector golpeado por la pandemia: "Ellos saben que la gente que vive del arte en Cuba no tenido entrada dinero en este tiempo, y es una manera de poner un poco contentos a los artistas, de que puedan vender, abrir sus estudiosl", analizó.
La curadora participó este martes en una charla organizada por Hypermedia Magazine en Madrid, bajo el título de "XIV Bienal de La Habana: La fiesta de los cómplices" para debatir sobre esta nueva convocatoria en el contexto de censura y represión actual en Cuba.
Artista cubano, no seas cómplice
La nómina de artistas cubanos que mostrará sus obras en esta edición es un misterio. En otro giro inusual, los organizadores "convidan a artistas y curadores de todo el país a presentar proyectos (exposiciones, talleres, acciones, etc.) que puedan integrarse de manera coherente a esta etapa", enfatizando que se prestará "especial atención a los imaginarios que prefiguren el porvenir desde la experiencia del presente y examinen los caminos por los cuales hemos arribado a la actualidad, haciendo énfasis en los discursos que se creían perdidos u olvidados".
Asimismo, apuntan a "proyectos que exploren otras formas de interacción, proponiendo espacios de convivencia, socialización y consumo artístico, así como la capacidad del arte como espacio de sanación, de construcción de nuevos paradigmas que nos hagan recobrar la posibilidad de un futuro más prometedor e inclusivo".
Suena muy integrador, pero ¿tendrían cabida en esta bienal proyectos y artistas independientes que cuestionan al poder? ¿Proyectos que quieren alfabetizar cívicamente, como el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), que dirige la artista cubana Tania Bruguera? ¿O como Espacio Aglutinador, de Sandra Ceballos? ¿Qué tipo de artistas y proyectos pasarán la evaluación del Comité Organizador de la Bienal? La pregunta sigue en el aire.
En agosto pasado, Bisquet realizó una acción virtual en la página de la Bienal en Facebook. La poeta publicó unas 100 veces la etiqueta #FreeHamletLavastida para llamar la atención sobre su caso y concientizar a quienes celebran que el evento se vaya a realizar, mientras en Cuba se agudiza la represión contra los artistas y los ciudadanos en general.
La escritora fue bloqueada por los administradores de la página, pero en solidaridad varios cubanos nos implicamos, dejando comentarios para pedir la libertad del artista. Aunque muchos fuimos restringidos, impidiéndonos el acceso a comentar en las publicaciones, la ola de apoyo a Lavastida, Otero Alcántara, Maykel Osorbo y otros muchos presos políticos es un hecho. Hemos salido más unidos como sociedad civil después de los acuartelados de San Isidro, el 27N y el 11J.
Pero también es un hecho que Cuba se muere lentamente, atrapada en una crisis sanitaria, económica, política y social. No es momento para eventos que legitimen más a la dictadura y laven su imagen ante el mundo. Si el régimen quiere hacer una bienal para simular normalidad en un país que colapsa, no seas cómplice, artista, no te sumes a esa farsa. Es hora de ser solidarios con quienes han tenido el valor de ser libres dentro de la jaula. Y están pagando por ello con el destierro y la cárcel.
Y yo pregunto . En Cuba hay artistas ? En Corea del Norte se que hay porque solo tienes que ver las estatuas de 400 metros del amado lider , si eso no es arte ...
En Cuba no hay arte ni na . Una vez un turista , espanol por cierto , se agacho a recoger un platano amarrado con una cinta roja y lo echo a la basura . Le expulsaron de Cuba . Al parecer era una obra de arte llamada Oda a Chango y costaba 10 000 CUC .
Un coco pintado de verde olivo , sincretismo entre Obatala y el castrismo se vendio por 25 mil CUC
lo compro un coleccionista judio de Brooklyn .
Por Dios!!! Qué machete!!! Lo mismo de lo mismo!!!