En una de sus últimas publicaciones en redes sociales antes de regresar a Cuba, ser aislado y posteriormente detenido, el artista cubano Hamlet Lavastida fue premonitorio.
"¿Imagínate un Gobierno en el cual los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos no se mencionan, no se promueven, no se recuerdan, no se releen? ¿Imagínate una nación donde esos derechos no existen y que por el solo hecho de mencionarlos, promoverlos, recordarlos, leerlos, exigirlos y demandarlos te puede conducir al interminable laberinto del delirio policial sobre tu persona?", escribió en Facebook.
En ese laberinto está hoy sumido, conducido por un aparato represivo, a las órdenes de un régimen totalitario, que ve en la obra de Lavastida una amenaza, se niega a reconocerla y tacha al creador de "contrarrevolucionario" e "instigador de la delincuencia".
Hamlet Lavastida (La Habana, 1983) es egresado del Instituto Superior de Arte de La Habana y tiene una obra reconocida.
Ha participado en varias residencias artísticas, como la Caribean Contemporary Art VII. Workshop, Big River, Trinidad and Tobago (2006); Aglutinador-Laboratorio, La Habana, Cuba (2008); Laboratorio AIR, Centrum Sztuki Współczesnej, Zamek Ujazdowski, Varsovia, Polonia (2012); la HAWAPI, ETCR Pondores, la Guajira, Colombia (2018), y la Kunstlerhaus Bethanien, Berlín, Alemania (2020).
La obra de Lavastida ha sido expuesta en el Centro de Arte Contemporáneo Łaźnia, Gdańsk, Polonia; en Links Hall, Chicago, Estados Unidos; en The 8th Floor, Nueva York, EEUU; en el Centro Wifredo Lam, La Habana; en el Museo de Pontevedra, Galicia, España; en Río de Janeiro, Brasil, y en el Festival Internacional de Performance Art Nippon, Tokio, Japón, entre otros espacios.
En Berlín, como parte de la Kunstlerhaus Bethanien, presentó Cultura Profiláctica entre abril y mayo pasado donde el artista se propone un examen crítico de la historia cubana.
Ha realizado exposiciones individuales y colectivas todos los años desde 2004. En 2019 presentó Manual mínimo para leer un alfabeto proletario, en el Clark Centre, de Montreal, Canadá, y De un discípulo de Rockefeller a un fanático de Krushov, en La Habana.
En 2018 participó en Animas, con Carlos Garaicoa, en Madrid, España, y también en la Bienal 00, en San Isidro y Damas, en La Habana. En 2015 llevó su expo Iconocracia. Imagen del poder y poder de las imágenes en la fotografía cubana contemporánea al Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria y al Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz, en España.
El artista cubano Reinier Leyva Novo calificó a Hamlet Lavastida como "un ser libre por naturaleza".
"El arte es una forma de libertad y un estado que no puede ser limitado ni por el más eficiente aparato represor. Dejen a Hamlet ser, déjenle a Hamlet su libertad", reclamó en una publicación en su perfil de Facebook.
La curadora de arte Marilyn Volkman, coordinadora de una Maestría en Artes aplicadas a los Derechos Humanos en Viena, describió a Lavastida como una "inspiración".
"Conocí por primera vez a Hamlet Lavastida hace 12 años en 2009 después de ver su obra 'Intelectuales sin Palabras' fuera de la Galería Habana, justo antes de que fuera eliminada. Hamlet es una verdadera inspiración, generoso y valiente compartiendo su conocimiento, bondad y esperanza a través de su trabajo y persona. Libertad para Hamlet", demandó en sus redes sociales.
El artista visual Jesús Hdez Güero, quien coincidió con Lavastida en San Alejandro, el ISA y en la Cátedra de Arte de Conducta impartida por Tania Bruguera, definió al joven detenido como "un tipo con ideas claras, alto nivel intelectual, actitud crítica y frontal ante lo que piensa; a veces grotesco por ser directo y recalcitrante por su agudeza".
Para la historiadora del arte María de Lourdes Mariño Fernández, "Lavastida es de esos artistas que supieron reconocer muy pronto como funciona la maquinaria del poder en Cuba" y la "ha desarmado poco a poco".
"La primera vez que vi a Hamlet Lavastida estaba parado con una pancarta frente a la galería del Instituto Superior de Arte (ISA). Yo me quedé parada delante leyendo letrica por letrica, y descubrí que lo que había ahí escrito era nada menos que un fragmento del Proyecto Varela. Su obra la he visto crecer a lo largo de los años", escribió Mariño Fernández en un post en Facebook con una fotografía de Lavastida.
La pieza a que hizo referencia la historiadora se titula "Lamento cubano", de 2008.
"Claro que le temen, no por un problema de arte o de censura, aquí hace rato pasamos esa línea, es una cuestión de derechos y la valentía de ejercerlos, de no temer a participar en el debate público con argumentos que no pertenecen a ninguna institución. Y el punto es que no creo que haya vuelta atrás, ya somos muchos, artistas o no, los que estamos viviendo en un presente en el que la revolución cubana con toda su parafernalia no es más que un cadáver", consideró.
La artista Camila Ramírez Lobón definió a Lavastida como un "amigo libre, díscolo y feliz" en una publicación en la que condenó al Gobierno cubano "cuyo aparato de contrainteligencia militar se dedica a jugar a la guerra fría con los artistas o los librepensadores, que ve una amenaza en el disenso y no en las causas que conducen al mismo, que teme a la manifestación pacífica y a la desobediencia transparente y solo acude al control minucioso, a la represión ciega como resolución del conflicto".
En su publicación en Facebook, Lobón recordó que "solo pensar con autonomía se criminaliza en Cuba". A eso vuelve a apuntar la casta del poder con el caso de Hamlet Lavastida. Mediante una muy bien engrasada maquinaria represora pretende dar ejemplo y expandir el miedo.
Lavastida es un artista plástico cubano con residencia en Polonia. Su obra es original y de ella emana la obsesión política, lógica e inevitable ante el descalabro de la Revolución de Fidel. No lo conozco, y no lo juzgo. En todo caso, coincido con él en la crítica a un estado policial estéril y cruel. En lo que no estoy de acuerdo es en que “supo reconocer muy pronto cómo funciona la maquinaria del poder en Cuba”. Si lo reconoció tan pronto, por qué demonios regresó a Cuba?
¿Por qué regreso a Cuba? Porque tiene más huevos que tu plitrafa.
The BiranLand .... to Gorilandia, el travestismo fascista de la Involución Cubana ...
El régimen de Díaz-Canel, continuación de los Castros, ha fortalecido la represión contra todo el que se le atraviesa. Jóvenes como este ahora no le deben NADA a ese sistema, más bien el régimen les debe respeto y seguridad para ellos, amigos y familiares.
Existe un video por ahí de un zanaco "comecandela" gritando en un acto de repudio: ¡Abajo los derechos humanos! como si el no fuera humano (bueno, seguro es una zabandija). Cuba es signataria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero increible y realmente hace eso que se menciona en el segundo párrafo del artículo. Pero la culpa también la tiene el pueblo cubano que no ha leido esa declaracion, que no ha leido a Martí ni a Orwell. Y así le pasan gato por liebre. Pero la roboilusion ha cometido un craso error, al re-declararle la guerra a los artistas e intelectuales porque la gran mayoría son jóvenes y son otros tiempos. Los desgobernantes de Cuba están perdidos.
Bajo el castrismo nadie está a salvo. Son décadas de horror. Libertad para Hamlet Lavastida.