El castro-canelismo estima que el régimen gana al omitir los nombres de Yomil y de Yimit Ramírez, realizador del video "De Cuba soy".
Existe consenso en el sentido de que la reciente creación del Instituto de Información y Comunicación Social va a incrementar el control del aparato de poder cubano sobre los medios informativos en el país. Entre las funciones que se le asignan al Instituto —que clasificará como órgano de la Administración Central del Estado— se encuentran el control del cumplimiento de la política informativa trazada por el Partido Comunista para los medios de comunicación masiva, así como dirigir metodológicamente la ejecución de la comunicación social en los órganos del Estado, los órganos locales del Poder Popular, las organizaciones, las formas asociativas y el sector no estatal.
Esa tutela gubernamental sobre los medios informativos quedó de manifiesto durante un encuentro del mandatario Díaz-Canel con un grupo de periodistas oficialistas celebrado en días pasados. El benjamín del poder aseveró que "La verdad tendrá que ser dicha del modo más inteligente y en el momento propicio, midiendo beneficios y costos de un país asediado con saña, al cual pretenden desmontarle su Revolución".
Más claro ni el agua. El señor Díaz-Canel les enseña a sus dóciles periodistas que no le presten mucha importancia a la verdad, que la manejen de acuerdo a su conveniencia, que no le otorguen el más mínimo protagonismo a los elementos "anexionistas", y que trabajen siempre de manera tal que el castro-canelismo salga bien parado.
Así las cosas, el periodista oficialista Pedro de la Hoz —promovido a vicepresidente de la UNEAC sin una obra literaria conocida— utiliza las páginas del diario Granma para arremeter contra el reguetonero Yomil por su video "De Cuba soy", en el que se denuncia la violencia del régimen contra los manifestantes del 11J.
De la Hoz emplea todo tipo de improperios contra Yomil y el realizador visual que participó en la confección del video; califica a "De Cuba soy" como un panfleto; reserva nuevamente el epíteto de políticos anticubanos (claro, los castristas se consideran dueños de la cubanía) para la diáspora del sur de la Florida, y hasta sugiere que los realizadores del video son merecedores de las sanciones recogidas en el Decreto-Ley 35.
Pero un detalle sobresale en la airada reacción de Pedro de la Hoz. En ningún lugar de su artículo "La infamia está condenada al olvido" aparecen los nombres del reguetonero y el realizador visual. En este caso la "verdad" de Díaz-Canel indica que la maquinaria del poder sale ganando si el cubano de a pie ignora la identidad de los autores del nuevo video. "No hay por qué sobredimensionar la imagen de unos simples mercenarios pagados por el Imperio", dirían los jerarcas culturales del castro-canelismo.
Esto, en el fondo, no es más que la continuación de una política que ha pretendido que la población de la Isla desconozca el accionar de la oposición dentro de la isla. Recordar, por ejemplo, cómo el impacto del Proyecto Varela, impulsado por el opositor Oswaldo Payá, se intentó neutralizar por las autoridades con las firmas recogidas en el año 2002 por los Comités de Defensa de la Revolución para declarar el carácter irreversible del socialismo en Cuba.
Mas, a no dudarlo, esta estrategia de manipular la verdad y de ignorar la identidad de los que se opongan al régimen no hace más que acentuar la falta de credibilidad de los medios informativos oficialistas. Poco importa que el organismo censor cambie de nombre, ni que adquiera mayor relevancia en la nomenclatura gubernamental.
Me parece estupendo lo que ha hecho Yomil en todos los sentidos. Salvo que hubiese incluido entre los próceres y figuras que cantan o hablan a Máximo Gómez, Carlos Manuel de Céspedes -sale brevemente-, Ignacio Agramonte y Calixto García. Sin ellos, no hubiese habido 1868 ni 1895. Aunque son decisivas las figuras que escogió. Si bien Camilo tuvo su importancia, los comandantes Hubert Matos, Rolando Cubela, Pedro Luis Díaz Lanz -sobrino nieto de José Martí- y William Morgan, tuvieron también un protagonismo excepcional en el enfrentamiento a Fidel Castro. Hubiese incluido a su vez, alguna foto de los mambises combatiendo en 1895, otra del Escambray y una de Girón. Pero el trabajo es MUY BUENO. Con respecto a lo que diga el régimen cubano ¿qué agregar? sin con ellos todo lo que sucede o se diga en Cuba o fuera de ella, es interpretado de forma tergiversada y deformante. Con las paredes no se puede razonar, y eso es lo que es el régimen cubano: una pared sorda y ciega, sin razonamiento
Punto para Yomil. Se fajo con esa canción y video