Eugenio Pedraza Ginori trabajó como director, escritor y productor de la televisión cubana por 30 años y según rememora, desde que era un niño quiso trabajar en el medio que llenaba los hogares de los cubanos. "Desde que nací estuve viendo la televisión el día entero y yo quería dedicarme a eso, pero era muy tímido y no podía ser actor o locutor, así que si no podía estar delante de las cámaras pues me tocaba estar detrás. Quería ser como Amaury Pérez, Joaquín Condal y siempre leía en la prensa como se hacían los programas", dice Ginori en entrevista con DIARIO DE CUBA.
El director de programas como Joven Joven y Juntos a las Nueve le hizo justicia al nombre de su pueblo, Esperanza, en Villa Clara, y terminado de graduar del bachillerato partió rumbo a La Habana con la ilusión de llegar a la televisión. Y así lo hizo. "Yo soy de las poquísimas personas en el mundo que ha logrado ser lo que ha querido ser".
Eugenio Pedraza Ginori o "Gin" como le decían sus amigos del pueblo por la "moda de los pepillos de ponerse los nombres en inglés", empieza su travesía en la Escuela Profesional de Publicidad y "una cosa llevó a la otra. Yo era el que llevaba los cigarros para que el locutor se los fumara en cámara en los anuncios de Trinidad y Hermano. Esa fue la forma que tuve para entrar en el canal cuatro y seis. Eso me dio una medida muy exacta de cómo funcionaban las cosas. Además, mis amigos fumaban gratis porque yo me llevaba los cigarros para la casa", dice Pedraza entre risas.
"Gin" pasó por Radio Progreso y el teatro musical antes de aterrizar a su tan ansiada meta, la televisión, y ahí el éxito no se hizo esperar.
"Recuerdo con mucho cariño los concursos de Adolfo Guzmán que fue una cosa que yo creé, dirigí y escribí por tres años. Aquello fue un éxito tremendo y me dio una satisfacción que nunca se me va a olvidar. También recuerdo programas que hice que pegaron mucho como por ejemplo Juntos a las Nueve y después Jove Joven que fue un éxito tremendo en la década del 80", dice Ginori, quien cuenta que con Joven Joven llenaban estadios en las provincias. "La policía nos cuidaba como si fuéramos The Beatles y eso a la élite no le gustaba mucho".
Los programas de Ginori llamaban la atención por su espontaneidad, cualidad que no convenía al oficialismo. "Siempre me busqué problemas porque sacaba en mis programas cosas que no gustaron al alto mando. Me cayeron unos cuantos cocotazos y sanciones, pero eso era parte del sueldo. Les molestaba cualquier cosa que pudiera dar una impresión negativa de la Revolución".
La gota que colmó el vaso y que provocó la salida de Ginori de la televisión vino con la publicación en Joven Joven de una información que estaba guardada para Fidel Castro.
"El problema fue que iban sacar la televisión internacional y yo me enteré que estaban haciendo pruebas en el extranjero y que los cubanos que estaban en Angola de misión militar habían visto ya algunos programas, entre ellos Joven Joven. Entonces se me ocurrió hacer una trasmisión por el día de las madres y llevar a una mamá allí en vivo para que saludara a su hijo que estaba haciendo misión. Eso provocó un temando terremoto porque esa información de que Cubavisión Internacional se estaba probando era secreta porque estaban guardando la noticia para que el Comandante en Jefe la dijera en una fecha señalada. Y yo le había pisado la información al jefe. Ahí explotó aquello".
Ginori califica la televisión cubana en varias etapas. "Antes de 1959 había un desarrollo tremendo. Cuba tenía difusión diaria desde por la mañana hasta por la noche y había hasta 10 canales funcionando, incluso uno en inglés. Cuando llegó la Revolución aquello se convirtió en un hecho político y la televisión dejó de interesar a los que la manejaban porque lo único que interesaba eran los discursos de Fidel Castro y los noticieros. Aunque hasta 1968 aquello siguió funcionando con la mecánica del capitalismo. Hubo mucha gente que siguió trabajando a su forma. Estaban las grandes novelas del ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) y los programas con Rosita Fornés. Después del 70 todo decayó
Según Ginori, quien vive en España hace casi 30 años, ahora le da tristeza la televisión cubana. "Palmas y Cañas, por ejemplo, era un programa fabuloso porque se reunían todas las estrellas del género campesino. Ahí estaban Ramón Veloz, Coralia, Justo, y Alfonso. Ahora ves ese programa y es una cosa terrible. Vivir del Cuento, que se supone que es un programa humorístico, no se compara con Detrás de la Fachada o con San Nicolás del Peladero donde había estrellas y calidad en los libretos".
El programa ideal para Ginori se podría hacer con "todos los artistas cubanos que estén dentro y fuera y que valgan la pena. Uniría todos los elementos de la cultura que tenemos", asegura Ginori, quien en unos meses cumple 83 años y tiene como meta llegar a los 105 para seguir acumulando vivencias, aunque las mejores dice que están enterradas L y 23. "Una esquina tremenda en mi vida ".