La actriz e influencer cubana Aly Sánchez, quien triunfa con su personaje de Migdalia en Instagram, siempre fue cómica pero nunca se dedicó a la comedia. "Me demoré bastante en crear un personaje humorístico. La idea me vino de unos músicos en una fiesta que se comportaban como Migdalia", dice Sánchez en entrevista con DIARIO DE CUBA.
Aly Sánchez creció en el pueblo Banao, a 15 kilómetros de Sancti Spíritus y aunque en su familia no hay ningún artista ella siempre fue la "payasita" de su casa. "Desde la primaria hacía reír a mis amigas que me decían que al final iba a ser humorista", y así fue después de muchos años de hacer drama.
El camino fue largo. Sánchez participaba en todos los concursos de belleza del pueblo, en los que según nos cuenta, siempre ganaban las niñas cuyos padres vendían cebolla y ajo. "Tenían posibilidades y ropa más linda", cuenta Sánchez quien no sabe "en qué estaría pensando mi mamá para dejarme concursar en estos tipos de eventos. En mi campo en los concursos de belleza solo participaban criollitas y yo era un penco flaco".
La madre de la actriz no se dio por vencida y al fin consiguió que ganara un concurso. "Solo gané una vez porque mi mamá le pagó unas pergas de cerveza a unos borrachos para que gritaran por mí", recuerda entre risas.
Sánchez dice que empezó a estudiar en el Instituto Superior de Arte (ISA) porque la secretaria de su escuela la animó a hacer las pruebas. "Yo siempre pensé que para dar el salto del campo a La Habana y estudiar en el ISA había que pagar", cuenta Sánchez, quien acudió a los exámenes para "pasar un fin de semana diferente con sus amigas. Fuera de casa y sin padres".
La actriz salió hace más de10 años de Cuba. Trabajó 14 años para América TV y en obras de teatro antes de dedicarse de lleno a las redes sociales. "Antes de la cuarentena pensaba que si se acababa la televisión se acababa vida", pero sucedió todo lo contrario porque, según la actriz, "se gana más dinero en las redes sociales".
El confinamiento vino a cambia muchas vidas, incluida la de Sánchez, quien se volcó en Migdalia y le dio nuevos matices. La actriz tuvo que justificar que su esposo e hijas aparecieran en los videos y así el personaje cómico se convirtió en la madrastra de sus propias hijas.
Al contrario de lo que muchos puedan pensar, trabajar en las redes sociales es más difícil que en la televisión convencional, asegura la actriz. "Las redes llegan a muchas personas, te tienes reinventar constantemente. A veces es muy complicado porque tienes que estar grabando todo el tiempo. Hay días que me levanto súper deprimida y tengo ganas de apartarme del teléfono, pero si me aparto mucho tengo el triple de mensajes por contestar. Me quiero poner un horario para responderle a la gente. Tengo que aprender a gestionarme para no saturarme", explica Sánchez, quien no obstante quiere tomarse una semana libre de teléfono este año para disfrutar del momento.
A pesar de la saturación que producen las redes sociales, en la lista de pros y contras de la actriz ganan los primeros. "Con 35 años quieres priorizar a tu familia y las redes sociales te permiten trabajar desde donde estés. Me quedo con las redes", dice convencida.
El esposo de Sánchez la ha apoyado en todo momento. "Confiaba más en mí que yo misma. Ahora es mi manager, ha dejado su trabajo para dedicarse a mí".
Además de trabajar creando contenido y poniéndole piel a Migdalia, Sánchez tiene un programa en donde sorprende a sus seguidores llamado Aly and Mila. "Nosotros nos debemos a nuestros seguidores. Ellos son los que nos dan de comer y hay influencers que no lo entienden. En este programa hemos cumplido varios sueños, como el de un niño que quería ir a Disney. Lo más loco que me han pedido es un viaje a Japón para que la relación de esta persona no se deteriora más por la falta de viajes durante la cuarentena", dice la actriz entre risas.