Eduardo del Llano: La visión del régimen cubano que se tiene en el exterior es 'muy exagerada'

El director y guionista Eduardo del Llano defiende que la visión del régimen cubano que existe en el exterior es "muy exagerada". Según él, las opiniones contrarias tienen cabida en la Isla: "Mucha gente critica cosas en Cuba y no son castigados por eso", dice en una entrevista con la agencia EFE.

El creador de la saga de cortometrajes sobre Nicanor O'Donnell considera que la situación respecto a la censura en el sector audiovisual cubano ha mejorado respecto a los años 80 y 90. Ahora "se dicen muchas más cosas en el arte que antes", afirma, pese a las constantes denuncias de artistas e intelectuales independientes y a la aparición de normativas como el Decreto 349, señalado como una herramienta del régimen para liquidar el arte fuera de su control en Cuba.

Del Llano, quien ahora se encuentra en el municipio español de Valladolid para casarse, reconoce una situación "delicada y tensa" en Cuba, aunque "no es de los peores momentos", dice, y rechaza que pueda hablarse de un segundo "Periodo Especial", el eufemismo que utilizó el Gobierno cubano para nombrar la aguda crisis económica de los años 90.

Recuerda que a principios de esa década del siglo pasado había cortes de electricidad "de 12 a 16 horas diarias". Ahora "los apagones son muy raros", comenta. Sobre la escasez de alimentos y medicinas, dice que es "dramática", pero agrega que con dinero es posible encontrar cosas "aunque haya que estar cuatro o cinco horas en una cola".

El dinero es, sin embargo, algo que también escasea en Cuba, sobre todo para comprar en las tiendas en Moneda Libremente Convertible, en las que el Gobierno vende alimentos y productos de primera necesidad.

"En el Periodo Especial podías tener 10.000 dólares, pero no había qué comprar. Podías tener mucho dinero, pero no había comida", argumenta el guionista. A su juicio, en la actualidad hay todavía "bastante mercado negro".

Sobre los movimientos de artistas e intelectuales independientes surgidos en los últimos meses, expresa su apoyo al 27N. Dice que no pudo asistir a la concentración del 27 de noviembre pasado ante el Ministerio de Cultura por estar confinado al haber llegado a Cuba su pareja el día anterior. Afirma que vio esa iniciativa "con sinceridad, la más atinada, la más comedida".

Acerca del Movimiento San Isidro, no piensa igual. Dice no confiar en sus integrantes y no lo considera serio, aunque critica el "acoso" y los llamados actos de repudio contra sus integrantes, "una cosa vergonzosa que no debería volver a suceder".

En cuanto a los proyectos cubanos actuales, no cree que los artistas tengan que preocuparse por la censura. Sí por la distribución de su obra en plena crisis, a lo que se ha sumado la pandemia.

Por otra parte, califica de "ridículas, extremistas y cobardes" las actitudes de algunos cubanos que residen en Miami, que "exigen lo que ellos mismos no estuvieron dispuestos a hacer". El debate, dice, está viciado por el extremismo: "La gente tiende a sesgar mucho la información y ver la realidad que mejor encaje con sus propias ideas preconcebidas".

"De alguna manera sí me siento de izquierdas, pero eso no significa que le deba una lealtad incondicional a la izquierda", declara Del Llano. "Lo que me parece que hacen mal, lo digo, porque entre otras razones eso me parece una manera de hacer una buena izquierda y no una cobarde"

Del Llano también habla en la entrevista de sus proyectos en marcha, algunos "bastante polémicos", según él. Ahora está trabajando en la promoción de su último corto, La campaña.

En este filme, que se ambienta en la campaña de alfabetización en Cuba de 1961, el realizador quiere mostrar el "derecho a ser diferente o no encajar en la norma" y critica "la doble moral, el fingir, pretender, mentir para obtener un beneficio pensando que haces el menor de los males".

Durante su estancia en España, Del Llano tiene pensado organizar una retrospectiva con sus cortos en la Casa de América, en Madrid.