Back to top
Arquitectura

Un arquitecto cubano contra la imagen que pregona el régimen de La Habana anterior a 1959

El arquitecto cubano Rafael Muñoz aclara a DIARIO DE CUBA que en la Isla hay 'una sociedad decadente, afuncional'.

La Habana
Cubanos en una calle de La Habana.
Cubanos en una calle de La Habana. DDC

El arquitecto cubano Rafael Muñoz accedió a responder unas breves preguntas a DIARIO DE CUBA sobre el estado de las construcciones en La Habana, así como el habitual discurso del Gobierno cubano con las comparaciones de la Isla antes de 1959 y en la actualidad. 

El jefe del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, Fabio Enrique Fernández Batista, dijo en el programa Palabra Precisa de la televisión cubana, que "la imagen de esa Cuba de un crecimiento constructivo, es realmente una máscara que está escondiendo grandes problemas".  

"No, no hubo intención antes y tampoco me consta que haya una intención de ocultar la pobreza con los hoteles ahora", afirmó Muñoz al respecto. 

El arquitecto recordó que en 1958, "el Vedado y Centro Habana eran ciudades del momento, comparables con cualquier ciudad del primer mundo de entonces. Para ver la pobreza extrema en 1958 (casas con piso de tierra, calles sin pavimentar, sin servicios de agua o electricidad), los turistas tendrían que haber ido a buscarla bastante alejada de la zona céntrica o en el interior del país".

Aunque ahora cualquiera viaja, Muñoz dijo que "en 1958 las personas que podían hacer dos o tres semanas de turismo, tenían ingresos muy altos, o sea ricos. A esa gente no le interesaba buscar la pobreza".

El ex ministro de Cultura y ahora presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, dijo en el mismo programa de la televisión estatal que en "laboratorios" de Estados Unidos se manipula la Historia de Cuba "para dañar la imagen de la Revolución". 

"Esa Habana de glamour de los 50, del turismo VIP... implica seducción, una Habana que estaba llena de brillos y lentejuelas. Están los edificios que se levantaron, el FOCSA, los grandes rascacielos, los hoteles. Te crean una especie de imagen y la gente dice 'mira eso chico, verdad que el capitalismo no era tan malo como lo pintan'. Y caes en esa trampa, si no tienes suficiente bagaje y suficiente cultura, si tienes vacíos en tu formación o te lo enseñaron de una manera plana, esquemática. La gente puede tender a creer que los hemos estado estafando nosotros", dijo Prieto.

El debate sobre el antes y después de 1959, se repite en las redes sociales. Desde los espacios afines al Gobierno cubano lo reducen a lo dicho por Prieto y el profesor de Historia. Al respecto, Muñoz aseguró en su blog que le "queda la sensación de que todos nuestros abuelos iban con una pistola en la cintura y las viejas eran putas. Hiper simplificación y propaganda. Barata, pero propaganda".

"La cosa no es tratar de mostrarme a mí que la de hoy, es mejor que La Habana de mi abuelo, sino demostrárselo a nuestros viejos.  Probablemente nos desheredan. Es verdad que en temas de arquitectura habanera no todo ha sido malo en los últimos 60 años. Pero seamos honestos: casi todo", escribió.

Muñoz recordó que antes de 1959 en La Habana se construían cines, tiendas, dulcerías, panaderías, carreteras y mucho más. Cuestionó cuánto se contruyó en Cuba con la llegada de la Revolución cubana. 

"Cuántas iglesias se deben a Machado o Batista. La respuesta es: Ninguna. Las iglesias se construyen cuando su membresía tiene el dinero. No necesitaron nunca el permiso de presidentes o dictadores. En ningún lugar del mundo. Trate de construir un templo hoy día en La Habana. Incluso con el dinero. Incluso si la iglesia decide importar los materiales. Trate. Pase primero por la oficina de asuntos religiosos. Trate", dijo en su blog. 

"Dejar que la ciudad vuelva a retomar su curso de desarrollo con la iniciativa privada"

Muñoz afirmó a DDC que "hoy la pobreza se ha extendido como una enfermedad por toda la ciudad y el país. No hay barrios ricos. La pobreza general no es ocultable. O la eliminas o vives con ella. Hoy, en cuanto el turista sale del hotel, da de lleno con una ciudad sin infraestructuras, con edificaciones en estado calamitoso, con un parque de vehículos ruidoso, inseguro y contaminante y con un país en el paleolítico digital. Hoy tenemos solares frente al FOCSA y edificios cayéndose a unos metros del Capitolio".

El arquitecto señaló que "la información no es ocultable. Los cubanos de la isla informan y publican fotos". Los turistas también se informan, antes de viajar a la Isla, para que no les pasen "gato por liebre".

Muñoz aclaró que "confundimos pobreza con decadencia. Una muy buena amiga alemana me dijo en La Habana: 'yo he estado en países pobres, pobreza vi en los cerros de Bolivia o en el medio de la selva en Perú o en Tailandia'. En La Habana no hay pobreza, hay decadencia. Un indio en los cerros de Bolivia que planta maíz con una coa o un africano que pesca en una balsa destartalada, representan pobreza. Una Isla que no es capaz de abastecerse de pescado, no es pobre, es una sociedad decadente, afuncional".

El arquitecto, que ahora reside en Alemania y en la Isla formó parte del equipo que proyectó el Meliá Habana, afirmó que es posible recuperar la capital. Sin embargo, no hay dinero. "La ciudad de Dresden, la borraron los bombardeos en la guerra y la han reconstruido por fotografías de la época. Todavía están en eso", ejemplificó.

"El gran problema de las recuperaciones es que cuestan muchísimo dinero. Hoy no hay dinero para recuperar La Habana. Ni siquiera el Casco Histórico. No hablemos ya de La Víbora, Guanabacoa o La Lisa. Así que seguiremos viendo caer un edificio tras otro en La Habana por bastante tiempo", afirmó.

Muñoz opinó, como arquitecto, que recuperar una ciudad "no es llorar y reconstruir mínimamente lo que hubo, sino dejar que la ciudad vuelva a retomar su curso de desarrollo con la iniciativa privada. Como siempre fue".

"Si la revolución no hubiese llegado, hoy no tendríamos Casco Histórico. Porque nuestros abuelos ya tenían planeado pasarle una 'bulldozer' por encima. Y probablemente Centro Habana estuviera hoy llena de edificios altos. Para bien o para mal. Así que tampoco es que nos tenemos que aferrar a todas y cada una de las edificaciones de La Habana. La vida continuará y la ciudad ha de seguir mutando como un organismo natural. Como siempre lo hizo", concluyó. 

Más información

1 comentario

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.
Profile picture for user Ares I

Basta ir a ver la maqueta de la Habana en Miramar. En blanco los edificios construidos bajo el comunismo son dos o tres salpicaduras en una inmensa mancha ocre (lo construido durante la verdadera republica). En este tema, recomiendo leerse a Cabrera Infante "la Habana que va conmigo".