"Hace más de dos años que comenzó mi sufrimiento. Fibromas, me diagnosticaron. Pero tenía una espina clavada que me decía que era algo más. Perdí peso como jamás, los sangramientos fueron a más, el cansancio se hacía cada vez peor, pero el médico me decía que no había nada más. Las citas quirúrgicas para extirpar los supuestos fibromas se suspendían: 'no hay esto, no hay lo otro'. Y las esperanzas de cura, para cuando dieron con este cáncer del infierno, ya eran mínimas. Me han condenado". Esta es la historia de Sandra, quien prefirió no revelar su verdadero nombre. De 53 años y residente en Sancti Spíritus, contó a DIARIO DE CUBA el calvario que atraviesa por un cáncer detectado tardíamente, debido al fracaso del programa de prevención.
Según Elías Gracía Medina, jefe de la red nacional de Oncología, el cáncer es la principal causa de años de vida potencialmente perdidos en la población cubana de entre uno y 74 años. En una entrevista con el canal oficialista Cubavisión Internacional, dijo que cada 20 minutos se diagnostica un cáncer en la Isla y cada día fallecen alrededor de 146 personas.
En la actualidad se puede evitar entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer reduciendo los factores de riesgo y aplicando estrategias preventivas basadas en la evidencia. Además, las cifras se pueden reducir mediante la detección precoz y la atención adecuada de los pacientes. Un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz hacen la diferencia entre la vida y la muerte.
En Cuba, en teoría, hay cerca de una decena de planes del Ministerio de Salud Pública para enfermedades no transmisibles, entre ellos el Programa Integral y Estrategia Nacional para el Control del Cáncer, pero la ruina del sistema sanitario impide su funcionamiento adecuado.
Sandra estuvo sufriendo durante más de un año y medio "como una perra", según su descripción. Entre los síntomas que padeció tuvo algo parecido a las hemorroides. Durante una crisis de dolor en la que llegó a sufrir dos desmayos, acudió al cuerpo de guardia del hospital de Sancti Spíritus. La doctora que la recibió, tras un reconocimiento colorrectal, encontró un tumor.
Entre las mujeres cubanas el cáncer de colon es el cuarto más frecuente, después del de mama, el de pulmón y el cáncer de cuello de útero.
Tras de ser evaluada por una Comisión Multidisciplinar en Sancti Spíritus, "con toda la parsimonia del mundo", Sandra fue puesta en una lista de espera. Mientras, fue sometida a una colostomía para la cual tuvo que buscar en el mercado negro las bolsas requeridas. Una vez con el tratamiento, este ha sido sometido a modificaciones en al menos dos ocasiones por falta de los citostáticos prescritos.
La producción de citostáticos en Cuba para tratar diferentes tipos de cáncer ha pasado por varios períodos de inestabilidad, uno de ellos en 2022, cuando la falta de materias primas e insumos golpearon a los pacientes oncológicos.
A finales de julio de ese año, Emilio Vallín García, director general de la Empresa Laboratorios AICA, dijo al periódico oficial Granma que los tratamientos contra el cáncer que se producen en la planta tendrían entonces cobertura de hasta tres meses, algunos, y otros podrían entrar en falta. En las redes sociales ya se manifestaban los pedidos de auxilio de familiares de los enfermos por la falta de los fármacos, sin contar otros reclamos más desesperados para los que la salida del país es la única solución posible.
Sandra no llora cuando asume su destino. Dice que ya ha derramado todas las lágrimas posibles, pero su voz transmite una tristeza infinita en medio de una lucha por la vida que se ha extendido, a pesar de todo, más de lo que sus hijas esperaban.
Carmen es una paciente de cáncer de cuello uterino que se negó a realizarse durante años la prueba citológica. Entonces estaba sana, pero cuando empezó a tener síntomas preocupantes, a finales de 2023, quiso que se la practicaran. La falta de recursos se lo impidió, pese a que estos exámenes están contemplados en el Programa de Diagnóstico Precoz del Cáncer Cervicouterino. A finales de 2024, Carmen fue sometida a una histerectomía y a radioterapia.
"Aún no sé si todo el procedimiento habrá sido efectivo. Aún me quedan dos sesiones de radioterapia. Estoy francamente cansada y los pensamientos de miedo y pesimismo no me dejan dormir", dice esta mujer de 62 años.
Ailet, una joven habanera con Hipotiroidimso, dijo a esta redacción que demoró más de tres meses para obtener un diagnóstico, por falta de reactivos para realizar los análisis específicos, y seis para realizarse una ecografía que finalmente descartó un tumor en el cuello. Una paciente que iba a su misma consulta no tuvo la misma suerte, y después de estar también a la espera de reactivos y de una prueba radiológica durante meses le fue confirmado un tumor en el cuello. Sigue a la espera de resultados de una biopsia practicada para saber si es maligno o no.
El 50% de las muertes por enfermedades oncológicas en Cuba está relacionado con cáncer de pulmón, mama, próstata y colon.
Pese a que el cáncer de mama es el de mayor incidencia entre las mujeres y es una de las enfermedades oncológicas que más muertes provoca en Cuba, el programa de detección precoz se interrumpió desde los años 90, dijo el jefe de la red nacional de Oncología, pero no ofreció explicaciones.
Gracia Medina trató de culpar al embargo de Estados Unidos de la falta de tratamientos para los pacientes de cáncer en el país.
En octubre de 2024, durante un foro oficial, el régimen cubano culpó al embargo del desastre de la Salud Pública cubana, en cuyo sistema más de 9.000 niños y niñas están a la espera de cirugías oncológicas y por malformaciones, mientras 53.000 enfermos de cáncer podrían morir por falta de tratamientos. Eso, mientras se invierte más en obras para el turismo y se importan desde el propio Estados Unidos vehículos de lujo.
El doctor Elías Gracia Medina habló de la importancia de eliminar factores de riesgo, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, y de realizar ejercicios físicos, además de llevar una dieta saludable, algo particularmente difícil para los cubanos, golpeados por una profunda escasez de comida y una severa inflación que consume los salarios y convierte la alimentación sana en un privilegio al alcance de muy pocos.
Sandra y Carmen cuentan con una dieta médica prescrita para reforzar su alimentación, pero en la práctica han dejado de recibir los productos. "No es que resuelva la susodicha dieta toda tu comida, pero el pedacito de carne de res y la leche eran una ayuda. Hasta eso es un lujo para una persona enferma", dice Sandra. Carmen recibe todos los meses un combo de su sobrina residente en Miami, a quien crio. "Gracias a ella no me falta la proteína, y los frijoles, que ya aquí hasta eso falta o te cuesta un ojo de la cara".
La única prevención factible es la de no quedarse.